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PRESUPUESTO Y HACIENDA

Comisión Permanente

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Reunión del día 27/04/2004

- CONJUNTA

INVITADOS

  • licenciado Alfonso Prat Gay presidente del Banco Central de la República Argentina
  • señor senador Rubén Marín presidente de la Comisión de Economía Nacional e Inversión del Senado.
En Buenos Aires, a los veintisiete días del mes de abril de 2004, a la hora 17 y 22:
SR. PRESIDENTE FRIGERI Damos comienzo a la reunión conjunta de las comisiones de Finanzas y de Presupuesto y Hacienda, en la que contamos con la presencia del señor presidente del Banco Central de la República Argentina, licenciado Alfonso Prat Gay, y sus colaboradores. Asimismo, quiero agradecer especialmente la visita del señor senador Rubén Marín, presidente de la Comisión de Economía Nacional e Inversión del Senado.

Vamos a solicitar al presidente del Banco Central que nos brinde algunas explicaciones sobre temas trascendentes relacionados con la actividad financiera y con el manejo del presupuesto: evaluación del sistema financiero en la actualidad, evolución de la política cambiaria y previsiones hacia el futuro; también queremos preguntarle acerca de las metas de inflación, que han sido tomadas como un eje central de la política del Banco Central.

Queda en uso de la palabra el licenciado Prat Gay y luego evacuaremos las inquietudes de los señores diputados.

SR. PRAT GAY Agradezco al presidente de la comisión y a todos los diputados presentes, que están interesados en la discusión de temas que, de una manera u otra, terminan afectando no sólo a quienes estamos en esta sala sino -lo que es mucho más importante- al ciudadano medio y a todos los argentinos.

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En línea con la propuesta del temario, tenía pensado hablarles fundamentalmente de las dos responsabilidades que le competen al Banco Central, que hemos tomado con muchísima seriedad desde que asumimos la función en diciembre de 2002.

Una de ellas es recuperar la política monetaria. ¿Por qué hablamos de recuperar? Porque por más de diez años no tuvimos política monetaria y antes de esos diez años tuvimos, en todo caso, un abuso de política monetaria. El gran desafío es recuperarla en su justa proporción y en eso estamos trabajando y de eso les quiero hablar en la primera parte de mi introducción.

La segunda cuestión, o el segundo gran tema o nuestra segunda gran área de acción, se refiere al sistema financiero; allí el objetivo es ir acompañando, liderando el saneamiento del sistema financiero producto del impacto muy fuerte que tuvo la crisis que se registró entre 1998 y 2001. Esos son los temas en los cuales me quiero concentrar hoy.

En estos momentos, les están repartiendo una gran cantidad de información. Allí tienen, en primer lugar, un resumen del último informe de inversión que sacamos el miércoles pasado. El informe original tiene unas 70 páginas y lo que trajimos aquí es un resumen de sólo 26 páginas con la visión institucional, el resumen de cada una de las secciones y cada uno de los apartados que se unifican en temas específicos que son relevantes para la conducción de la política económica.

Otra de las cosas que se está entregando es un breve informe donde se explica la evolución del programa monetario en el primer trimestre del año. La Carta Orgánica del Banco Central prevé que cuando hubiera desvíos al programa monetario el Banco Central tiene que informarlo públicamente. La buena noticia es que llevamos diez meses sin desvíos y sin embargo el ejercicio de informar públicamente es un deber que hace a la reconstitución institucional que buscamos.

La tercera cuestión que tenemos ahí es bastante interesante y es una recolección de todos los cambios normativos que ha ejecutado el Banco Central durante 2003. Son cambios importantes, son muchos, a veces no del todo comprendidos aún por los principales actores o por los actores más afectados por estos cambios normativos, y creo que es buen glosario para que ustedes tengan como referencia y posiblemente surjan algunas preguntas en esa dirección.

Los primeros dos informes abarcan más la política monetaria y el otro abarca la cuestión de la política financiera y todo lo normativo del Banco Central, que ha cambiado profundamente, a partir de 2003.

Sin más introducción, vamos a hablar, en primer lugar, de la política monetaria y de este objetivo que tenemos nosotros de recuperar un instrumento, si se quiere perdido. Dentro de esta idea de normalizar al país, sabemos que un país normal cuenta con instrumentos de política monetaria independiente que, bien utilizados, pueden redundar en beneficios para todos los bancos a corto y, sobre todo, a mediano y largo plazo; en eso trabajamos pero no es un trabajo fácil.

En alguna medida es una meta bastante ambiciosa animarnos a tener lo que no tuvimos durante mucho tiempo o lo que decidimos utilizar en forma poco feliz durante muchas otras décadas.

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Ustedes saben que cuando uno mira la historia del Banco Central de la República Argentina -el año que viene cumplirá setenta años- y observa cuál fue el resultado de su accionar durante todos estos años, hay solamente algunos pocos en los cuales la institución cumplió con lo que pide el artículo 3° de la Carta Orgánica, que es preservar el valor de la moneda a través de una estabilidad de precios civilizada.

Hoy por hoy esa estabilidad de precios se define en el mundo como un ritmo de crecimiento que está entre el cero y el 5 por ciento. Esto ha sucedido únicamente en diez de los casi setenta años de vida del Banco Central, y solamente en uno de esos diez años tuvimos inversión entre cero y 5 con flotación cambiaria, y ese fue 2003.

Este es un punto de partida para encuadrar lo que queremos hacer hacia delante. Siempre insisto en este punto, y quizá suene demasiado filosófico, pero es importante para que se entienda lo que queremos hacer.

En el pasado, o bien se abusó de la política monetaria con discrecionalidad absoluta, utilizando la política monetaria para una cantidad de fines que no eran los que estaban previstos en la Carta Orgánica, o bien, y hasta quizá como reacción a ese abuso anterior, se decidió renunciar por completo a la política monetaria. Estos fueron los años de la convertibilidad, donde se tenía la idea de que era demasiado peligroso tener una política monetaria independiente porque seguramente se iba a conducir mal.

Esos eran los años donde la discrecionalidad, desde el punto de vista de la autoridad monetaria, era cero, y donde el Banco Central era simplemente un edificio con dos ventanillas: en una se compraban dólares y en la otra se emitían pesos. En eso consistía la política monetaria.

Coincidirán conmigo en que es bastante más atractivo apuntar a un término medio: ni discrecionalidad absoluta ni discrecionalidad cero; discrecionalidad acotada -como la llamamos nosotros-, con el agregado adicional -y esto es muy importante- de la mayor transparencia posible en la conducción de la política monetaria.

Esto es lo que hoy en el mundo se conoce más comúnmente como un esquema de metas de inflación, que no hace más que cumplir con lo que dice el artículo 3° de la Carta Orgánica, pero debemos hacerlo en forma institucional, y sobre todo en forma muy transparente para que todo el mundo lo pueda entender.

En eso estamos con este esfuerzo de los informes de inflación, y muchos otros, a los cuales quizá me refiera durante la exposición de hoy. Fundamentalmente, el informe de inflación es trimestral, y en él el Banco Central no solamente hace un recorrido de todos los temas relevantes para la macroeconomía sino además hace lo que nunca se hizo, es decir, animarse a tener una visión respecto de los posibles riesgos y de cuáles serían las acciones que debería tomar el Banco Central frente a los distintos escenarios.

¿Cuál es la idea? Que el ciudadano medio entienda cuál es el marco de pensamiento que tiene la autoridad monetaria para poder anticipar los movimientos y para que no estemos de vuelta en los ciclos del pasado donde cada vez que había una batería de circulares del Banco Central había que correr para ir a hacer esto o aquello porque, de lo contrario, dejábamos una cantidad de plata en el camino.

Cuando uno mira cómo estábamos un año atrás, recordarán que esta proposición parecía no solamente ambiciosa sino prácticamente utópica. Para empezar, el Banco Central, en su función de emisor de moneda monopólico -de acuerdo a lo que establece la Constitución-, estaba enfrentando una cantidad de competidores -aproximadamente once- a través de bonos provinciales que tenían, como ustedes saben, curso legal en la práctica.

Teníamos también una situación donde en el año 2002 la inflación había sido de algo más del 40 por ciento. Todos los analistas esperaban que en el 2003 la inflación fuera del 35 por ciento -el Fondo Monetario Internacional coincidía con esa proyección-, y además se decía que el Banco Central tenía muy pocos instrumentos para operar la política monetaria que queríamos implementar.

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De hecho había -y sigue habiendo en menor medida- una enorme confusión entre analistas y ciudadanos comunes respecto del rol de la política y en qué consiste la política monetaria. Hay quienes creen que la política monetaria está determinada por el valor del dólar. Si cae el dólar a 3 pesos, la política monetaria es nula; es como si no fueran relevantes los niveles de tasa de interés.

Dentro de este marco de expectativas y de esta situación en la que se quería contar con pocos instrumentos y se insistía en que aún cuando hiciéramos las cosas bien la inflación iba a ser del 35 por ciento, finalmente terminamos con expansión monetaria del 30 por ciento y con una inflación del 3,7 por ciento. Esto es algo poco común para la historia económica argentina pero en ello creíamos firmemente a principios de año. Siempre fuimos probando los límites con la convicción de que con semejante brecha de producto podíamos correr el riesgo de ir viendo hasta dónde llegar con la oferta monetaria porque desconocíamos el lugar de la demanda.

Durante el año 2003 se hizo un esfuerzo -que se extendió hasta el 2004- para tratar de moderar las expectativas de inflación. Como ya les mencioné, a principios de año se consideraba que iba a llegar al 35 por ciento, pero sin afectar el ritmo de crecimiento de la economía y sin recurrir al artificio común del pasado de tener una moneda excesivamente sobrevaluada solamente para tener una ganancia temporaria de inflación. Sin embargo, el año pasado la inflación estuvo por debajo del 4 por ciento, con un crecimiento real de la economía superior al 8 por ciento y una moneda que, como los señores diputados saben, sigue siendo muy competitiva y no ha perdido competitividad desde la salida de la convertibilidad.

Como también saben los señores diputados, las tasas de interés son las más bajas de la historia y tenemos una cantidad de informes y un sitio de internet absolutamente renovado en el que publicamos diaria, mensual, trimestral, bimestral y anualmente -creo que no falta ninguna frecuencia- una gran cantidad de indicadores y números que quizás exceden largamente el promedio de lo que hacen otros bancos centrales del resto del mundo.

Un poco he comentado lo ocurrido en el 2003 respecto de la política monetaria. Déjenme que les cuente dónde estamos parados en el 2004 y qué tenemos por delante. Luego pasaré a hablar de la política financiera. Y, posteriormente, si el señor presidente está de acuerdo, comenzaré a responder las preguntas que se me formulen.

En el informe de inflación reflejamos dónde estamos parados en el 2004, brindando fundamentalmente una visión institucional. Creemos que se está dando lo que llamamos la "normalización del ciclo económico".

Desde la salida de la crisis se han normalizado varias dimensiones, entre ellas, el sistema financiero y el funcionamiento de una cantidad de instituciones que habían dejado de hacerlo. Creo que estamos empezando a ser testigos de lo que pudo ser la normalización del ciclo económico. Con esto quiero decir que no podemos pretender que la economía crezca al 10 u 11 por ciento por siempre. Ese empuje de salida de la crisis es natural después de una caída tan profunda, pero luego del rebote la economía debería ir convergiendo a niveles más parecidos a los de la tasa potencial de crecimiento. Por lo tanto, prevemos que durante el resto del año tendremos una leve desaceleración del producto bruto y un moderado aumento en el índice de precios al consumidor.

Sin embargo, también hay que esperar a que en algún momento los precios se repongan porque no van a ser siempre insensibles al ritmo de crecimiento de la economía.

Siendo bastante más explícito en estos dos temas: inflación y crecimiento, déjenme que cuente rápidamente qué estamos comentando en el informe de inflación. Respecto de la inflación se ha instalado la idea de que los precios están subiendo; ello es en parte cierto y en otra parte no lo es. Creo que es importante mirar los datos de la realidad y dejar un poco de lado las especulaciones mediáticas respecto de si un precio en particular subió mucho en Semana Santa o dejó de subir.

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Lo que miramos nosotros es toda la canasta de bienes que están en el IPC.

En el primer trimestre de este año, el aumento del índice de precios al consumidor ha sido del 1,1 por ciento, que se compara con el 2,5 por ciento del primer trimestre del año pasado. Vale decir que por ahora, en lo que va del año la inflación es la mitad de la que teníamos un año atrás.

