JUSTICIA
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PROYECTO DE DECLARACION
Expediente: 4826-D-2013
Sumario: ADHERIR AL DIA DEL ABOGADO, QUE SE CONMEMORA EL 29 DE AGOSTO DE CADA AÑO EN HOMENAJE AL NACIMIENTO DEL DOCTOR JUAN BAUTISTA ALBERDI.
Fecha: 19/06/2013
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 74
Adherir al "Día del
Abogado", instituido el 29 de agosto de cada año en conmemoración al
nacimiento del Dr. Juan Bautista Alberdi.-
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Los argentinos celebran el
29 de agosto el Día del Abogado, por haber nacido en esta fecha, Juan
Bautista Alberdi uno de los más lúcidos pensadores argentinos, autor
entre otras obras, de las "Bases y puntos de partida para la
organización política de la Confederación Argentina", que se tuvo
particularmente en cuenta al sancionarse la Constitución Nacional de
1853.
Juan Bautista Alberdi nos
dejó grandes lecciones de civismo y jurisprudencia, además de ser un
acérrimo defensor de la paz y del sistema republicano, diseñó con sus
ideas un modelo de país sobre el respeto de los derechos individuales,
principios que fueron tenidos en cuenta para la cimentación del país en
que hoy habitamos. Nacido en Tucumán, a los 14 años, obtuvo una
beca para estudiar en el Colegio de Ciencias Morales de Buenos Aires
(hoy Colegio Nacional), luego siguió abogacía en la Universidad pero,
al completar sus estudios, ocurrió que el gobierno de Juan Manuel de
Rosas impuso un juramento de fidelidad al régimen federal como
requisito para la habilitación profesional.
Juan Bautista, ya había
sufrido como periodista el cierre del inofensivo periódico La Moda por
parte del despótico gobernador, por lo que no quiso aceptar otra
humillación y prefirió marchar al destierro.
En 1838 subió al bote que
iba a acercarlo hasta el barco que hacía la carrera a Montevideo y,
todavía a la vista de las autoridades y público del puerto, tiró al agua el
cintillo punzó que la dictadura exigía como uso obligatorio.
En la capital uruguaya
trabajó en un diario e impulsó la expedición libertadora encabezada
por Juan Lavalle, pero ante el fracaso de la misma revalidó su diploma
de abogado y vivió de sus honorarios.
Al producirse el sitio de
Montevideo por las tropas rosistas encabezadas por Manuel Oribe,
Juan Bautista viajó a Europa y luego se radicó en Valparaíso, llegó a
Chile con sus últimos ahorros y ejerció el periodismo para sustentarse,
pero al poco tiempo presentó una tesis sobre El Congreso Americano
en la Universidad y se dedicó intensamente a la abogacía. Su talento lo
hizo distinguirse en el foro y llegó a ser el profesional mejor
remunerado de la ciudad. Con sus ingresos se compró la quinta Las
Delicias, en donde recibía los domingos al mediodía a los emigrados
argentinos y sus familias.
Cuando Urquiza derrotó
en Caseros a Rosas, Alberdi escribió Bases y Puntos de Partida para la
Reorganización Institucional, sugiriendo la implementación de un
programa republicano que estableciera la libertad de cultos, el
liberalismo económico y el fomento de la inmigración.
En relación a la
educación, proponía dejar a un lado la instrucción humanística, para
acentuar la formación de artesanos que supieran labrar la tierra y
construir caminos, puentes y ferrocarriles. No necesitamos abogados,
sino técnicos, sostuvo tajantemente.
En 1855, el presidente
Urquiza le pidió a Juan Bautista que viajara a París como embajador,
para evitar que las naciones europeas reconocieran a Buenos Aires
como nación independiente. Hacia allí partió el tucumano directamente
desde Valparaíso, sin regresar a la Argentina. Cuando Mitre venció a
Urquiza en Pavón y el país se unificó bajo su mando, decretó la
cesantía del diplomático.
Al producirse la guerra de
la Triple Alianza contra el Paraguay, Alberdi condenó la actuación
argentina, dijo que era una confrontación absurda, hecha por la
vanidad de los gobernantes, y que si algún país tenía algo de razón,
era más bien el Paraguay. El gobierno argentino lo acusó de traidor a
la patria y Juan Bautista debió permanecer exiliado en Francia otros
catorce años. Después de la confrontación franco-prusiana escribió El
crimen de la guerra: con estilo de abogado fue encadenando los
argumentos para demostrar que la guerra no es un derecho, sino un
delito; y que la justicia sólo es tal cuando es impartida por un tercero
imparcial.
Recién en 1879, cuando
estaba a punto de cumplir los 70 años, arrastraba los pies y era una
figura legendaria, Alberdi regresó a su patria. Había pasado 41 años en
el extranjero, aunque siempre escribiendo sobre su país. En la Facultad
de Derecho de Buenos Aires pronunció una conferencia: La
omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual. Pero
la emotividad de sus años le impidió completar la lectura y le pidió a
Félix Frías que terminara de leer las cuartillas que él había preparado.
No tenía fuerzas tampoco para empezar de nuevo a litigar. Volvió a
París, donde murió solo y soltero, en una casa de salud del suburbio de
Neully Sur Seine, el 29 de junio de 1884. Resistió los abusos de la
dictadura y criticó los errores de los gobiernos democráticos. Diseñó la
arquitectura constitucional de la república y exaltó la armonía entre las
naciones. Aunque nunca ejerció la profesión en su país, les dejó a los
abogados la mejor de las lecciones: defendió la paz y el sistema
republicano, aun al costo de sufrir en carne propia el destierro y las
persecuciones.
Por todas éstas
consideraciones Sr. Presidente solicito a mis pares me acompañen en
el presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
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PANSA, SERGIO HORACIO | SAN LUIS | FRENTE PERONISTA |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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