Expresar su más profundo pesar por la desaparición física de la integrante de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Doctora Carmen Argibay, ocurrida el pasado sábado 10 de Mayo.

Señor presidente:

La Doctora Carmen Argibay, durante toda su vida, luego de obtener el título que la habilitaba como tal, se dedicó y estuvo siempre a favor de la Justicia, y lo hizo como sabemos en el exterior y acá en su país, luciendo orgullosa pero en forma humilde la satisfacción de haber sido la primera mujer ministra de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en democracia.

Sin duda que desde su nominación para ocupar el cargo que ostentaba, hubo como en todos los acontecimientos, quienes estaban a favor y quienes en contra, sin embargo, la transparencia y la plenitud de sus veredictos y las posturas adoptadas en situaciones límites, pudieron a lo largo de su brillante gestión ministerial, demostrar con nitidez la claridad de pensamiento que siempre supo expresar a través de sus fallos, algunos controvertidos, pero dictados siempre con una visión futurista. Fue docente y una reconocida defensora de temas de género y derechos humanos, fue miembro fundadora de la Asociación Internacional de Mujeres Jueces, fundadora de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina e integrante de asociaciones de derecho penal y de defensa social tanto nacionales como internacionales.

Fue independiente e imparcial hasta con su propia historia de vida personal, porque fue también una mujer que vivió los secuestros en carne propia en la última dictadura militar, siendo detenida el mismo 24 de Marzo de 1976 y digo que fue imparcial porque cuando debió resolver si acompañaba el fallo que declaró inconstitucional el indulto que favoreció al ex general Santiago Riveros, decidió no hacerlo, sostuvo que era cosa juzgada. Este pequeño ejemplo, Sr. Presidente, marca en esencia lo que la doctora Carmen Argibay fue, una jurista que ha dedicado más de 50 años de su vida al derecho, ejerciendo su profesión con la dignidad y la capacidad que la caracterizaba.

Sr. Presidente, sin duda que se fue una mujer que supo marcar los rumbos dentro de las esferas judiciales nacionales, por ello como mujer y como demócrata, en esta oportunidad, desde mi banca me precio en honrar la figura de la doctora Carmen Argibay, por su inquebrantable sustento en favor de los derechos de las mujeres, no solo por sus fallos y actitudes que siempre fueron con una clarividencia encomiable, sino también por la institucionalización de la misma en la Corte.

Por los argumentos vertidos, solicito a mis pares que me acompañen en este proyecto, sabiendo que al hacerlo honramos la memoria de quien hizo tanto por esta democracia que hoy gozamos plenamente.