Dentro de ese 1,1 por ciento, tres décimas (0,3 por ciento) corresponden a aumentos muy puntuales y de una sola vez. Los ejemplos más concretos de esto son el aumento de taxis en la ciudad de Buenos Aires y el aumento de precios de cigarrillos, que tienen un correlato en términos impositivos y de recaudación. El impacto de estos dos aumentos ha sido sólo parcialmente registrado por el índice de marzo, y en abril podremos observar un impacto todavía mayor, a pesar de que el incremento de precios tuvo lugar en el primer trimestre del año.

De hecho, lo que nosotros estamos previendo es que así como en los doce meses que terminaron en marzo de este año la inflación fue solamente del 2,3 por ciento -y créanme que todavía cuando viajo al exterior y digo que nuestra inflación fue del 2,3 más de uno pregunta si es mensual- podemos esperar que en este segundo trimestre del año haya un pequeño aumento en ese número por dos motivos. Primero, porque en el segundo trimestre del año pasado hubo deflación, aunque eso tampoco es bueno y es algo que los bancos centrales deben tratar de evitar. Entonces, cuando comparamos con el año pasado esa deflación sale del cálculo y sube la acumulación de doce meses. Pero esto sucede además porque hay aumentos puntuales que -como dije- ya sucedieron y van a tener repercusión fundamentalmente en el índice de abril, que estamos esperando que sea un poco más alto que el 0,6 por ciento de marzo.

Si todo va de acuerdo a nuestras proyecciones, para fines del segundo trimestre la inflación de doce meses va a estar en 4,5 por ciento, que todavía se ubicará bastante por debajo de lo que tenemos en la meta del programa monetario, que es un rango del 7 al 11 por ciento.

Con respecto a la actividad económica, como decía anteriormente no se puede pretender que la oferta agregada crezca siempre al ritmo en que lo está haciendo la demanda agregada. Lo puede hacer hoy porque hay gran cantidad de recursos ociosos pero estos se van empleando gradualmente y cuando ya no hay más recursos ociosos por emplear tiene que crecer demográficamente la cantidad de personas dispuestas a conseguir un trabajo, y también físicamente el stock de capital empleado en la industria y en toda la economía.

Por eso es que nosotros vemos que todavía hay un margen en términos de recursos ociosos muy claramente en la tasa de desempleo, que todavía está por encima de la tasa natural, pero a medida que pase el tiempo ese margen se va a ir agotando y el correlato va a ser una actividad económica que crece fuerte pero a ritmos inferiores a los que hemos visto hasta ahora.

De hecho nosotros estamos previendo que hacia fines de este año, en el cuarto trimestre el índice se va a parecer más a 5,5 por ciento que al 10 por ciento registrado en igual período del año pasado. Sin embargo, en lo que respecta al promedio anual -que es lo relevante-, en este último informe hemos elevado el pronóstico del 6 por ciento al 8 por ciento. El Banco Central prevé que este año el ritmo de crecimiento promedio de la economía, comparando 2004 contra 2003, va a ser parecido al que tuvimos en el 2003, es decir, dos años seguidos de crecimiento en torno al 8 por ciento.

Permítanme mencionar otras dos cuestiones macroeconómicas antes de entrar a analizar el sistema financiero. La primera tiene que ver con los potenciales cuellos de botella. La segunda está relacionada con lo que yo creo es hasta ahora el indicador más alentador que hemos tenido en los últimos dos años de la actividad económica, que es la fuerte caída en los niveles de pobreza.

Respecto de los potenciales cuellos de botella, desde el Banco Central no vemos que este fenómeno esté, por ahora, generalizado.

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Hay sectores donde puntualmente ha sido muy fuerte el crecimiento y entonces vemos que están en niveles de producción que los hacen emplear casi la totalidad de factores productivos que tienen a mano.

Hay un caso muy puntual, y muy vigente hoy, que es el tema del sector energético, en particular el mercado de gas, donde vemos todos los días en los diarios los potenciales problemas que se pueden presentar. Para nosotros es un recordatorio de lo que sucede eventualmente, y no tanto una luz roja que nos indica lo que está sucediendo.

Cuando uno mira más allá de un sector puntual y por ejemplo observa toda la industria, se advierte que hoy la industria manufacturera está en niveles de producción similares a los de 1997, previos a la crisis que empezó en 1998; sin embargo, los niveles de utilización de la capacidad instalada están 5, 6 o 7 puntos por debajo de donde estaban en 1997. Vale decir que si bien se ha crecido mucho, no se ha empleado todo el margen que había disponible en los recursos ociosos a los que hacía referencia. No es solamente eso, sino que vemos que la inversión, fundamentalmente en maquinaria y equipo, empieza a crecer a un ritmo muy fuerte. En el último trimestre del año pasado la inversión fija creció casi un 50 por ciento anual y todo indica que en el primer trimestre de este año se van a mantener niveles similares de crecimiento de la inversión.

Esto no es sólo inversión en construcción residencial, como decían al principio algunos economistas. Llevamos cinco trimestres donde la inversión en maquinarias y equipos excede largamente cualquier otro renglón constitutivo de ese capítulo de las cuentas nacionales, que es la inversión.

Esto quiere decir que, por primera vez en tres años, no vamos a tener una caída en el stock de capital. La inversión va a alcanzar para compensar la depreciación y más; por lo tanto, se va a expandir la frontera de producción potencial. Esto indica que a medida que pasa el tiempo el proceso de recuperación económica se va a trasformar en crecimiento sostenido.

Respecto del gas, hay preguntas puntuales y eso lo voy a dejar para entonces. Tenemos una descripción muy breve en los informes de inversión, donde identificamos los distintos impactos macroeconómicos que podría dar un faltante de gas en el invierno.

Es importante que nosotros lo hagamos porque es un dato clave para la política monetaria en tanto y en cuanto tenga impacto no sólo sobre el crecimiento sino también sobre los precios. Aun cuando creemos que ese impacto es moderado en inflación y crecimiento, hay un impacto directo muy fácil de cuantificar en la balanza comercial, porque para cubrir el faltante de gas se recurre a menos exportación y más importación. En las cuentas comerciales si hay menos exportaciones y hay más importaciones esto tiene que tener un costo en la balanza comercial, que nosotros estamos estimando en 500 millones de dólares.

También podría haber o no un impacto fiscal, dependiendo de lo que decida hacer el gobierno con respecto a la posibilidad de trasladar o no el costo adicional del empleo de combustibles alternativos por parte de la industria y de los generadores de electricidad a los consumidores finales.

En términos de la pobreza -como decía antes- un dato realmente alentador fue la caída de los indicadores de pobreza de la segunda mitad del año pasado. Tenemos que aproximadamente 2,5 millones de personas salieron de debajo de la línea de pobreza y aproximadamente 3 millones de personas, que antes eran indigentes dejaron de serlo. Lógicamente, que los niveles siguen siendo todavía muy altos, pero estamos casi 10 puntos por debajo del peor momento que tuvimos en la crisis de más o menos 56 a 46 -si estoy recordando bien los números- y todo indica que esto debería continuar este año.

Esto sucede, entre otras cosas, porque la combinación de variables macroeconómicas está más sesgada hacia mayor crecimiento real y menor inversión. Cuanto mayor es el crecimiento mayor es el empleo, mayor es la cantidad de no empleados que pasan a ser empleados y, por lo tanto, menor el nivel de pobreza; cuanto menor es la inflación menor es el costo de la canasta familiar y, por lo tanto, con el mismo nivel de salarios se compran más bienes.

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Incluso, tenemos hecho un análisis de sensibilidad donde decimos que por cada punto adicional de crecimiento real hay 280 mil personas que salen de la pobreza, y por cada punto de inflación por debajo de lo estimado, hay 150 mil personas que salen de la línea de la pobreza.

En año pasado, cuando ustedes votaron el presupuesto nacional, recordarán que preveía un crecimiento real del 4 por ciento y una inflación del orden del 10,5 por ciento. Si fuera cierto lo que estamos estimando nosotros en el Banco Central para este año y el crecimiento real fuera de ocho en vez de cuatro, y la inflación fuera 6 ó 6,5 en vez del 10,5, esto repercutiría en que la Argentina tendría un millón y medio de pobres menos que en el escenario original. Esta es la importancia de hacer las cosas de una manera más disciplinada y previsible, como lo estamos tratando de hacer.

Voy a pedir unos minutos más para que hablemos del sistema financiero, y luego sí me comprometo a responder las preguntas que formulen los señores diputados.

Voy a ser breve para no aburrir a los que no quieran ir al fondo de algunas cuestiones, pero de todos modos -como dije antes- estoy dispuesto a tomar las pregunta que surjan de esta reunión.

Hagamos un ejercicio de retrotraernos un año atrás porque, a veces, los argentinos perdemos la perspectiva de donde estábamos, y si bien nos queda muchísimo por hacer es importante también tener esa visión de dónde estábamos y dónde estamos hoy.

Hace un año teníamos un sistema financiero con agudos problemas de liquidez y serias dificultades de rentabilidad que amenazaban con afectar fuertemente la solvencia de las entidades financieras. En el 2002, los bancos perdían 1.500 millones de pesos por mes, y en la primera mitad de 2003, perdieron aproximadamente 300 millones. De esta manera, lógicamente se iban comiendo su patrimonio neto.

Había una fuerte existencia del Banco Central para ir paliando estos problemas que, como ustedes saben, alcanzó un total de 20 mil millones de pesos, pero solamente en el año 2002 se dio asistencia a los bancos por aproximadamente 8 mil millones, sin tener por entonces una regla absolutamente clara acerca de las circunstancias y condiciones en que se le prestaba a las entidades para paliar sus problemas de liquidez.

Un año atrás, teníamos el 40 por ciento de los recursos acorralados y elevadísimos niveles del 45 por ciento de cartera irregular de los bancos. Teníamos un ritmo de amparos mensuales de alrededor de los 1.500 millones y teníamos una fuerte reducción en los balances en la medida en que los bancos estaban más preocupados por cobrar préstamos que por expandir los negocios.

¿Cómo estamos hoy? En cuanto a liquidez, estamos en los niveles más altos de la historia. Hoy los bancos tienen liquidez por más o menos el 28 por ciento del total de depósitos. Nunca antes tuvimos semejante nivel de liquidez.

En cuanto a la rentabilidad, las pérdidas de la primera mitad del 2003 desaparecieron, y ya en el cuarto trimestre del 2003 los bancos tenían números equilibrados. En el primer trimestre de este año esperamos una leve pérdida, que tiene que ver más con ajustes de la historia que con el desarrollo de negocios, porque sus márgenes financieros siguen mejorando.

En términos de solvencia, en cuanto a niveles de capital del sistema financiero, en los últimos dos años los bancos han hecho aportes de capital de aproximadamente 7 mil millones de pesos, de los cuales 5.400 millones ya están aprobados y 1.500 millones están en curso. Esto lo han hecho bancos privados locales y extranjeros, y también estamos en el proceso de convencer a algunos gobiernos provinciales para que recapitalicen en sus bancos dentro del marco del nuevo esquema de supervisión y las nuevas normas de capitales mixtos.

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Como señalé, en 2002 la asistencia del Banco Central fue de 8 mil millones de pesos; en cambio en 2003 cobramos de los bancos 1.500 millones de pesos, y en lo que va de 2004 hemos cobrado 400 millones de pesos. Además quiero comentar que a partir del 2003 aplicamos una política muy clara acerca de las condiciones y circunstancias en las que el banco puede solicitar un redescuento por iliquidez, cosa que antes no existía.

Actualmente los CEDRO representan solamente el 5 por ciento del total de depósitos. Aclaro que la tenencia es voluntaria ya que en distintas oportunidades los ahorristas tuvieron la posibilidad de dejar los CEDRO y pasar a tener depósitos a plazo fijo. Si no lo hicieron seguramente fue porque optaron por mantenerlos.

La cartera irregular, que antes representaba el 45 por ciento del total de financiaciones, hoy está en un 35 por ciento, ya que los deudores empezaron a mejorar su clasificación. Los amparos han aumentado un poco en los últimos meses pero están en un nivel de 200 millones mensuales y no 1.500 millones.

Por otra parte el crédito, tema que nos preocupa a todos, está empezando a recuperarse. Como los señores diputados saben en marzo el aumento del crédito al sector privado fue de mil millones de pesos. Solamente se trató de un mes, pero el número es bueno ya que representa un 3,5 por ciento. Al respecto quiero comentar que en los últimos seis meses el crédito al sector privado está creciendo a una tasa anual del 15 o 20 por ciento, lo que hasta hace pocos meses parecía difícil de creer.

