Comisiones » Permanentes » Comisión Permanente de Presupuesto y Hacienda » Reuniones » Versiones Taquigráficas »

PRESUPUESTO Y HACIENDA

Comisión Permanente

Of. Administrativa: Piso P04 Oficina 418

Secretario Administrativo Dr. Seguí Ariel

Martes 17.00hs

Of. Administrativa: (054-11) 6075-2444 Internos 2416/2310

cpyhacienda@hcdn.gob.ar

  • PRESUPUESTO Y HACIENDA

Reunión del día 29/11/2016

- GANANCIAS - R-INFORMATIVA

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los veintinueve días del mes de noviembre de 2016, a la hora 16 y 32:
SR. PRESIDENTE LASPINA Queda abierta la reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda convocada para tratar las reformas a la ley de Impuesto a las Ganancias.

Hemos transcripto en el temario la totalidad de los proyectos de ley con estado parlamentario que se refieren al tema en tratamiento y hemos incorporado el proyecto de ley del diputado Alfonsín, contenido en el expediente 1847-d-2016.

Por otra parte, contamos con la presencia del ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Alfonso Prat Gay, al cual le agradecemos su presencia en el día de hoy. No estaba prevista su visita, pero ha querido concurrir para darnos su visión respecto de este debate tan importante que tenemos en el Congreso de la Nación en relación con un tema tan sensible para los argentinos.

Va a exponer el ministro Prat Gay y, a continuación, el doctor Alberto Abad, titular de la AFIP, a quien también le agradecemos su presencia. Además, están acompañándonos el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; la contadora Claudia Balestrini, subsecretaria de Ingresos Públicos y demás miembros del equipo del Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas y funcionarios de la AFIP.

La idea de esta reunión es discutir con una visión muy clara cuáles son las distintas posiciones y, en particular, contar con un análisis técnico que hará en su momento el doctor Abad respecto de los costos fiscales de los diferentes proyectos que están en consideración de esta comisión.

Tiene la palabra el ministro de Hacienda y Finanzas Públicas.

SR. MINISTRO DE HACIENDA Y FINANZAS PÚBLICAS Señor presidente: para mí es un gran placer, como siempre, venir al Congreso, y más aún para iniciar el debate sobre uno de los pilares de nuestro sistema tributario, que está plagado de distorsiones. Bienvenido sea el momento en que entre todos empezamos a resolver las distorsiones. Yo creo que hay espíritu de hacerlo.

Las grandes diferencias, en todo caso, se refieren a cuáles son los tiempos y si están los recursos para avanzar hacia el ideal o si dentro del marco de la restricción presupuestaria no tenemos que ir más gradualmente, como lo hacemos en otros ejes de la política económica.

Vengo a plantear esencialmente algunos de los problemas que subsisten más allá de los proyectos de ley que va a discutir esta comisión.

En ese sentido, quiero recordar que en la ley de reparación histórica se estableció la conformación de una comisión bicameral que va a darle un tratamiento exhaustivo a algo mucho más ambicioso, que es una reforma tributaria amplia en la que miremos el problema desde la generalidad y no desde el parche individual de cada uno de los tributos.

Esa discusión -que se desarrollará durante el año que viene- es algo que nos debemos toda la sociedad argentina y el Congreso Nacional.

Sabemos que hay impuestos que son distorsivos y que hay impuestos injustos, pero mucho más injusto que algunos gravámenes es la realidad de una Argentina donde uno de cada tres compatriotas no tiene lo suficiente para llegar dignamente a fin de mes.

Por eso es tan importante que en cualquier propuesta de rebaja impositiva, nos acordemos que del otro lado de esa rebaja está la pérdida de recursos con las que el Estado nacional pretende llegar a los que más lo necesitan.

Al respecto, no nos podemos olvidar que el impuesto a las ganancias -podríamos discutir si se tiene que llamar a las ganancias a los réditos, al ingreso, etcétera-, es un gravamen que alcanza a alrededor del 8 por ciento de los empleados en relación de dependencia que más ingresos tienen.

