Inclusión de la Cadena Citrícola Transfronteriza argentino-uruguaya

en el marco del Grupo de Integración Productiva en el Mercosur

Artículo 1º: Propóngase a los Estados Miembros del Mercosur, incluir la Cadena Citrícola Transfronteriza argentino-uruguaya en el marco del Grupo de Integración Productiva del Mercosur.

Artículo 2º: Comuníquese al Grupo Mercado Común.

Artículo 3º: De forma.-

Señor presidente:

Por medio de la Dec. CMC Nº 12/08 se aprobó el "Programa de Integración Productiva del MERCOSUR", cuyo principal objetivo constituye el fortalecimiento de la complementariedad productiva de empresas del MERCOSUR y, particularmente, la integración de cadenas productivas de Pequeñas y Medianas Empresas de los países de menor desarrollo económico relativo toda vez que se favorece la competitividad de cada uno de los sectores productivos específicos.

El Grupo de Integración Productiva del MERCOSUR (GIP), que depende del Grupo Mercado Común (GMC), es el responsable de ejecutar coordinar y ejecutar el Programa homónimo que contiene siete líneas de acción a nivel horizontal: la cooperación entre los organismos vinculados al desarrollo empresarial y productivo, la complementación en investigación, desarrollo y transferencia de tecnología, la formación de recursos humanos, la articulación con otras instancias del MERCOSUR, la generación de información y su procesamiento, la articulación de medidas de facilitación del comercio, y el financiamiento, entre otras acciones que se decidan. A nivel sectorial, el Programa prevé el desarrollo de foros de competitividad y de iniciativas de integración.

La producción citrícola extendida en ambas márgenes del Rio Uruguay presenta significativos índices para ambos países. Las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones del lado argentino y los Departamentos de Rio Negro, Paysandú, Salto y Artigas, del lado uruguayo, constituyen territorios limítrofes que presentan un patrón de producción citrícola basado en pomelos, naranjas, mandarinas y limones.

Las naranjas y las mandarinas tienen en Argentina, por lo general, un muy bajo nivel de industrialización y un alto nivel de dependencia del marcado interno. El período 1997-2001 golpeó fuertemente la producción nacional, la cual empezó a recuperarse y ha crecido de manera sostenida desde el año 2002/3. Por su parte, la producción uruguaya de similares

características, tanto de producción como en términos de concentración por rubro de citrus, ha venido creciendo de igual forma desde el año 2004.

Para el caso uruguayo, ya desde 1973 Uruguay puso en marcha por Ley del Congreso un Plan Nacional Citrícola que tuvo resultados muy positivos y que permitió aumentar la superficie cultivada y, en lo que respecta a la evolución del tipo de citrus, una notoria en naranjas y mandarinas con cierto desplazamiento del pomelo (Cfr. Jorge Walter y Jean Ruffier, Tramas exportadoras e innovación. La exportación de cítricos en contraestación de la región transfronteriza argentino-uruguaya, s/f, pp. 14 y 15). Tras una fuerte crisis en los años '90, la producción citrícola uruguaya ha avanzado fuertemente en el mercado internacional, sobre todo, como fruta de contraestación a los mercados el norte y, particularmente, el europeo.

La zona Norte de Uruguay, considerada la franja fronteriza, abarca los Departamentos de Salto, Paysandú, Río Negro y Rivera y cubre el 84 % de la superficie citrícola y concentra fundamentalmente la producción de naranjas y mandarinas.

En referencia a nuestro país, la citricultura se desarrolla sobre un total de 147.466 hectáreas, de los cuales el 37, 46 % corresponde a naranjas, 24,52 % a mandarinas, 29,72 % a limón y 8,31 % a pomelo. Del total nacional de la superficie cultivada, la región mesopotámica (Misiones, Corrientes, Entre Ríos y nordeste de Buenos Aires) concentra el 51, 27 % de la superficie implantada en cítricos y produce el 33,69 % de la producción nacional.

Una visión de la producción relativa a las especies en las región mesopotámica nos indica que el 45,77 % son naranjas, 45,02 % mandarinas, 6,22 % limones y 2, 99 % pomelos. Para un informe sobre la realidad intraprovincial mesopotámica pueden confrontarse los informes del Ing. Víctor Juan Luppiz, Producción de Cítricos en Argentina, 2004-2005-2006-2007, Dirección de Agricultura de la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos).

La necesidad del Mercosur de potenciar sus patrones productivos a la vez que mejora la inserción de los mismos en el mercado internacional,

de paliar los desequilibrios territoriales y las asimetrías entre las zonas más deprimidas o con los socios menores, hacen necesario que el Grupo de Integración Productiva del Mercosur pueda incluir la Cadena Citrícola Transfronteriza argentino- uruguaya dentro de su plan de trabajo.

En este sentido, se considera pertinente que los principales trabajos del GIP puedan estar destinados a la reconversión en variedades requeridas por el mercado internacional, la implementación de programas de tecnificación y modernos sistemas de riego para disminuir los costos de producción y atenuar los efectos de inclemencias climáticas, el desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas que permitan prevenir la Mosca de las Frutas o el greening así como definir políticas que permitan enfrentar las variaciones de precios por causas externas a la producción.

Se entiende que el desafío tecnológico que tiene que enfrentar la producción transfronteriza argentino-uruguaya de citrus en el marco del GIP debe centrarse en mejorar la oferta de varietales de mayor rentabilidad y disponer de paquetes tecnológicos que permitan incrementar la calidad como los porcentajes exportables.

Por los motivos aquí expuestos, solicito a mis pares que me acompañen en este proyecto de Ley.-