Asimismo, hemos logrado que los bancos fueran dejando de lado la historia y pensaran más en el futuro. De hecho, en abril hemos recibido planes de negocio de los bancos originados en nuestro pedido. Contamos con el informe sobre cómo los bancos piensan desarrollar sus grandes negocios en los próximos tres años. Esto es absolutamente inédito en una Argentina que supo ser cortoplacista y enfocarse mucho más en ello.

Como ustedes ven, si comparamos dónde estábamos un año atrás y dónde estamos ahora, sin duda podemos decir que estamos satisfechos con los resultados. De todos modos, queda pendiente una cantidad de cuestiones y mucho por realizar.

Simplemente quiero hacer una breve reflexión sobre la contribución del Banco Central en los resultados que hoy tenemos. Evidentemente los resultados dependen de dos factores: la macroeconomía, el buen funcionamiento de la economía y de algún modo también ayudó mucho el esfuerzo de refundación normativa del Banco Central y el esfuerzo de supervisión realizado en los últimos meses, enfocado en la Superintendencia de Entidades Financieras y en las entidades que necesitan reencuadrarse. Vemos esto como un logro importante, sobre todo cuando nos comparamos con otros países que tuvieron similares experiencias a la Argentina.

Voy a darles un dato que considero muy interesante para que lo tengan como trasfondo de la discusión. Cuando uno compara lo ocurrido a partir de la crisis de México -en los años 94 y 95- y lo que sucedió a lo largo de los llamados "mercados emergentes" -incluyendo la crisis del sudeste asiático, Turquía, Venezuela y Ecuador- nota que la caída del nivel de los depósitos, la caída del patrimonio neto del sistema financiero de la Argentina durante esta crisis, fue de aproximadamente el doble del promedio de la caída de una crisis típica. O sea que la crisis argentina duplicó en magnitud a las crisis típicas que vivieron otros países durante los 90.

¿Con qué recursos contaba el gobierno y el Banco Central para afrontar la crisis? En muchos países, desde el punto de vista fiscal, la crisis se llevó muchísimos recursos. En el caso del sudeste asiático, hizo falta que el gobierno gastara más del 50 por ciento del PBI para recapitalizar a los bancos. En el caso de Chile, en 1982 hizo falta casi el ciento por ciento. Y, en el caso de Argentina, cuando uno suma todos los bonos de compensación o pesificación asimétrica emitidos y de compensación a los ahorristas en los distintos canjes, llegamos a un costo fiscal aproximado al 11 por ciento del producto bruto. Esto se compara en la crisis típica con cerca de un 32 por ciento; o sea la tercera parte.

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Existe un último tema muy importante, que se relaciona con las restricciones que nosotros teníamos al momento de ir resolviendo los problemas. Me refiero al rol de los organismos multilaterales de crédito.

Cuando observamos las distintas crisis a las que hice mención, en todos los casos hubo aportes muy importantes, ya sea del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y en algunos casos del BID. Si prestamos atención sólo al FMI, los aportes promedio de este organismo después de la crisis, en cada uno de estos casos llegaron aproximadamente a 6.000 millones de dólares.

En cambio, en nuestro caso lo que hubo fue un aporte al revés. El gobierno estuvo haciendo pagos netos a los organismos en estos últimos años de aproximadamente 6.500 millones de dólares.

Entonces, teníamos una crisis que duplicaba en magnitud la crisis típica, y contábamos con sólo la décima parte de los recursos para recapitalizar el sistema financiero. Lo único que teníamos a nuestro favor era el tiempo. Por eso el objetivo del Banco Central fue fijar normas claras, transparentes, equitativas para todos los bancos, y darles tiempo para que fueran cumpliendo esas normas y fueran acercándose de a poco a donde queríamos que estuvieran.

No voy a darles un detalle exhaustivo de las normas porque las tienen en esa carpeta. Si quieren podemos precisar algunas en el momento de las preguntas, pero resumiendo un poco lo sucedido, para nosotros el 2003 fue el año de la refundación normativa desde el punto de vista del Banco Central, y de la recuperación de la liquidez, desde el punto de vista de los bancos. Fue el año de la normalización, tanto en las reglas de juego como en las condiciones mínimas básicas de funcionamiento de los bancos.

Esperamos que el 2004 sea el año del retorno del crédito. Desde el punto de vista del Banco Central, es un año donde tenemos que hacer tareas de mantenimiento más que tareas de refundación. Desde el punto de vista de las entidades, este es el año donde debieran aprovechar el contexto macroeconómico para empezar a expandir sus balances y, de esa forma, mejorar su situación patrimonial y -lo que es más importante- contribuir al crecimiento de la economía a través del crédito.

¿Cuáles son los problemas que quedan pendientes en el sistema financiero? Primero y principal es que los bancos todavía se encuentran con una exposición muy alta al sector público. Casi el 50 por ciento de los activos del sistema financiero son o bien préstamos garantizados o bien bonos públicos. Esto implica que el valor de los bancos depende mucho no sólo de la capacidad de repago del gobierno nacional sino también de lo que suceda en el proceso ya iniciado de reestructuración de la deuda que, como ustedes saben, está liderado por el Ministerio de Economía.

También hay un problema acuciante que se ha profundizado en los últimos meses, que es el de la estructura de fondeo. Fundamentalmente, los bancos empiezan a ver que se les achica mucho el plazo de fondeo, en la medida en que hay un traspaso de plazos fijos a cuentas a la vista. Entonces, se achica el plazo promedio del pasivo y eso dificulta mucho hacer demasiadas cosas por el lado del activo.

Esto está sucediendo hoy, fundamentalmente, por el impacto nocivo del impuesto al cheque, que hace que al ahorrista le convenga estar en una caja de ahorro o en una cuenta corriente antes de estar constituyendo un depósito a plazo fijo porque todo lo que recibe como rendimiento de ese depósito a plazo fijo y más se lo lleva el fisco a través del impuesto al cheque.

También en los bancos hay un importante problema de descalce, no sólo de plazos -como mencionaba antes- sino también de tasas de interés; asimismo, se observan descalces de monedas. Esto deja a los bancos muy expuestos a volatilidad en la tasa real de interés o en el tipo de cambio, y los deja sin instrumentos para poder cubrir esos riesgos. Como ya tienen en esos casilleros mucho más riesgo del que quisieran tener, esto los frena para asumir el que nosotros queremos que asuman, que es el de prestar nuevamente al sector privado.

La cartera irregular todavía es alta, a pesar de que ha bajado. Los amparos todavía son un problema, no solamente desde el punto de vista del stock y el impacto patrimonial sino también desde el punto de vista del flujo. Todavía hay que avanzar mucho en la transparencia de precios, tasas y comisiones.

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Hoy el ciudadano común no tiene forma de entender muy bien qué es lo que le está cobrando este banco respecto del otro. Ahí estamos trabajando en el Banco Central con las asociaciones para transparentar muchísimo este procedimiento, sobre todo en las tarjetas de crédito y en otros productos y -como dije antes- por todos los motivos que mencionaba a los bancos todavía les cuesta; pero hay una predisposición menor a la que nosotros quisiéramos por volver a prestar, a pesar de que eso está empezando a cambiar.

Estos son los problemas en los que estamos trabajando ahora. Son problemas bastante menos urgentes que los que teníamos un año atrás, pero son problemas de suficiente magnitud como para que no nos demos el lujo de cruzarnos de brazos y en eso estamos trabajando día a día. Es mucho lo que estamos haciendo en estos dos capítulos de política monetaria y financiera.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Antes de darle la palabra a los diputados, hay una serie de preguntas que han sido enviadas por escrito, a las que les quiero dar prioridad. Algunas de las preguntas ya han sido contestadas en la exposición del presidente del Banco Central y otras las voy a leer para que las responda. La primera inquietud dice así: si la mayor parte de los pagos de la deuda externa deben ser efectuados en moneda extranjera, y si se requiere compatibilidad entre la política cambiaria y la fiscal, ¿el mayor superávit fiscal no debería corresponderse con un incremento de las reservas internacionales?

SR. PRAT GAY Habiendo mayor superávit fiscal le compete a la Tesorería y al Ministerio de Economía decidir en qué se coloca ese excedente fiscal, si es que lo hubiere. Creo que algo de eso -en atención a la pregunta- está sucediendo en las últimas semanas con la orden que le dio la Tesorería al Banco de la Nación, precisamente para ir acumulando dólares.

Habría que preguntarle al secretario de Hacienda y al ministro de Economía cuál es el objetivo puntual de esas compras, pero no podemos soslayar la realidad de que el gobierno nacional, aun dejando de lado los pagos de la deuda que no está al día, con la deuda que sí está al día, tiene una cantidad de pasivos que van madurando en dólares, tiene la necesidad de ir acumulando dólares para hacer frente a esos pagos y eso es precisamente lo que está haciendo en estos momentos.

Esos números no aparecen en las reservas del Banco Central y creo que a partir de estas intervenciones queda mucho más clara la diferencia entre lo que es ahorro fiscal y lo que son las reservas del Banco Central, que forman parte del activo del Banco Central.

No hay que mezclar una cosa con la otra porque, como ustedes saben, la relación entre el Banco Central y la Tesorería, en todo lo que tiene que ver con el financiamiento, está debidamente reglamentada por la Carta Orgánica, fundamentalmente, por el artículo 20. Hay límites sobre los que el Banco Central le puede prestar a la Tesorería y esos límites hay que respetarlos.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Puedo ampliar la pregunta que hizo el diputado Cafiero. El gobierno central este año tiene compromisos, si no me equivoco, por 1.400 millones de dólares y el excedente comercial puede rondar los 11 o 12 mil millones. En este sentido, si el Banco Central no comprara divisas el tipo de cambio puede caer a niveles que no son convenientes. La pregunta sería si, además de los 1.400 millones, no sería conveniente que el gobierno con parte del superávit fiscal compre para aumentar reservas, más allá de los compromisos propios que tiene, como es el pago de la deuda que no está en default.

Es decir, ¿cuál es el efecto de que caiga el tipo de cambio más allá de ciertos niveles? ¿En qué se puede afectar la política fiscal con el impuesto a las retenciones? Y finalmente quisiera saber si la política del Banco Central puede estar limitada con la emisión y luego el bloqueo de esa emisión para comprar divisas. Después, el propio gobierno, con la política fiscal, compra más de 1.400 millones.

SR. PRAT GAY Esto me lleva a hablar un poco de la política cambiaria que era el tercer tema de la reunión de hoy.

T.11RinaldiF

Teniendo en cuenta cómo entendemos la política cambiaria en el Banco Central, lo que tenemos es un régimen de flotación cambiaria. Esto quiere decir que el peso flota contra el resto de las monedas y, dicho sea de paso, vale aclarar que la única moneda que existe no es el dólar. Incluso hay monedas que son más relevantes para la Argentina desde el punto de vista del comercio internacional -el real es una de ellas-.

Cuando tenemos un régimen de flotación tenemos que acostumbrarnos a dos cosas. En primer lugar, el tipo de cambio puede subir y bajar; es parte de la definición del régimen de flotación. En segundo término, el Banco Central tiene un objetivo distinto del tipo de cambio porque, tal como establece el artículo 3° de la Carta Orgánica, está obligado a preservar el valor de la moneda.

En mi versión de la Carta Orgánica no hay una nota al pie de página que diga que esa moneda es el dólar, y debo entender que la moneda a la que se refiere la Carta Orgánica es el peso, y la mejor manera de medir el valor del peso es a través del poder adquisitivo que tiene el peso en el bolsillo de los ciudadanos argentinos.

La forma de preservar el valor de la moneda es asegurando los niveles de inflación bajos y estables hacia adelante. Es en ese marco que nosotros construimos nuestro programa monetario, intentando estimar dónde está la demanda de dinero para cada nivel de inflación. Es decir que tenemos un rango de inflación del 7 al 11 por ciento y tenemos un rango estimado de demanda de dinero, y de allí surgen en el programa monetario los límites a la expansión monetaria que nosotros tenemos.

No son límites fijados por el nivel de tipo de cambio sino que están establecidos a priori por nuestro programa monetario que, como dije, fue presentado el 18 de diciembre, y lo hemos venido cumpliendo puntualmente durante diez meses.