Es importante fijar esto como arranque de la discusión, porque a todos nos gustaría bajar impuestos. Pero sepamos que la consecuencia de ello, es quedarnos sin recursos para las políticas sociales que Argentina necesita y va a necesitar durante mucho tiempo para atender a los más vulnerables y a quienes están en una situación mucho más preocupante que aquellos a los que vamos a beneficiar con esta rebaja del impuesto a las ganancias.

Voy a hacer una introducción, sin extenderme demasiado, pero no puedo dejar de mencionar que esto también tiene que ver con la certidumbre del establecimiento de reglas que no se estén modificando todo el tiempo.

En ese sentido, como ustedes saben y tal como lo establece la Constitución Nacional, este es un impuesto que empezó como impuesto a los réditos -después de algunos intentos- en el año 1932, luego se estableció como impuesto a las ganancias en 1973 y la facultad de legislar un impuesto directo a las ganancias surgió a partir del artículo 75 de la Constitución Nacional, que en su inciso 2) dice: "Corresponde al Congreso imponer contribuciones directas por tiempo determinado".

Recordemos entonces, que el impuesto a las ganancias tiene un plazo que se va venciendo y que, conforme se vence, se va renovando. Las últimas prórrogas, de 1985 en adelante, son esta lista de leyes que vemos en la pantalla, donde la última norma vigente es la 26.545 de 2009, que vence el 31 de diciembre de 2019.

Planteo esto simplemente para que recordemos que este es un sistema tributario que todavía está montado sobre algunos tributos transitorios. No es el único. Ustedes lo saben muy bien. Cada vez que llegamos a fin de año hay que prorrogar algunos tributos y hay que reconsiderar otros. Creo que sería bueno tener esto en mente para la discusión del año que viene, sin perjuicio de que en este caso en particular no hay más remedio, porque es un artículo de la Constitución Nacional.

Por otro lado está el destino de la recaudación. Esto es muy importante, porque en esta discusión están los representantes del Poder Ejecutivo nacional y los del pueblo, que conforman esta Cámara de Diputados, pero faltan los convidados de piedra, que son aquellos que comparten los recursos de éste y otros impuestos. Me refiero a los gobernadores de las distintas provincias, que reciben a través de la coparticipación los recursos de este impuesto a las ganancias, pero que también dejan de percibir como consecuencia de cualquier decisión que tomemos de rebajas impositivas.

Es importante entender este punto, sobre todo a la luz no solo de lo que viene, sino de lo que hemos hecho este año a través de la modificación del mínimo no imponible.

Luego de haber planteado esta cuestión analizaremos los números.

También quiero recordar cómo se desactualizaron algunas asignaciones específicas de lo que se recauda por ganancias, que quedaron fijas en términos absolutos. Hay 120 millones de pesos anuales que van a la ANSES y 20 millones de pesos anuales que se destinan a los ATN. Recordemos que este año se van a recaudar 420 mil millones de pesos aproximadamente en concepto de impuesto a las ganancias, de los cuales -como dije- 20 millones van directamente a ATN -evidentemente esto quedó muy desactualizado- y 440 millones a las provincias. Una vez deducidas esas detracciones directas encontramos el cuadro de ganancias neto, que se reparte en tres bolsillos: un 20 por ciento va directamente al ANSES para financiar las jubilaciones; un 16 por ciento se destina a las provincias y el resto a la masa coparticipable, es decir que una parte va a la Nación y el resto a las provincias a través de la coparticipación secundaria.

Dentro de ese 16 por ciento, un 2 por ciento se destina a ATN, un 10 por ciento al famoso Fondo del Conurbano -que en este momento beneficia a todos menos al conurbano- y 4 puntos se distribuyen a través del coeficiente de necesidades básicas insatisfechas entre el resto de las provincias, o sea, excluyendo a la provincia de Buenos Aires y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que no existía como tal al momento de la sanción de esta versión del impuesto a las ganancias.

Esto lo planteo por dos razones: primero para entender que como resultado de esta situación más o menos la mitad de lo recaudado termina en el Estado nacional y el resto en las provincias. Pero también porque como consecuencia de no modificar los valores fijos en términos nominales, hay un gran perjudicado en esta distribución que es la provincia de Buenos Aires. Lo traigo a colación porque a lo largo de este año un gran grupo importante de diputados que representan al pueblo de esa provincia planteó que había que modificar esta distribución de impuestos. Consideramos que hay que esta es una discusión que hay que dar, y seguramente quienes apoyaron el restablecimiento del desaparecido Fondo del Conurbano quizás tengan algo para ofrecer en esa discusión.

Como consecuencia de estos topes fijos y antes de ir a nuestra discusión, vemos en la filmina que la línea azul es lo que hoy recibe la provincia de Buenos Aires por distribución directa del impuesto a las ganancias. Cuando se estableció el fondo del conurbano dicha provincia recibió durante algunos años el equivalente al 10 por ciento de lo recaudado. Conforme se fueron modificando esencialmente los precios, la inflación fue licuando esos montos fijos y empezó a pasar lo contrario: como vemos, el Fondo del Conurbano convergió a cero. Así, con el Fondo del Conurbano originalmente diseñado, hoy la provincia de Buenos Aires tendría que estar recibiendo el equivalente a 42.000 millones de pesos anuales, que no recibe, porque esos 42.000 millones se distribuyen en el resto de las provincias.

T.4

APV

PyH

No es el momento para tener esta discusión -o quizás sí-, pero no podría dejar este recinto sin plantear estas y otras cuestiones porque me parece que si vamos a discutir creo que debemos hacerlo teniendo en cuenta, principalmente, los casos más extremos de distorsión a los que nos ha ido llevando la combinación de la historia y de la no modificación de algunas de estas cuestiones.

Hablamos del mínimo no imponible y de la escala del artículo 90 que está fija desde hace mucho tiempo; esto también es un ejemplo de algo que está fijo en términos nominales, que ha distorsionado por completo el espíritu de la norma originariamente planteada por los legisladores.

Además quiero referirme a la forma de cálculo. Esto no lo hago en beneficio de los señores legisladores -descarto que lo conocen bien-, sino para alimentar un poco mejor la discusión pública que en los últimos días -por su complejidad- ha llevado a la confusión en los medios de comunicación cuando no se entiende bien qué son las alícuotas marginales, las alícuotas medias, dónde se paga impuesto y dónde no.

Por lo tanto, y dado que es muy importante la discusión que vamos a tener, voy a tomar unos minutos para hacer una introducción para que nos encontremos todos en el mismo punto de partida.

Aquí tomamos como ejemplo un salario bruto de 52.000 pesos que está bien por encima del salario medio. El salario medio de los formales ronda los 20.000 pesos; por supuesto que el salario medio de la población económicamente activa es incluso más bajo porque en la informalidad se cobra menos. Un salario bruto de 52.000 pesos -como se puede observar en la segunda barra- implica una obligación impositiva por parte del empleador de este empleado formal, equivalente a 13.000 pesos, que son las contribuciones patronales. Vale decir, el costo laboral para la pyme o la empresa que contrate a este empleado formal es de 65.000 pesos.

Al final del recorrido lo que recibe el trabajador, es un salario de bolsillo de 36.000 pesos. En medio de ese camino, hay casi 30.000 pesos -cerca del 50 por ciento del costo laboral- que desaparecen entre contribuciones patronales, aportes individuales a la seguridad social por parte del empleado y, en el caso de estos niveles de ingresos, una cuota creciente del impuesto a las ganancias.

¿Por qué planteo esto? Porque habitualmente en la discusión se habla de "impuesto al trabajo" y que el salario no es ganancia. Entonces, recordemos que la carga tributaria sobre el hecho imponible que es un empleo formal excede largamente la discusión de hoy. No estoy diciendo nada más que lo obvio, pero sepamos que es así. Hay un aporte a la jubilación por parte de la empresa y por parte del empleado y hay una pequeña parte -fíjense en este caso de los 30.000 mil pesos, 7.000, es decir, alrededor del 20 por ciento de la carga tributaria, que castiga como todo impuesto a un empleado nuevo, a un empleo formal nuevo-, el 20 por ciento es ganancias, mientras que el resto corresponde a las contribuciones patronales y los aportes a la seguridad social.