El resto va a depender mucho del funcionamiento del mercado de cambios. El gobierno está en todo su derecho a hacer las compras que quiera con el objetivo que desee. Creo que la buena noticia es que ahora las compras las hace el gobierno directamente en el mercado, separando todavía más las dos funciones.

Esto lo puede hacer fundamentalmente debido a la forma en que hemos avanzado en el desarrollo del mercado de cambios. Todavía falta mucho por hacer, pero hace un año los volúmenes negociados en el mercado de cambios eran de aproximadamente 40 millones de dólares diarios, y hoy estamos cerca de 230 millones.

Fíjense ustedes que si la Tesorería hubiera decidido comprar 20 millones diarios cuando el volumen total era de 40 millones, eso habría tenido un gran impacto y habría generado una volatilidad muy importante.

Como el mercado es más profundo, hoy estas compras la Tesorería las puede hacer a través del mercado, y no necesariamente viniendo al Banco Central. Lógicamente, en algunos casos los volúmenes son demasiado grandes y esto último que dije no se aplica.

Por ejemplo, el 9 de marzo, cuando hubo que hacer un pago de 3 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional, hubiera sido un poco descabellado pedir a la Tesorería que salga a comprar ese dinero en el mercado.

SR. PRESIDENTE FRIGERI La segunda pregunta es la siguiente: ¿por qué se ha avanzado en la liberalización del mercado cambiario cuando aún está en fase preliminar la negociación de la deuda pública y, en consecuencia, no se conocen las necesidades futuras de divisas?

SR. PRAT GAY Creo que hay que distinguir entre sector público y privado. No se trata de que solamente el sector público necesita las divisas: cualquier economía abierta que funcione de manera más o menos integrada al mundo tiene la necesidad de operar con divisas, y prácticamente esta es una necesidad que tienen todas las empresas y todos los ciudadanos, a menos que estemos pensando en otro tipo de economía.

Si además creemos profundamente en que lo que tenemos es un régimen de flotación, debemos asegurarnos de que podamos desarrollar de la mejor manera posible el mercado para que quien tenga una orden de compra encuentre en otro lado una orden de venta, y esto se puede ir haciendo en forma más o menos articulada sin generar saltos hacia arriba o abajo, que podrían distorsionar mucho las variables, y excitar quizá a los periodistas, que siempre están buscando si subió un centavo o se desplomó un centavo.

Fundamentalmente, la idea fue ir normalizando el funcionamiento del mercado de cambios para que todos podamos creer que, efectivamente, lo que tenemos es un régimen de flotación.

T.12

Es incompatible la flotación con un esquema rígido donde solamente se permiten algunas operaciones en particular. Siendo así estaríamos flotando en torno de un nivel poco relevante desde el punto de vista de las señales de los precios con el resto de la economía.

SR. PRESIDENTE FRIGERI La siguiente pregunta es: ¿cómo evalúa el impacto de la posible suba de las tasas de interés de Estados Unidos en la suerte de la propuesta de reestructuración de la deuda de nuestro país?

SR. PRAT GAY He tomado la decisión de no opinar sobre el tema de la reestructuración de la deuda porque desde 1992 ese asunto dejó de ser competencia exclusiva del Banco Central para pasar a ser competencia del Ministerio de Economía. Por lo tanto, lo único que puedo hacer es observar los datos de la realidad y desde el Banco Central ir preparando las distintas alternativas en función de lo que pueda suceder con esa negociación. Lógicamente, habiendo una suba fuerte de las tasas de interés en Estados Unidos va a ser más difícil tener cupones bajos del nuevo bono que teniendo tasas de interés del 1 por ciento.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Tiene la palabra el señor diputado Lozano.

SR. LOZANO Señor presidente: quería hacer referencia a un punto en particular considerando la posible suba de la tasa de interés. El tema lo relaciono con la exposición del presidente del Banco Central respecto de la política monetaria. Nos sorprendió escuchar que la recuperación de la capacidad de emisión de moneda estuviera ligada a la existencia de una capacidad ociosa instalada y que no se señalara el punto a favor que es muy importante y que supone la vigencia de una tasa de interés indudablemente muy baja en el mundo. Digo esto en el contexto de una cuenta de capital que se mantiene abierta, presuponiendo que puede haber un alza de la tasa de interés internacional. Entonces, manteniendo abierta la economía en términos financieros, quisiera saber en qué medida estamos recuperando capacidad de emisión de moneda siendo que contamos con moneda propia. Uno percibe que el dólar sigue siendo la unidad de reserva de valor en la discusión de la moneda en la Argentina. En consecuencia quisiera saber cómo ve la política monetaria, tal cual se está planteando, frente a la evolución de la tasa de interés internacional hacia arriba y no manteniéndose una situación beneficiosa que implica una tasa de interés baja.

SR. PRAT GAY Es difícil contestar esa pregunta. En este momento no es sencillo identificar exactamente cuál es el mecanismo de transmisión entre la tasa de interés americana y las condiciones financieras locales fundamentalmente, como sucede en otros países -y sucedió en Argentina en algún momento- porque no tenemos una conexión inmediata con el mercado internacional. El famoso índice de riesgo país es poco relevante porque Argentina no toma fondos del mercado internacional y tampoco del sector privado. Por tal motivo, no es una tasa de referencia inmediata.

Sin embargo, podría suceder que habiendo un importante aumento en la tasa de interés americana alguien prevea o calcule el retorno en pesos como si fuera menos atractivo que lo que se ofrece afuera con una tasa mayor. Ello podría llevar a algún acomodamiento vía cuenta capital, tal como propone el señor diputado.

Con un régimen de flotación cambiaria y de tasas de interés determinadas por el mercado, estas dos variables debieran ajustarse solas. Esto es lo que seguiría equilibrando en la medida que suceda lo que usted plantea.

Si hubiera una salida de capitales porque afuera la tasa de interés es mucho más atractiva podría generarse una caída del peso, un aumento del tipo de cambio y un aumento de la tasa de interés. De todos modos, esa modificación de los precios debería morigerar el cambio de los volúmenes porque en eso consiste el mercado que opera libremente.

T.13

Si esto es factible o no, no depende de nosotros sino de un señor que está sentado en Washington y decide qué es lo que va a hacer con eso.

SR. LOZANO Pensé que iba a decir que ese señor era Dios.

SR. PRAT GAY Si este señor decidiera efectivamente subir las tasas de interés, veremos qué puede suceder. Parecería ser que ese aumento de tasas esta vez va a ser bastante más gradual que lo que ha sido en otros ciclos de suba de tasas en Estados Unidos. Por lo tanto, no hay todavía demasiadas razones para preocuparse.

SR. PRESIDENTE FRIGERI El señor diputado Cafiero pregunta por qué no se prevé abonar con pesos los compromisos con los organismos multilaterales de crédito que admiten tal acción como, por ejemplo, el Banco Mundial, a fin de aliviar la necesidad futura de divisas, y qué opinión le merece al Banco Central esta alternativa.

SR. PRAT GAY No me consta que esa alternativa esté en los estatutos.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Otra pregunta que el señor diputado Cafiero envió por escrito es cuál es la cifra final de las compensaciones del sistema financiero y cuál ha sido el monto para cada entidad bancaria; cuál ha sido el costo fiscal de la crisis bancaria el 2001.

SR. PRAT GAY El costo fiscal total, en nuestra mejor estimación -ya la mencioné durante mi exposición- fue de alrededor de 11 puntos del producto, es decir, alrededor de 40.000 millones de pesos.

SR. CAFIERO Usted dice que estaría alrededor de los 40.000 millones de pesos, pero no me cierra esa cifra con el aumento de la deuda pública que ha habido en estos dos años, que es de cerca de 32.000 millones de dólares. Por eso solicité al presidente que volviera a formular la pregunta y quisiera conocer también el detalle por entidad.

SR. PRAT GAY Vuelvo a contestar que la deuda se incrementa no sólo por este casillero en particular sobre el cual está preguntando usted sino que puede subir por otros motivos. Por ejemplo, si hay deuda en euros y éste se aprecia contra el dólar, esa deuda vale más en dólares de lo que valía antes. Pero para analizar eso hay que ir a la Secretaría de Hacienda y fijarse en esos números para poder ver el desagregado que explique por qué subió.

En términos de bonos nuevos, que son las distintas series de Boden, la emisión es de aproximadamente 40.000 millones de pesos, algo más de la mitad destinados a compensar a los bancos por la pesificación asimétrica y el resto como suplemento de los canjes a los depositantes, en la medida en que ellos iban retirando los depósitos.

SR. CAFIERO ¿Cuál es la cifra, entonces?

SR. PRAT GAY Para compensación a los bancos la cifra es de aproximadamente 28.000 millones de pesos, en Boden emitidos con el único objetivo de compensar a los bancos por la pesificación asimétrica.

SR. PRESIDENTE FRIGERI La deuda también aumentó mucho cuando bajó el dólar.

SR. CAFIERO Lo que no me parece es que tengamos que computar solamente los Boden y la compensación como el costo total de la crisis bancaria. Me parece que también tendríamos que incluir el tema de los préstamos garantizados. Creo que allí hubo cálculos que permitieron a los bancos juegos contables que significaron un costo importante para el Estado. Por eso la cifra no me cierra.

Me parece que deberíamos proponer una reforma de la Carta Orgánica del Banco Central y agregar dentro de los objetivos no sólo el mantenimiento de la moneda sino también el pleno empleo. Creo que ahí es donde se le podría ver alguna utilidad a este enorme costo que está teniendo el Estado, que está sosteniendo un sistema financiero que no genera las bases de una reactivación.

Las cifras de liquidez que mencionaba el señor presidente de Banco Central explican la ineficiencia que ha tenido nuestro sistema financiero.

T.14

Hay una enorme liquidez, ¿en función de qué? Nosotros necesitamos un sistema financiero para que intermedie entre el ahorro y la inversión y esto no está sucediendo y estamos teniendo un sistema financiero que nos está costando no sólo estas compensaciones sino tener el 50 por ciento de los activos destinados a préstamos al sector público. Sintéticamente creo que deberíamos tener una visión más integral de cuál es el costo que va a tener la Argentina.

SR. PRAT GAY Sin duda hay que tener una visión más integral pero no hay que confundir los tantos. Creo, con todo respeto, que lo que está haciendo usted en su propio...

SR. CAFIERO Lo que pasa es que yo tengo menos tiempo que usted para hablar.

SR. PRAT GAY Yo tengo todo el tiempo del mundo. De cualquier manera lo que yo quiero decir es lo siguiente: la compensación, técnicamente, no fue una compensación a los bancos sino que fue una compensación a los deudores que fueron pesificados 1 a 1, de ahí surgió la diferencia entre 1 y 1,40.

En segundo lugar, si usted cree que efectivamente hubo maniobras con los préstamos garantizados, le pido que me lo haga saber porque lo tendríamos que ver. No sé de qué trata, pero deberíamos estar debidamente informados.

En tercer término, comparto plenamente -está más justificada por algún número distinto de uno- su preocupación y su aseveración respecto del excedente de liquidez de los bancos. Esta es una cuestión sobre la cual nosotros hemos insistido muchísimo. Ustedes habrán visto que las pocas veces que el Banco Central tiene apariciones públicas no deja de aprovechar la oportunidad para insistir en eso. No es una buena noticia que los bancos tengan excedentes de liquidez porque no los saben prestar.

Ahora hay que preguntarse por qué sucede esto. Por empezar, la mitad de ese excedente de liquidez está hoy en entidades públicas, que no han sido tradicionalmente las entidades menos dispuestas a prestar. Hay cuestiones estructurales microeconómicas de la banca pública que hacen que no pueda hoy canalizarse esa liquidez al retorno del crédito.

Otra cosa que hay que tener en cuenta respecto de este tema es que el crédito está hoy recuperándose, mucho más temprano de lo que cualquiera se hubiera imaginado. Lo invito a que mire cualquier comparación internacional. En México, por dar un ejemplo, el crédito bancario en términos reales todavía hoy está por debajo del nivel que tenía antes de la crisis, pese a que ya pasaron diez años. Lo mismo sucede en cualquiera de los otros países que tuvieron crisis de la mitad de la magnitud de la que fue la crisis argentina.

Cuando hay un cimbronazo de esa magnitud tardan tanto los ahorristas como los accionistas como los deudores en ponerse de acuerdo en qué momento y a qué nivel de tasa se pueden volver a contratar y conceder nuevos préstamos. Ahí es muy importante todo lo que se puede hacer desde el punto de vista de la política monetaria; porque en tanto y en cuanto recupere el Banco Central su credibilidad, en tanto y en cuanto la población le crea al Banco Central que la inflación va a ser la que el Banco Central cree que va a ser, las tasas reales de interés son las mismas para todos.

Hoy tenemos un deudor que no sabe si en realidad la inversión va a subir o va a bajar, entonces tiene miedo y creo que la tasa es muy alta; tenemos un ahorrista que no sabe si la inflación va a subir y, por lo tanto, se van a licuar sus ahorros.

Es muy importante que, a través de un esfuerzo permanente y constante desde el punto de vista de la política monetaria, vayamos avanzando en esa dirección. Eso es lo que estamos tratando de hacer.

SR. CAFIERO En esto no puedo dejar de repreguntar, porque el presidente del Banco Central no puede desconocer el decreto 1.387, que dio origen a los préstamos garantizados y que permitió que los bancos canjearan bonos que estaban casi en default o con un valor de mercado bastante inferior al valor nominal por préstamos garantizados al 100 por ciento. A eso me refería...

SR. GUTIÉRREZ (J.C.) Ese fue Cavallo.

SR. CAFIERO Yo no le estoy adjudicando al presidente del Banco Central una responsabilidad en esto, porque la película no empieza cuando nombramos a Pray Gay como presidente del Banco Central, sino que viene de antes.

T.15RinaldiF

Entonces, hay cuestiones que son anteriores y creo que se deberían haber revisado a la hora de hacer este balance en cuanto a lo que le costó la crisis al Estado argentino.

SR. PRAT GAY Es muy difícil hacer ese cálculo en forma hipotética.

Le voy a dar un ejemplo, aunque aclaro que yo no estoy defendiendo a nadie aquí: ni a los que hicieron o dejaron de hacer, ni a los que recibieron o dejaron de recibir. Cuando el gobierno pesificó los préstamos garantizados que venían de esa reestructuración, en ese momento el tipo de cambio, en su versión dólar contra el peso, en el mercado de futuros cotizaba a 10 pesos a un año.

Estos préstamos garantizados son, en el mejor de los casos, a siete u ocho años. Usted extienda, señor diputado, esa cotización hacia el futuro, y si hubiera tenido que ponerle un valor de mercado a esos préstamos en el momento de la pesificación, hubiera sido mucho menor. Lo que quiero decir es que este ejercicio es muy fácil hacerlo elegantemente equis meses después, pero no tiene demasiado asidero porque las condiciones son muy distintas.

Quiero volver a una cuestión que no mencioné antes respecto del retorno del crédito, y lo quiero decir porque no insistí demasiado en la introducción sobre los cambios normativos.

Pero hay un cambio normativo que es muy importante que se entienda en la reunión de hoy. Si hay un mensaje que se deberían llevar de los cambios normativos es el siguiente: durante los años noventa teníamos un esquema de capitales mínimos que se denominaba Basilea Plus, donde se le exigía a los bancos tener un ratio de capital sobre los activos incluso superior a lo que se exigía normalmente en otros lugares del mundo: en vez del 8 por ciento se pedía el 11 por ciento.

Pero esto era nada más que la superficie: cuando uno empezaba a ver la normativa del Banco Central y analizaba cuánto capital el banco solicitaba por tipo de préstamo, ya sea que ese préstamo fuera al sector público, a una empresa grande o mediana o a una familia, en ese momento uno realmente cae en la cuenta de lo distorsivo que era el régimen normativo anterior.

Voy a dar un ejemplo. Por un peso de capital, con la norma anterior, usted podía prestarle hasta 25 pesos al gobierno nacional o a los gobiernos provinciales. Podía prestarle, en el mejor de los casos, 8 ó 9 pesos a una empresa grande, 6 pesos a una empresa pequeña y 5 pesos a una familia. Esto era así debido a la forma en que se calculaba el riesgo de cada uno de estos sectores.

La norma anterior incentivaba a que los bancos prestaran fácilmente al sector público a tasas muy altas, ya sea el gobierno nacional o gobiernos provinciales. Quizá el cambio más importante de nuestra refundación normativa fue precisamente tratar a todos los sujetos de crédito por igual: si un banco tiene hoy un peso de capital, puedo prestarle 12,5 pesos ya sea al sector público, al sector privado, a las familias o a las pequeñas y medianas empresas. No hay discriminación de ningún tipo en la oferta de crédito, como sí había en el pasado.

Este es un tema muy importante porque hace al retorno del crédito, y si tuviéramos los ratios que tuvimos durante los 90 el crédito no estaría volviendo a la velocidad que lo está haciendo.

SR. GUTIÉRREZ Con relación al tema del crédito bancario, el señor presidente del Banco Central acaba de mencionar recién tangencialmente el tema de la liquidez que tienen los bancos.

El 50 por ciento de la liquidez la tienen los bancos oficiales, y la mayor cantidad de préstamos son de los bancos nacionales y de los extranjeros, pero no de la banca oficial.

El señor presidente habló de temas microeconómicos, y le pediría que nos dé algunas precisiones por las cuales los bancos oficiales hoy tienen esta liquidez y no dinamizan el mercado crediticio.

En segundo lugar, si este aumento que está planteando el señor presidente en cuanto a la reactivación del crédito se va potenciando en el futuro y provoca un efecto multiplicador sobre el circulante, quisiera saber si esto de alguna manera no va a calentar la inflación y los créditos.

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SR. PRAT GAY Empiezo contestando la segunda pregunta, siempre yendo de la macro a la microeconomía. Es un punto excelente el planteado sobre el multiplicador monetario. Ello lo habíamos previsto el año pasado en el programa monetario, volvimos a hacerlo en el informe de inflación del primer trimestre y ahora lo estamos siguiendo muy de cerca.

Cuando nosotros elaboramos el programa monetario teníamos una proyección de demanda de dinero. Preveíamos que esa demanda podía satisfacerse de dos maneras: con emisión de dinero primaria y con un plus adicional que fue la creación secundaria de dinero a través del efecto multiplicador mencionado. Incluso, en uno de nuestros informes de inflación señalamos que esta era una de las incertidumbres a la que le queríamos dar la bienvenida. Ojalá lo logremos porque ello significaría la vuelta del sistema financiero a su debido estado.

Cuando miramos los números notamos que en el primer trimestre el aumento del crédito del sector privado estuvo en el orden del 4 o 4,5 por ciento.

Para el 2004 teníamos proyectado en nuestro programa monetario un piso del 40 por ciento. La duda es si el resto se va a parecer más a marzo -con el 4 por ciento mensual aproximadamente, lo que estaría en línea con lo previsto- o si se va a parecer más a enero o febrero donde hubo subas y bajas pero sin mantenerse una tendencia estable. Seguimos confiando en que sea un 40 por ciento; y si fuera más posiblemente tendremos que ajustar un poco los números.

Pasando al tema de la banca pública, la mitad representa la mitad del excedente por encima de lo que pide el Banco Central; no es la mitad de toda la liquidez. Al respecto hay dos temas: uno tiene que ver con algo dicho anteriormente y es que algunos de estos depósitos son oficiales, ya sea del gobierno nacional o de los gobiernos provinciales porque las cuentas públicas están mejor. Estos bancos tienen un límite a mantener en cuenta corriente porque no vaya a ser que habiendo una necesidad del sector público en particular queden descalzados los plazos. Esto es parte de la explicación. Por otro lado, creo que no solamente se aplica a la banca pública sino a los bancos en general. Después de diez años de prestar de una manera muy particular, especialmente al sector público y a empresas grandes que eran vedettes durante los 90, pero que con la nueva composición de las variables económicas dejaron de serlo, toma un tiempo al gerente de créditos de una entidad en particular rehacer la cartera de clientes y el esquema de análisis del crédito. A mi entender esa es una de las razones microeconómicas que están obstaculizando el retorno del crédito.

Me cuesta hacer una sentencia en términos de que esto es peor en la banca pública que en la privada porque no se puede generalizar. Pero sí puedo decir que individualmente hay algunos bancos que han sido bastante más agresivos que otros en este proceso de retorno del crédito. Además, como consecuencia de ello, sus balances han sido bastante mejores que los de quienes fueron más cautelosos.

SR. PRESIDENTE FRIGERI En este punto creo que me inclino por la segunda parte. Los bancos buscan nuevos mercados de crédito y la tasa de interés actual está por debajo de la tasa de interés para créditos que teníamos en la época de convertibilidad. Esto es algo que sorprende y todavía hay excedentes porque no están colocando los créditos. De todas maneras, hay bancos más audaces que buscan nuevos mercados.

Creo que la banca pública debe pagar en algún momento esa falta de audacia. Tal vez se trate de una costumbre. No olvidemos que el Banco Nación ha prestado mucho al sector agropecuario que se demoró en hacer los pagos y hoy no está reaccionando a tiempo. Pienso que cualquier banco si tiene liquidez y no presta se está suicidando, porque no tiene manera de sostenerse en el tiempo por no colocar el dinero, que le cuesta plata.

T.17

Pienso que va a haber un avance mucho más rápido buscando nuevos negocios, y creo que hoy está reaccionando en forma más lenta la banca pública que la banca privada.

SR. BASILE Me quedó una duda. Me gustaría que repita cómo bajaron los niveles de pobreza o el de indigencia hacia el de pobreza. Me interesaría saber si en ese análisis que hace el Banco Central está incluido el anterior sistema de distribución o si todavía se puede potenciar con nuevos métodos.

SR. PRAT GAY Ese es un punto muy actual en la discusión particular de la distribución del ingreso. Como ustedes saben, no es el Banco Central sino el INDEC el que construye los números. Pero hay mucha discusión en torno a si las bases y la composición de las canastas son suficientemente adecuadas, y si los números no están -de alguna manera- exagerando los niveles.

Honestamente, en esta discusión no nos metemos, pero en la página 15 de este informe de inflación verán una evolución de los números que publica el INDEC. También hay que recordar que el año pasado hubo un cambio en la encuesta permanente de hogares; pasó a ser una encuesta continua y por una serie de cuestiones técnicas los números no son siempre totalmente comparables.

De todas maneras, en la página 15 del informe hay un gráfico donde la barra roja está indicando los niveles de pobreza, que caen de un máximo de 57,5 por ciento en octubre de 2002, a 47,8 por ciento en la segunda mitad del año pasado. Por otro lado, la indigencia cae de un máximo de 27,5 por ciento a 20,5 por ciento.

Siguen siendo niveles altos, comparados con el nivel histórico de la Argentina, más cercano al 15 por ciento que al 47 por ciento. Verdaderamente queda mucho camino por recorrer pero, como decía al principio, esta baja es algo que nos debería dejar bastante entusiasmados respecto de lo que puede suceder en el futuro.

SR. LOZANO En primer lugar, quiero aclarar que la pregunta que hice antes con respecto al tema del comportamiento de la tasa de interés internacional tenía que ver con señalar que algunos de los comportamientos monetarios que se pueden esgrimir como logros tienen que ver también con un contexto internacional particular.

En segundo lugar, debo decir que resulta por lo menos preocupante suponer que frente a una eventual suba de la tasa de interés internacional, el mecanismo de ajuste automático sea elevar la tasa de interés local, porque esto se paga en términos de nivel de actividad.

En otro orden de cosas, el presidente del Banco Central planteó con claridad que asistimos a un proceso de normalización del ciclo económico. En todo caso, lo que hay que discutir es de qué tipo de ciclo económico estamos hablando. En ese sentido, me preocupan por lo menos dos cosas.

En primer lugar, me preocupa el tipo de diseño futuro del sistema financiero al cual estamos apostando, con independencia del proceso que supone el momento de colapso del régimen de convertibilidad, con todas las anomalías que se pueden señalar y con todos los costos fiscales que la sociedad paga en función de ese proceso. Creo que a eso apuntaban los planteos que hacía Mario Cafiero.

La preocupación es que aun antes de ese proceso el sistema financiero tenía problemas serios para prestarle, por ejemplo, a la pequeña y mediana empresa: no más del 15 por ciento tenía que ver con la atención de ese sector. En segundo lugar, ese sistema financiero también tenía dificultades muy serias para prestar a las distintas regiones del país: prácticamente el 70 por ciento se concentraba en la región metropolitana.

T.18

Consecuentemente, lo que me gustaría saber cuando se habla de la idea de normalizar el ciclo, ¿en qué tipo de sistema financiero estamos pensando?