Para asegurarnos que estamos discutiendo lo mismo, quiero hacer otra reflexión que me permite este cuadro: no se paga ganancias por el componente de aporte jubilatorio. Lo aclaro porque a veces en la discusión dicen que a los jubilados les cobran dos veces: les cobraban cuando eran activos y después. Sé que el diputado Bossio esto lo entiende, pero planteemos la discusión porque es muy fácil hacer demagogia con estas cuestiones, sobre todo en los medios. Me parece que acá tenemos que mirar los números bien finitos y entender dónde estamos parados y asegurarnos de que discutimos lo mismo cada vez que nos referimos al mismo concepto.

Entonces, no se pagó ganancias por este componente; se pagó ganancias sobre el neto que es ese porcentaje que se aplica en este caso sobre el neto, y la diferencia entre neto y bolsillo es el impuesto a las ganancias.

Estos son valores de hoy, para un sueldo bruto de 52.000 pesos, el impuesto a las ganancias es de 7.000. Vale decir, 13,6 por ciento de alícuota efectiva. Esto también es importante aclararlo, porque hoy se dice alegremente que la alícuota marginal con la escala de hoy empieza en niveles de salarios relativamente bajos, y se llega a la conclusión de que todo el mundo paga 35 por ciento de impuesto a las ganancias. Esto no es así y ahora lo vamos a explicar.

Insistiendo con el punto anterior, lo que estamos mostrando es la escala de ingresos entre 0 y 70.000 y la carga tributaria sobre los empleados formales. Sobre los empleados que ganan hasta 30.000 pesos, toda la carga son aportes patronales y aportes individuales.

Recién a partir del nivel del mínimo no imponible empieza a jugar el área verde que se ve en el gráfico que está en la pantalla y, además, empieza a suceder a partir de los 60 mil pesos.

Ustedes recordarán que hay un tope a los aportes a la seguridad social del individuo; con lo cual da lo mismo que el individuo gane 63 mil o 500 mil. El aporte que va a hacer es un aporte fijo de 6.600 pesos en el caso del aporte jubilatorio, ya sea que gane 63 mil o que gane 500 mil. Creo que esto también es una distorsión que hay que recordar al momento de legislar. Son tasas marginales que caen violentamente para los tramos más altos de la distribución del ingreso. Yo creo que esto es algo que alguna vez deberemos atender. No lo estamos planteando ahora, pero creo que en algún momento hay que atenderlo.

Brevemente, discúlpenme si esto es demasiado obvio, pero creo que nos tenemos que tomar dos minutos en este gráfico para entender lo que decía antes. La semana pasada escuchaba a un periodista que se quejaba de que al pobre tipo que gana 25 mil pesos le cobran 35 por ciento de impuesto a las ganancias. Es falso, de toda falsedad. Como ven, el gran problema que tiene la escala actual es que uno o bien no paga ganancias o bien casi con certeza paga la alícuota máxima. Pero la diferencia entre la alícuota máxima marginal y la efectiva es cómo se van conformando los tramos de la escala en función del mínimo no imponible. Todo repercute a lo largo de los ingresos.

Entonces, para el individuo que gana alrededor de 30 mil pesos por mes de salario neto, la tasa efectiva es del 5 por ciento, aun cuando la tasa marginal está en el 30 por ciento. Esto es una obviedad. Me da un poco de vergüenza decirlo pero creo que es importante que todos lo entendamos, porque lo que circula a veces en la discusión es esta cosa. Yo escuchaba por ahí alguno que decía que el empresario paga una tasa que es del 35 por ciento y el empleado paga la misma tasa. No es así. El empleado que paga la tasa del 35 por ciento es porque gana más de 300 mil o 500 mil pesos, que es la única manera de que la marginal converja finalmente a la media. Entonces, esto que da un poco de vergüenza decirlo creo que es importante entenderlo. Cuando hablamos de carga tributaria, no es la marginal; es la media o la efectiva.