El siguiente punto tiene que ver con el tema de la pobreza, porque la verdad es que la Argentina no llegó al tema de la pobreza a partir de un momento en el tiempo sino a partir de todo un proceso, donde en cada crisis hubo picos y luego vino la afirmación de mesetas que terminan siendo más altas que los procesos anteriores.

Así como no tenía mucho sentido comparar la baja en los niveles de pobreza e indigencia con lo que era el período del año 1989, legitimando con eso el proceso de la convertibilidad, tampoco tiene sentido hacer una comparación demasiado exitosa mostrando los números actuales respecto al momento del pozo del año 2002 y en ese sentido la preocupación grave que hay es que si uno compara, a tasa de crecimiento similares, el período 1990-1991 y el período 2002-2003, creciendo a tasas similares la economía, la baja de pobreza e indigencia equivale a la mitad que la que hubo en aquel momento, revelando que en realidad el nivel de pobreza, la situación de crisis y en materia de empleo en el país es mucho más grave que la que existía en aquel momento, porque en la práctica, con tasas tan altas, tendría que haber bajado mucho más.

El problema central, por lo mismo que plantea el propio presidente del Banco Central, es que si en realidad la tasa de crecimiento no se va a sostener sino que va a caer el nivel de generación de empleo, por lo tanto, va a ser menor, la proyección a futuro de que vamos a seguir descendiendo es, por lo menos, atípica también. Entonces, en ese sentido, mi preocupación es si estamos normalizando el ciclo y qué ciclo estamos normalizando.

SR. BASILE A eso habría que agregar un factor que no maneja el Banco Central, que es la distribución de la riqueza.

SR. PRAT GAY Está muy clara la pregunta, que es más un comentario que una pregunta. La única observación que tengo para hacer es que este proceso es diferente de otros, fundamentalmente porque partimos de niveles mucho más altos, sobre todo partimos de niveles de desempleo mucho más altos.

Entonces, yo croe que a medida que nos acerquemos a la tasa natural de desempleo es probable que contrariamente a lo que propone usted...

SR. LOZANO No lo propongo, sino que digo que vamos a ir.

SR. PRAT GAY Lo propone como resultado de su análisis. Yo creo que quizás la pobreza, de ahora en más, es más sensible al aumento del empleo de lo que había sido hasta ahora porque los primeros que vuelven a participar del mercado de trabajo quizás no eran necesariamente aquellos que estaban debajo de la línea de pobreza, por cuestiones que podemos discutir en otro momento.

Lo que sí no es materia opinable es que en ninguna recuperación en el pasado hemos tenido una relación entre aumento del empleo y aumento del producto bruto en la misma medida en que está hoy, donde por cada punto de crecimiento de la economía hay 1,2 puntos de crecimiento del empleo y esto es absolutamente inédito.

SR. LOZANO Varía la composición del empleo, que es mucho más ilegal que antes.

SR. PRAT GAY Pero es empleo. Yo creo que por algo se empieza. Voy a hacer una pequeña aclaración: no vine aquí a felicitar por los supuestos éxitos...

SR. LOZANO No pareció.

SR. PRAT GAY Entonces, déjeme que lo aclare porque no fue mi intención. Mi intención fue simplemente...

SR. BASILE Es una opinión del diputado Lozano.

SR. PRESIDENTE FIRGERI Cuando usted empezó a hablar mencionó las limitaciones que había en el crecimiento, aunque podría no haberlo dicho. Dijo que en algunos sectores están trabajando con la capacidad de producción máxima y vamos a tener problemas con el crecimiento que no va a ser del 10 sino que va a ser menor. Pero aclaró cómo ve el panorama de la Argentina aclarando después que del 6 pasamos al 8. Entonces, creo que no hubo una explicación ocultando nada. Yo croe que fue muy explícito cuando dijo que no esperemos que la tasa siga siendo del 10, sino que va a ser menor por este razonamiento, y también por el tema energético.

SR. PRAT GAY Incluso, esa postura, que es absolutamente respetable, como cualquier otra, es comparable con la que tienen algunos economistas que durante toda esta recuperación han sostenido que, por ejemplo, el tema de la inversión creció a niveles muy bajos, entonces no sirve. Yo me pregunto si queremos llegar a niveles más altos tenemos que empezar por algún lado. Y si no nos conformamos con que la inversión crezca un 50 por ciento tenemos un problema estructural con la expectativa.

T.19RinaldiF

De la misma manera, si queremos que la pobreza baje del 55 al 15, en algún momento tenemos que pasar por el 47. No estoy diciendo nada más que eso.

SR. LOZANO Estaba recorriendo la etapa histórica de la evolución de la pobreza en la Argentina, comparando que vamos saltando de meseta en meseta porque no hay políticas activas.

- Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. BASILE Señor presidente: el tema que plantea el diputado preopinante como propuesta, es para debatir, porque uno puede coincidir o no, pero tenemos que analizarlo con seriedad.

A partir de la amistad que tengo con él, me permito decir que parece que jugamos a las subjetividades si acusamos supuestamente -disculpe la expresión, señor diputado- a un funcionario al que deberíamos aplaudir de pie por la tarea que ha realizado que el Banco Central con un barco que se movía para todos lados, porque es un lujo que tengamos un funcionario argentino de estas características.

Yo no lo dije, pero me pareció que todos debemos dejar de hacer partidismo aquí adentro para jugar con políticas que hacen a la estrategia nacional, que es lo que nos está demandando la sociedad.

Creo que todo el mundo esta dispuesto a hacerlo a partir de las medidas que nos propongamos. Pero me parece que cuando tenemos la oportunidad de tocar temas con la seriedad con la que se están abordando, creo que debemos guardar las chicanas -que se nos pueden escapar a cualquiera de nosotros- para después, y tratemos los temas.



SR. CAFIERO Lo único que hubiera pretendido es que, como dijo el presidente Kirchner en el sentido de que venimos del quinto piso del infierno y ahora estamos en el cuarto...

- Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. CAFIERO No quiero cargar al presidente del Banco Central algo que no le corresponde, pero venimos de una crisis tan profunda que todos los números son buenos.

- Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE FRIGERI Tiene la palabra la señora diputada González.

SRA. GONZÁLEZ Señor presidente: prácticamente, las preguntas que yo había hecho han sido contestadas, pero me queda una duda con respecto a la recuperación del crédito. Es muy lindo escuchar esto pero, por lo que yo puedo palpar en la calle entre el común de la gente, no veo esa recuperación del crédito en las pymes.

Entonces, dentro de la pregunta número 4 que había hecho respecto a la expansión o no del crédito, me gustaría saber si el señor presidente tiene un análisis de quiénes son los tomadores de crédito.

La quinta pregunta que yo le había hecho se refería a la ley de cheques, y no sé si usted ha traído esta respuesta. Pero quisiera saber si nos puede informar respecto del cumplimiento y de lo recaudado por el Banco Central por la ley delcheque, la 25.730, y sobre las entidades financieras que se encuentran en mora.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Este es un pedido de informes de la semana pasada, que está aprobado.

SRA. GONZÁLEZ Como yo había pasado estas preguntas al señor presidente, no sabía si iba a traer las respuestas hoy o si las iba a enviar después.

Quisiera saber si el señor presidente me puede confirmar o no una información. Si no estoy mal informada, conforme con la Carta Orgánica del Banco Central, no pueden continuar trabajando como funcionarios del Banco Central personas procesadas.

De acuerdo a mis informaciones, en el Banco Central sigue trabajando como director el señor Lesniever, procesado por el banco (Bace) y condenado por la misma Bicameral que echó a Pou.

También sigue como vicepresidente segundo el señor Branda, que está procesado, y asimismo tiene múltiples procesos el señor Ortiz, que hoy trabaja como adjunto en temas jurídicos o algo por el estilo.

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Además, la subgerenta general, Alejandra Naughton, también trabaja en relación de dependencia para el Fondo Monetario Internacional. A su vez es una empresaria conocida de Permaquim en donde se ocupa de todo lo que hace a la emisión monetaria.

Por último quería formular una pregunta. Hoy a las 3 de la tarde se realizó una reunión en el Ministerio de Trabajo porque el personal de su banco está haciendo una serie de reclamos de tipo salarial, de recuperación de la carrera bancaria y de reinstalación del sumario previo.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Creo que en este momento en todo el Estado se están haciendo reclamos salariales.

SRA. GONZÁLEZ Pero a mí me interesa la respuesta del presidente del Banco Central porque hace a la situación de los trabajadores y no contamos con muchas oportunidades para hablar con él. Los trabajadores me acercaron estas inquietudes y creo oportuno...

SR. PRESIDENTE FRIGERI Señora diputada González: usted formuló por escrito sus preguntas, y hubiera sido bueno que las hubiera agregado.

SRA. GONZÁLEZ Señor presidente: ¿sabe lo que pasa? Le voy a explicar. En primer lugar no tengo ninguna obligación como diputada, porque el reglamento no me exige pasar por escrito las preguntas previo a la visita de un funcionario a la Cámara.

SR. PRESIDENTE FRIGERI No fue la intención, si no que venga con la respuesta...

SRA. GONZÁLEZ Pero se me ocurrió a último momento. Y tengo todo el derecho del mundo a formularla, como también le asiste al funcionario contestarme o no. No tengo por qué atenerme.

SR. PRESIDENTE FRIGERI La prensa en otro momento. Después hacemos la conferencia de prensa.

SRA. GONZÁLEZ ¿Qué prensa?

SR. PRESIDENTE FRIGERI Usted me formuló las preguntas por escrito y yo no se las pedí para hacer un chequeo y decirle cuáles iba a hacer y cuáles no. Hay preguntas que tal vez merecerían un análisis.

SRA. GONZÁLEZ Señor presidente: ¿por qué no deja que me conteste? ¿No puede hacerlo el presidente del Banco Central? ¿O usted responde por él?

Yo no he formulado ningún tipo de pregunta que lo pueda incomodar. Además, lo hice con absoluto respeto.

SR. PRESIDENTE FRIGERI ¿Terminó diputada?

SRA. GONZÁLEZ Claro que terminé, pero usted no porque está contestando.

Agradezco la respuesta que me pueda brindar el presidente del Banco Central.

SR. PRAT GAY Creo que la tercera parte de su pregunta excede largamente el temario de la reunión de hoy. No tengo ningún inconveniente en conversar sobre ello con usted si está tan preocupada. Estos temas se llevan por los canales institucionales. Todo ello está dentro del marco de la Carta Orgánica y el estatuto del empleado del Banco Central. Si quiere lo hablamos después, no tengo inconvenientes, pero me parece que en este esfuerzo que todos hacemos por normalizar el país y recuperar las instituciones es importante que nos sujetemos al temario. Si así no fuera, el día de mañana se perderá el interés de la reunión.

Acerca de la ley de cheques 25.730, durante un tiempo demasiado prolongado sufrió la falta concreta de reglamentación. Recién en noviembre del 2003 se reglamentó y en consecuencia en el Banco Central pasamos a tener los mecanismos institucionales y legales para efectivamente cobrar las multas que correspondían.

Hasta donde pude averiguar, y agradezco que me haya formulado la pregunta de antemano porque hubiera sido difícil contestarla de otra manera, desde noviembre del año pasado hasta ahora se cobraron en concepto de multa aproximadamente 2 millones de pesos. Todavía no pudimos girar ese monto al organismo receptor porque está pendiente la creación de la cuenta corriente a la cual girar esos fondos.

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Usted preguntaba algo más respecto del retorno del crédito.

SRA. GONZÁLEZ (M.A.) Lo que yo preguntaba era si podíamos tener un análisis acerca de quiénes eran los tomadores de los créditos a los que se hacía referencia, porque lo que se palpa en la calle -no soy especialista ni mucho menos en la materia- es el reclamo de las pymes, los pequeños comerciantes y los pequeños trabajadores autónomos, en el sentido de que no tienen acceso porque no pueden cumplir con los requisitos o -como planteaba el señor diputado Gutiérrez cuando hablaba de las carteras de crédito-, porque por lo general se los dan a los bancos oficiales.

Por eso no veo ese incremento del crédito en la clase media, que a mi modo de ver es el motor del crecimiento de una sociedad. No sé si usted me puede decir que esto es de otra manera.

SR. PRAT GAY Por empezar, la recuperación del crédito todavía es incipiente. Nos alegramos por lo que sucedió en marzo pero no podemos cruzar los brazos pensando que eso automáticamente va a repetirse hacia delante.