Acá está lo que mencionaba antes. Si a la escala de Ganancias la desplazamos por un monto equivalente al aporte individual -que es el 11 por ciento para la jubilación, el 3 por ciento para el PAMI y el 3 por ciento para la obra social, es decir, 17 por ciento para el trabajador ya sea que gane el salario mínimo o cualquier salario hasta 63 mil pesos- ¿qué pasa a partir del límite? Acá estamos tomando hoy 63 mil por la movilidad, pero el promedio del año es un poquito menos de 60 mil. Como a partir de ese tope ya no se incrementa más el aporte individual en función del salario, efectivamente lo que ocurre es que baja la tasa marginal del salario para los tramos más altos.

Yo, personalmente, no tengo ninguna duda en que esto hay que corregirlo y me parece que sería bueno que lo tengamos presente quizás no para esta discusión pero para la próxima del año que viene. No es progresiva ni justa esta situación. Estamos hablando de 250 mil empleos, 250 mil personas que, por supuesto, son las que ganan más de 60 mil pesos, y que tienen esta ventaja tributaria, que a partir de este nivel les baja violentamente la tasa marginal. Son once puntos si no tenemos en cuenta el aporte al PAMI ni el aporte a la obra social.

Vamos a hacer una breve puesta de dónde estamos con la recaudación del impuesto reciente y no tanto.

Para que se entienda bien, lo que vemos en las barras amarillas, es la recaudación de ganancias sobre aquellos que están en relación de dependencia. Como dije antes, es lo más parecido a lo que se da en la discusión del impuesto al trabajo.

Este hecho imponible no es una ganancia de ningún otro tipo que no sea el salario de quien está en relación de dependencia.

Esto tuvo un salto importante por el año 2001, con la tablita de la ley 25.239. En ese momento, la recaudación era del 0,3 por ciento del PBI, para personas físicas en relación de dependencia -es una partecita del impuesto pero donde está la mayor distorsión-, se mantuvo más o menos estable en alrededor del 0,6 por ciento. Es decir, se duplicó con la tablita y desde entonces se mantuvo estable hasta el 2010, 2011.

Después hubo un aumento explosivo de la recaudación por este concepto, que en la práctica no es otra cosa que haber duplicado la carga tributaria sobre el trabajador en relación de dependencia en el componente de ganancias.

Esto es lo que todos queremos resolver y es lo que este gobierno ha empezado a resolver con la fuerte modificación del mínimo no imponible. Como ustedes recuerdan, existía la facultad de hacerlo por decreto y lo hicimos sin más demora a principios de este años, con la convicción de que había consenso de todas las fuerzas políticas ya que todos los candidatos que participaron en la contienda electoral el año pasado así lo proponían. Por lo tanto no hizo falta venir a discutirlo al Congreso ya que estaba la facultad para hacerlo.

Esta modificación del mínimo no imponible significó un esfuerzo fiscal de 50.000 millones de pesos, compartido entre la Nación y las provincias.

Esto es para que tengan alguna idea de cómo se fueron disparando las alícuotas efectivas por distintos tramos. Así, por ejemplo, un trabajador que en 2007 tenía un sueldo neto equivalente a 50.000 pesos de hoy -ajustado por inflación-, tributada alrededor del 5 por ciento de tasa efectiva; en 2015 llegó a pagar el 20 por ciento. Es decir que a ese trabajador se le triplicó el impuesto.

La caída en los tramos más bajos, es la consecuencia del decreto que dejó fijo el valor para quienes ingresaban o no a tributar el impuesto. Una distorsión que nosotros eliminamos también en su momento con el mínimo no imponible. Esencialmente, este fue básicamente el recorrido para cada tramo de ingresos que uno puede elegir de las distintas alícuotas.

La curva que vemos en el gráfico, muestra la comparación entre 2010 y 2015 en lo que hace a presión tributaria. Por ejemplo, para alguien que tenía un sueldo entre 40.000 y 60.000 pesos, la no modificación del mínimo no imponible de las escalas, significó un aumento de la presión tributaria de 10 puntos del salario.

El monto máximo está alrededor de los 80.000 pesos por mes. Vean, nuevamente, la paradoja de que cuanto mayor es el ingreso, menor fue la exacción adicional que se les quitó a los empleados de mayores ingresos.

Es decir que no solamente está la distorsión de cobrar un impuesto que no había sido legislado más que por la inflación, sino que además está la distorsión de cobrarle más puntos porcentuales a los que están en el inicio del tamo de la escala y menos puntos porcentuales a quienes están sobre los montos más altos. Obviamente, esto había que resolverlo.

Esto es lo que empezamos a hacer este año y la propuesta de modificación del impuesto va en esa dirección.

Quiero dar alguna idea de cuáles son los órdenes de magnitud para que recordemos bien que lo que estamos tratando acá es la presión tributaria para los afortunados que tienen un empleo formal y que ganan muy por encima de la media con ese trabajo. Estamos hablando de 1.200.000 personas que cobran encima del mínimo no imponible.

Habría que volver a reclasificar el concepto de mínimo no imponible porque hay tantos ejemplos como situaciones familiares de cada empleado en relación de dependencia. Por lo tanto, no podemos hablar de "el mínimo no imponible" porque hay distintas deducciones. Recuerdo que en la última discusión del año pasado, cuando aparecía la deducción anual de los 32 o 35 mil pesos -que es uno de los componentes de todas las deducciones-, se llegaba a la conclusión de que ese era el mínimo no imponible mensual. El esquema es bastante más complejo.

Cuando uno mira la situación de cada contribuyente, el mínimo no imponible promedio del año 2016 es del orden de los 29.500 pesos. Hay 1.200.000 personas que cobran una suma por encima deese valor, de las cuales, 893.000 están alcanzadas por una tasa efectiva de menos del 10 por ciento; si bien hay 535.000 personas alcanzadas por la tasa marginal máxima del 35 por ciento, esto igual no modifica las tasas efectivas que en su gran mayoría están por debajo del 10 por ciento. Es más, en el año 2016 solo 72.000 personas en su condición de empleados en relación de dependencia van a pagar una alícuota efectiva de más del 20 por ciento.

Si vemos esto en un gráfico en pesos, acumulando toda la población económicamente activa que en el país es de 18 millones de personas, vemos que el 92 por ciento no está alcanzado por el impuesto; sólo abarca a un 8 por ciento que, como pueden ver en el gráfico, está amontonado en el tope de la escala máxima de ingresos.

A partir del 91 o 92 por ciento de la población económicamente activa, empiezan los pagos individuales y por supuesto que con excepción de algunos pagos muy grandes, la concentración se da en los tramos más altos.

Esta es la introducción al tema en tratamiento. Ahora, ¿qué hicimos en lo que va de este año? ¿Cómo proponemos continuar? Reitero que la idea de ir haciéndolo gradualmente no atiende al deseo sino a la restricción presupuestaria del gobierno nacional y de las provincias.

Este año hicimos la primera etapa que consistió en actualizar el mínimo no imponible. Tal como verán en un gráfico más adelante, tenemos el mínimo no imponible que es casi el más alto de la región y del mundo. Pero esta era la promesa de campaña que teníamos que cumplir y así lo hicimos.

Con respecto a las escalas, según el proyecto oficial, se modifican y se van estirando gradualmente a lo largo de los próximos tres años.

El mínimo no imponible se incrementó fuertemente dependiendo de la situación familiar del empleado en cuestión. En algunos casos ese mínimo no imponible prácticamente se duplicó y se eliminó la exención basada en el salario bruto de 2013, que era realmente una anomalía, era una distorsión que no existía en ningún otro sistema tributario del mundo. Alguien que en 2013 ganaba menos de 15 mil pesos pero que por alguna razón el año pasado ganaba 200 o 300 mil pesos, no hubiera pagado impuesto a las ganancias solo porque hace dos años cobraba menos de 15 mil pesos.

T.8

APV

PyH

El criterio de justicia allí no existía.

Como consecuencia de esa modificación, podemos ver gráficamente lo que sucedió con las escalas y con el impuesto efectivamente cobrado. Estamos incluyendo el 17 por ciento del importe individual y el resto es ganancias en su tasa efectiva. Vale decir, la línea púrpura era el esquema original del 2015, la línea azul es el esquema del 2016, solamente habiendo modificado el mínimo no imponible.

Primera reflexión: al tocar el mínimo no imponible afectamos la carga tributaria de todos, no solamente de quienes están en el inicio de la escala -a quienes quisiéramos evitarles el pago del impuesto- sino que eso se va trasladando a lo largo de toda la escala para los tramos más alto.