En marzo hubo un aumento de mil millones; estamos hablando de un aumento de 3,5 por ciento. Lo que más creció en marzo -entre un 4 y un 7 por ciento- son adelantos en cuenta corriente y tarjetas de crédito, descuento de cheques y créditos personales.

No tenemos números del primer trimestre; tenemos algo de la segunda mitad del año pasado, y cuando desagregamos en crédito comercial y crédito personal diría que más o menos el 80 por ciento es crédito comercial, y el 20 por ciento, crédito personal. Dentro de ese 80 por ciento, es correcta la apreciación de la señora diputada en el sentido de que buena parte está concentrado en empresas más bien medianas y grandes y no tanto en las chicas. Allí empiezan a entrar en juego una cantidad de cuestiones que creo exceden largamente al Banco Central, pero nuestra preocupación, al igual que la suya, es asegurarnos que este segmento tenga el crédito que nunca tuvo. Pensamos que hemos hecho lo suficiente hasta ahora pero si hay más para hacer estamos dispuestos a hacerlo.

Pero cuando nos metemos a fondo en la problemática de las pymes surgen cuestiones como las que planteaba el señor diputado Gutiérrez, en el sentido de que algunas de estas empresas tienen deudas pendientes con la AFIP. Como Banco Central, nosotros no podemos hacernos los distraídos a este respecto porque, eventualmente, cuando la AFIP vea que la empresa tiene dinero podría exigirle ese crédito. Es muy claro que este tema es herencia de la crisis y es poco lo que podemos hacer al respecto.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Estamos solicitando a la AFIP que por cuestiones formales no embargue las cuentas automáticamente, porque esto está generando que se queden sin cuentas o sin tarjeta de crédito. Por lo que he escuchado, creo que el crédito a las pymes va a ser mucho más fluido que el crédito a las grandes empresas, que todavía no renegociaron la deuda.

Hay otro tema que hemos tratado en esta comisión, que dejamos para otro momento. Me refiero a las evaluaciones de riesgo, donde el Banco Central fue muy claro en la respuesta: cada gerente de crédito puede dar un crédito, por más que alguien esté o no en el Veraz. Es decir que la calificación del Banco Central es para información propia de los bancos. Estamos analizando este tema y falta que vengan los bancos para conversar sobre este tema en particular.

SR. PRAT GAY Ese era mi segundo punto. Producto de la poca gimnasia de los últimos años, el gerente comercial del banco promedio no está naturalmente dispuesto a prestarle a la primera pyme que aparece.

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Se buscan excusas -como la que mencionó el diputado Frigeri sobre el Vereaz- que no aparecen en ningún lugar de la normativa del Banco Central, pero sí aparecen a veces como obstáculo al crédito.

Sucede a veces también que las pymes no tienen balances al día, entonces -si bien ésta no es una restricción del Banco Central- al gerente comercial le resulta más difícil analizar la capacidad de repago si no están los números al día. Éstas son las cosas más micro sobre las cuales hay que trabajar.

Nosotros, desde el Banco Central, hemos removido los obstáculos que encontramos en la normativa para asegurarnos de que, de nuestro lado, no estemos interrumpiendo ese proceso que -como bien dice usted- es incipiente.

SRA. GONZÁLEZ Señor presidente: me queda una pregunta con respecto a las multas, porque usted dijo que todavía no se abrió la cuenta. ¿De quién depende la apertura de esa cuenta? Se han recaudado dos millones desde noviembre de 2003 que no se pudieron girar, porque no se ha abierto la cuenta corriente. ¿A quién hay que reclamarle?

SR. PRAT GAY Nosotros ya le hemos mandado una o dos notas a la Comisión Nacional Asesora para la Integración de Personas Discapacitadas.

SRA. GONZÁLEZ ¿Sobre el tema de los funcionarios procesados no me va a contestar? Me queda pendiente el personal que está procesado y que sigue trabajando en el Banco Central.

SR. PRAT GAY Ya le contesté.

SR. TANONI Señor presidente: quiero hacer una pregunta muy simple. En marzo de 2002, a tres meses de la catástrofe, la Cámara de Diputados aprobó un pedido de informes, registrado como Resolución N° 1.406; en mayo de 2003 se reiteró el pedido de informes al Banco Central, que estaba referido simplemente a un tema que creo que es preocupación de cualquier economista que quiera atisbar cuál es el futuro del sistema financiero de la Argentina.

Para ubicarnos en el tiempo, le recuerdo que estábamos en marzo de 2002, en plena catástrofe. Revisando y hojeando el marco normativo que el presidente nos acercó, vemos con qué minuciosidad ustedes están monitoreando el régimen prudencial, con qué prolijidad están monitoreando a través de la central de deudores cómo se comporta el sistema financiero nacional. Estos dos pedidos de informes, que son iguales, y es probable que en 2004 la Cámara de Diputados de la Nación reitere este pedido de informes muy simple, que no constituye un análisis exhaustivo de todo el sistema financiero nacional. Queremos saber si llegase a la Presidencia del Banco Central este tercer pedido de informes, el Banco lo iría a responder o no.

SR. PRAT GAY Tomo nota. No estoy en conocimiento de que haya un pedido de informes que no hayamos respondido.

SR. TANONI La pregunta es si el Banco decidió no responder el pedido de informes que fue aprobado por unanimidad o si tenemos que reiterarlo. Es el tercer presidente del Banco Central al cual le estamos pidiendo esta información.

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Quisiéramos tener la respuesta, y reitero que no se refiere a todo el sistema financiera nacional.

De los 7 millones de operaciones de crédito que antes de la catástrofe existían en el sistema financiero argentino, a los diputados de la Nación solamente nos interesan 5.100 operaciones, que es una milésima parte de la información.

Pero como esas cuentas se llevaron del sistema financiero antes de diciembre de 2001 la suma de 50 mil millones de pesos ó dolares -el 60 por ciento en dólares y el 40 por ciento en pesos-, y como el repago de esas cuentas -que son todas superiores al millón de dolares- hace a la salud del sistema financiero, quiero decir que el crédito al sistema de las pymes va a depender en gran parte del repago de la cuenta de los grandes deudores, y no hace falta ser un experto en sistemas financieros para afirmar esto.

Llama mucho la atención que durante estos casi tres años el Banco Central se haya negado sistemáticamente a responder este pedido de informes, que no es tan complicado. Se trata de tres cuadros absolutamente simples; no pedimos una desagregación. Están agrupados en cinco tramos por el volumen del crédito tomado, y queremos tener esta información porque sabemos que la tienen en la central de deudores. De lo contrario, si no la tuvieran, no se la pediríamos.

Por lo tanto, la pregunta es si van a contestar o no.

SR. PRAT GAY Desconozco el pedido y las razones por las cuales no se cumplió hasta ahora la requisitoria. De la forma en que la ha planteado el señor diputado, parece poco sostenible, pero me comprometo a estudiar el tema, y tomo nota.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Tiene la palabra el señor diputado Zottos.

SR. ZOTTOS Señor presidente: voy a hacer tres preguntas al señor Prat Gay.

Dado el volumen de las letras utilizadas para evitar que la emisión monetaria genere inflación -estoy hablando especialmente de las Lebac, que superan los 12 mil millones de pesos, según tengo conocimiento-, quisiera saber hasta qué punto es posible seguir utilizando esta herramienta para que estas letras sean atractivas sin generar una suba de las tasas y el aumento de los costos cuasificales.

La otra pregunta es: ¿cuál es el costo cuasifiscals, de las Lebac y de las Nobac?

Además, teniendo en cuenta que la meta de inflación para el año 2004 está fijada entre el 7 y el 11 por ciento, y que la expectativa es no superar el 7 por ciento, ¿cómo actuará el Banco Central si se cumple la estimación de la inflación inferior al 7 por ciento? ¿Puede alterar la meta de la base monetaria que fijó el Banco Central? También quisiera saber qué relación tiene con la base monetaria fijada por el Fondo Monetario Internacional.

Por último, el señor presidente del Banco Central habló algo del tema de los Cedros, pero me gustaría saber cuál es el avance con respecto de la reestructuración de los bancos públicos, específicamente cómo piensa el Banco Central recuperar los bonos emitidos para la compensación, o sea, ampliar un poco más el tema de los Cedros que el señor Prat Gay expuso hace instantes en esta comisión.

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SR. PRAT GAY Para los CEDROS hay una contrapartida fiscal y no cuasi fiscal. No somos nosotros los que recuperamos esos bonos sino que es el gobierno nacional el que eventualmente tendrá que afrontar los pagos cuando venzan.

Aprovecho la oportunidad para comentarles que acerca de las LEBAC estamos recuperando e absorbiendo toda la liquidez creada durante los años 2001 y 2002 como consecuencia de la asistencia a los bancos. Pueden notar que si hacemos los números el stock de LEBAC es de aproximadamente 12.500 millones de pesos y la suma de préstamos de entidades financieras o redescuentos es de aproximadamente 20 mil millones de pesos. Por esos préstamos el Banco Central cobra una tasa de interés del 3,5 por ciento más CER. Y si bien es cierto que la inflación de este año será de aproximadamente el 6 por ciento -para fijar un porcentual- lo que cobra el Banco Central por ese ingreso cuasifiscal es alrededor del 9,5 o 10 por ciento, mientras coloca LEBAC en todos los plazos a tasas inferiores.

Si bien las LEBAC tienen alguna reminiscencia a instrumentos del pasado que generaban el ingreso cuasi fiscal; me refiero al más famoso que fue la circular 1.412 justamente antes del plan BONEX. Era tan alta la tasa de interés que crecían más rápidos los pasivos con el Banco Central que los depósitos y el encaje legal pasó a ser mayor al ciento por ciento.

Pero esta es una situación muy distinta. De hecho cuando uno mira los dos componentes: activo y pasivo, nota que las cuentas están equilibradas sobre todo porque el volumen de redescuentos representa casi el doble de las LEBAC, que tienen una tasa inferior a los redescuentos.

¿Cuál es el límite? Nosotros no lo conocemos pero aprovecho la pregunta del señor diputado para referirme a las tasas de interés, tema que ya se ha mencionado. Quiero comentar que con las LEBAC evitamos una volatilidad excesiva en la tasa de interés. Las LEBAC fueron un importante instrumento de referencia, que no existía en el 2002 y tampoco ahora mientras no haya un mercado suficientemente líquido para los bonos del gobierno nacional.

En cierto momento el Banco Central decidió salir a colocar LEBAC, no tanto para absorber sino para fijar una tasa de interés de referencia que no había hasta entonces. Esa tasa de interés de referencia que al inicio era solamente para 30 días hoy se extiende a lo largo de toda una curva hasta los tres años. Hoy el Banco Central tiene la capacidad de colocar papeles a tres años a pesar de que el gobierno nacional todavía está en el proceso de reestructuración de la deuda.

¿Cuál es el volumen adecuado para que este instrumento sea una referencia? Ello lo vamos a ir viendo cuando lleguemos a volúmenes de transacción en el mercado secundario de LEBAC en los que nos sintamos relativamente cómodos.

Si no estuviéramos absorbiendo vía LEBAC, la tasa de interés estaría teniendo una volatilidad muy fuerte ya que caería uno o dos puntos en una semana como consecuencia de una licitación en particular, y después volvería a subir. Pero lo que tratamos de hacer es llevarla gradualmente hacia abajo para mostrar que se trata de una tasa de referencia, entre otras cosas, porque es relativamente estable.

En ese marco recordarán que para fines de 2002 la LEBAC más prolongada era a seis meses. En la segunda o tercera semana de diciembre de 2002 en la licitación la tasa de corte fue del 54 por ciento para un plazo a seis meses, mientras que hoy estamos debajo del 3 por ciento para seis meses y colocamos a tres años. Por lo tanto, de a poco estamos llegando a donde queríamos en términos de desarrollo de ese instrumento que es una referencia para el resto del mercado.

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Incluso tenemos también a las LEBAC como un mecanismo para que los bancos empiecen a prestarse entre sí.

Aquí hablamos mucho de cómo los bancos no le prestan al sector privado, pero fíjense que todavía ni siquiera se prestan entre sí. El mercado de call sigue siendo muy pequeño, y una de las cosas que queremos hacer es permitir a los bancos que usen las LEBAC como garantías para hacer operaciones de pase y empezar a agilizar ese mercado.

En cuanto a la pregunta muy perspicaz sobre la meta de base para junio, creo que es la primera vez que alguien lo propone en público y, efectivamente, hay una diferencia entre la meta del Banco Central y la del FMI.

Tenemos nuestro programa monetario y lo definimos nosotros. Lo define el Banco Central, que es una entidad autónoma y dentro de sus capacidades debe definir el programa monetario, pero después tiene que informar cuando haya desvíos.

Las metas monetarias con el Fondo se fijaron en setiembre del año pasado. Nosotros presentamos el programa monetario en el último mes del año, tal como debe hacerse. A diferencia del Fondo, que tiene una meta que es un techo, nosotros tenemos una meta que es un rango. Entonces, nuestro rango envuelve, de alguna manera, el techo de la meta del Fondo, pero nuestro techo es superior al techo del Fondo.

Los números que miramos nosotros son los nuestros, no los del Fondo. Y le agradezco la pregunta porque muchas veces, especialmente los medios, insisten mucho en decir: esta es la meta que impone el Fondo Monetario y entonces no la van a cumplir. No es así; las metas las definimos nosotros en función de nuestro propio análisis y en función de la contraparte, que es ese rango de inflación de entre el 7 y el 11 por ciento.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Tiene la palabra el señor diputado Polino.

SR. POLINO Quiero hacer una pregunta, que no sé si ya fue formulada anteriormente porque estuve asistiendo a otras comisiones.

Escuché hablar aquí largamente de crédito, sobre todo para la pequeña y mediana empresa, de la reactivación de la economía, etcétera.

Este Congreso aprobó por unanimidad el año pasado la ley 25.782, que modifica la ley de entidades financieras y crea las cajas de créditos cooperativas. Personalmente me han traído la inquietud centenares y centenares de cooperativas que quieren crear pequeñas cajas de crédito cooperativos, sobre todo del interior de la República, para canalizar los excedentes que existen y que por falta de confianza en el sistema financiero son recursos que están absolutamente inmovilizados, pero que podrían orientarse al financiamiento sobre todo de la pequeña y mediana empresa, y de nuevos emprendimientos de las propias entidades cooperativas que movilizarían sus excedentes en las zonas donde esos recursos se generan.

Esta ley fue publicada en el Boletín Oficial en el mes de octubre del año pasado. El Banco Central tiene que dictar la reglamentación para que estas cajas de crédito puedan comenzar a operar.

Estamos finalizando el mes de abril y no tenemos noticias del Banco Central en el sentido de que haya avanzado en la reglamentación de esta ley.

Dirigentes del movimiento cooperativo han tenido entrevistas con funcionarios del Banco Central. La comisión de Cooperativas, que preside el señor diputado Romero, aquí presente, ha enviado notas en nombre de la totalidad de los miembros de la comisión, pidiendo una entrevista para saber en qué estado está la reglamentación.

Por eso quiero aprovechar esta oportunidad para que el señor presidente de dicha entidad nos pueda informar al respecto.

SR. PRAT GAY Incluso creo que hay un pedido para venir a discutirlo en comisión.

SR. POLINO ¿Pedido de quién?

SR. PRAT GAY Un pedido de diputados, y es algo que vamos a hacer prontamente. Es cierto que todavía está pendiente la reglamentación en el Banco Central.

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También es cierto que no es tan sencillo como reglamentar por la reglamentación misma. Es muy importante que esto tenga el correlato en toda la otra normativa que tenemos y por eso es que nos hemos tomado un poco más de tiempo del que nos hubiera parecido adecuado. Pero estamos trabajando en eso y, si Dios quiere, en las próximas semanas van a tener noticias.

SR. POLINO ¿Va a estar la reglamentación en las próximas semanas?

SR. PRAT GAY No me comprometo porque no es mi estilo -ojalá que así sea-, pero estamos trabajando en eso.

SR. POLINO Comprenda, señor presidente, la importancia que tiene esto para reactivar la economía, para mover los recursos financieros hoy totalmente inmovilizados. Es una pena que pasen los meses y no salga la reglamentación.

SR. PRESIDENTE FRIGERI En las próximas semanas vendría un funcionario del Banco Central que está trabajando en este tema para discutirlo.

SR. ROMERO ¿Estaremos discutiendo en comisión el tema?

SR. PRAT GAY Si no entiendo mal, nos han cursado una invitación para tratar este tema en comisión.

SR. PRESIDENTE FRIGERI A esto se le sumaría otro tema que no lo quiero traer ahora aquí, que es un proyecto de ley...

SR. BASILE ¿La reglamentación que tiene que hacer el Banco Central se discutiría aquí?

SR. PRESIDENTE FRIGERI Sí.

SR. ROMERO No precisamente, señor diputado Basile. No van a venir a discutir algo que ellos son los que van a tener que aplicar.

SR. POLINO La preocupación de la comisión es porque en tanto tiempo, siendo un instrumento tan eficaz para poner en movimiento muchos recursos financieros no ha salido la reglamentación. El campo hoy tiene excedentes y no sabe dónde poner el dinero; no lo quiere poner en el sistema bancario y financiero y van a las cooperativas eléctricas para que se los tomen, pero no están autorizados para hacerlo.

SR. PRAT GAY La preocupación suya es la nuestra.

SR. POLINO Entonces, ¿por qué no sale?

SR. PRAT GAY Pero a esa preocupación le agregamos una adicional, que es que no queremos cometer los errores del pasado. Estas experiencias en el pasado terminaron muy mal.

SR. POLINO Por es una ley distinta a la del pasado, donde se recogió esa experiencia, por eso se habla de casa única, sin sucursales, con la obligación de rendir cuentas permanentemente, con depósitos máximos, etcétera.

Precisamente, cuando redacté el proyecto de ley tomé en cuenta la experiencia del pasado para no volver a repetir algunos errores; y la ley los resuelve porque es una norma distinta.

SR. PRAT GAY En eso estamos trabajando. Usted cree que están resueltos en la ley. Nosotros queremos asegurarnos de que esté resuelto con la normativa de implementación del Banco Central. Sería muy irresponsable de mi parte prometer algo que no puedo prometer y mucho más irresponsable sería ir adelante sin tener en cuenta los potenciales yerros que podría tener una cuestión así.

Honestamente no me deja tranquilo que el Banco Central se haya tomado este tiempo, pero debo decir también que no es el único organismo que suele tomarse más tiempo del que debería. La preocupación es nuestra preocupación. Nosotros lo queremos hacer pero lo queremos hacer bien y por ese motivo es que nos hemos tomado más tiempo en adecuarlo.

SR. CAFIERO Señor presidente: me quedan dos temas que me parecen importantes. Uno es cuál ha sido el trato que le ha dado el Banco Central al informe que produjo esta Cámara sobre fuga de capitales, donde se señala que los bancos fueron la autopista de la fuga de capitales.

Ese no un hecho histórico sino que justamente sirve para aprender de los errores del pasado. Esto podría servir para elaborar un código de conducta en la Argentina respecto de cuál tiene que ser la actitud de los banqueros y de los bancos frente a situaciones de crisis.

SR. PRAT GAY En eso estamos trabajando. Como usted sabe, el Banco Central prefiere no estar en la tribuna de los discursos y se concentra en resolver los problemas y precisamente en eso estamos trabajando. Si Dios quiere, en las próximas semanas se van a enterar cuando esté debidamente avanzado.

SR. CAFIERO La otra pregunta está referida a un pedido de informes que yo hice hace más de dos años y medio respecto del seguro de liquidez que tenía contratado el Banco Central y que no hizo efectivo en 2001.

Usted decía que no había habido política monetaria; yo creo que sí había habido esta política monetaria de contratar con un sindicato de bancos internacionales un seguro de liquidez de casi 7 mil millones de dólares que no fue ejecutado por el Banco Central. El pedido de informes hace referencia a cuáles son las razones por las cuales el Banco Central no ejecutó ese seguro de liquidez que estaba en cabeza de J. P. Morgan.

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SR. PRAT GAY Tomo nota pero, honestamente, no es un tema que hayamos estado viendo últimamente.

Aprovecho para contestar alguna de sus preguntas respecto al pago en pesos a los organismos. Usted amablemente nombró aquí los distintos artículos de los estatutos de los diferentes organismos.

La deuda podría pagarse en pesos, pero sigue siendo moneda extranjera. El FMI presta solamente derechos especiales de giro, y entonces la pregunta se basa en un simple asiento contable: al momento de pago, ¿cuánto vale un derecho especial de giro en pesos?

En el caso muy concreto del FMI, si usted analiza a fondo su estatuto, el artículo 3° dice claramente que el Fondo Monetario Internacional se reserva el derecho de exigir la moneda a través de la cual se hacen los pagos. Si el FMI nos pidiera que paguemos en pesos, alegremente lo haríamos, pero hasta ahora no lo ha hecho.

SR. CAFIERO Las cláusulas del Banco Mundial y del BID son distintas.

SR. PRAT GAY Yo hablo del FMI porque el Banco Central tiene deudas solamente con ese organismo. En el caso de los otros organismos, desconozco la situación, y tendría que remitirse a la Secretaría de Hacienda.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Tiene la palabra la señora diputada Cassese.

SRA. CASSESE Señor presidente: quiero hacer un breve comentario, porque durante el transcurso de la reunión hubo algunas manifestaciones que, como bien dijo el diputado Basile, hay que dejar el partidismo de lado, pero particularmente yo no lo quiero hacer, porque me interesa que en la democracia cada uno exponga sus ideas.

Hablando en nombre de oficialismo, en el término de un mes han venido funcionarios del Banco Central a la Comisión de Finanzas para trabajar con nosotros en este tema en el que estamos involucrados relativo a la información de riesgo, que también es preocupación de la señora diputada María América González y de todos los diputados integrantes de esta Comisión. Ya han venido dos funcionarios del Banco Central, y hoy está presente su presidente, a menos de un mes.

Como si todo ello fuera poco, el señor presidente inició su exposición, y en vez de hablar del tema financiero, que normalmente es lo primero que mencionan las autoridades del sistema bancario y financiero, habló del empleo, de los niveles de pobreza y de cómo el país ha ido creciendo.

También nos ilustró seriamente cómo el país, habiendo duplicado los niveles promedio de las crisis semejantes que se han venido dando en diferentes países del mundo -por ejemplo, México-, solamente tuvo un 11 por ciento de costo del PBI para la salida de la crisis del sistema bancario. Además, hay que tener en cuenta la velocidad de la normalización del ciclo económico que, si bien es incipiente, hay que destacar lo abrupto de su velocidad.

Sigo haciendo la mención de que soy una diputada del oficialismo, y quiero agradecer al señor Prat Gay, porque hace algunos años muchos de nosotros, desde esta función o cualquier otra, hubiéramos soñado con tener delante nuestro al presidente del Banco Central y decirle tantas cosas.

Seguramente, en el momento de mayor crisis que sufrió nuestro país, que la sigue padeciendo, muchos hemos apuntado hacia las autoridades del Banco Central, pero hoy queremos agradecer al señor Prat Gay su participación al estar al frente de esta entidad, y creo que esto no es hacer partidismo porque nadie lo conoce como un militante del Justicialimo.

Agradecemos mucho de corazón al señor presidente del Banco Central por esta apertura, por la prudencia y equilibrio para atender los reclamos de todos los sectores, y esperamos que podamos seguir golpeando sus puertas para que continuemos trabajando en forma conjunta.

SR. PRAT GAY Muchas gracias, señora diputada. Muchas gracias a todos.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Antes de que se retiren los funcionarios del Banco Central, quiero agradecer a su presidente en nombre de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Finanzas, y también aprovecho para agradecer la presencia del senador Rubén Marín, integrante de la Comisión de Economía del Senado.

La realidad con que el señor Prat Gay ha expuesto el tema fue muy importante, y creo que a los diputados nos ha aclarado muchos temas.

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También quisiera agradecer que el presidente del Banco Central no sólo no eludió responder a alguna pregunta sino que lo hizo con fluidez. Estamos muy conformes con esta reunión.

SR. PRAT GAY Quiero que sepan que desde nuestra concepción damos la bienvenida a cualquier encuentro para debatir en forma objetiva e inteligente distintas cuestiones que nos competen.

Estamos en una coyuntura muy particular del país como para darnos el lujo de tener la última verdad en cierta cantidad de temas que realmente quisiéramos conocer más pero no podemos.

Agradezco este intercambio fructífero y la presencia de los señores diputados en esta reunión.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Sin más asuntos que tratar, damos por finalizada la reunión.

- Es la hora 19 y 36.