Entonces, cualquier modificación del mínimo no imponible es una reducción del impuesto a las ganancias para los que más ganan. Esto también tengámoslo en cuenta porque es fantástico tratar de aliviar en la escala más baja, pero sepamos que cada uno de esos alivios repercute sobre un alivio quizás no deseado en la escala más alta.

Con la modificación solamente del mínimo no imponible tuvimos esta fuerte caída de la carga tributaria. Observen que la línea púrpura tenía un leve sesgo regresivo, donde caía la presión tributaria a medida que aumentaba el salario. Nosotros tenemos un esquema que se parece más a lo que debe ser con una leve pendiente positiva.

Para todos aquellos que se vieron beneficiados por la modificación del mínimo no imponible, aun después de las paritarias, el cálculo que hacemos nosotros es que tuvo una mejora de salario de bolsillo en promedio del 8 por ciento para los trabajadores en relación de dependencia formal. O sea, además de la paritaria de cada sector, dependiendo por supuesto de los salarios de cada sector -que a su vez depende mucho de cada sindicato, ya que hay muchos sindicatos cuyo afiliados prácticamente no pagan impuesto a las ganancias pero en algunos casos sí- esto significó una mejora de bolsillo del 8 por ciento del salario, solamente tocando una de las variables que es el mínimo no imponible.

Acá está la contracara y por eso apelamos a la responsabilidad de los señores legisladores para no olvidarse de que cada rebaja de impuestos implica una caída en los recursos disponibles para la administración nacional pero también para las provincias.

Esta es la evolución de la recaudación en términos reales -la recaudación impositiva viene cayendo el 6 por ciento en términos reales- pero vean lo que es ganancias: este año ha tenido una caída en términos reales que no se explica sino por la modificación del mínimo no imponible de alrededor del 22 por ciento. Hay 15 puntos de diferencia que si los multiplicamos por esos 400.000 que yo les dije de orden de magnitud de recaudación del impuesto a las ganancias, llegamos a ese número de 50.000 o 60.000, que es lo primero que nos dicen cada uno de los gobernadores que nos vienen a visitar cuando tenemos una discusión en torno de los recursos. Nos dicen: "Se nos está cayendo la recaudación. ¿Por qué?". La respuesta es que eso se debe a varias razones, pero en este caso en particular la modificación del impuesto a las ganancias -que era una promesa a través del mínimo no imponible, que era algo que teníamos que hacer- tuvo su correlato en una caída importante en la recaudación de la Nación y de las provincias, habida cuenta de que es un impuesto coparticipable.

Por eso, antes de formular nuestra propuesta al Congreso de la Nación tuvimos un acuerdo con los gobernadores de todas las provincias. Acordamos que el costo fiscal de cualquier alivio en ganancias para 2017 iba a estar alrededor de los 30.000 millones de pesos. Así como fueron 50.000 millones este año, hubo un acuerdo entre los ministros de Economías de cada una de las provincias, después ratificado -por lo menos de palabra- por los gobernadores, de que esto era lo que podía financiar Nación y provincias de cara al año que viene.

Este es efectivamente el cálculo que incluimos en el presupuesto. Cuando vinimos a presentar el presupuesto dijimos que había tres normas adicionales que debían discutirse con referencia al presupuesto: una de ellas era ésta: la rebaja del impuesto a las ganancias; otra era la de los súperpoderes, que también tiene media sanción o ya fue aprobada por completo y la otra eran cuatro o cinco artículos que incluimos en el presupuesto de ley sobre responsabilidad fiscal consensuada con las provincias.

Este combo nosotros lo vemos como tal y, por lo tanto, el proyecto de ley que presentó el oficialismo es compatible con ese acuerdo con las provincias de sacrificar el equivalente a 30.000 millones coparticipados para ir rebajando de a poco el impuesto a las Ganancias e ir eliminando las distorsiones que se acumularon fuertemente desde 2010 en adelante.

Este costo fiscal, de alrededor de 50.000 millones de pesos durante todo el año 2016 equivale, por ejemplo, al impacto presupuestario de la Asignación Universal por Hijo. Le devolvimos a ese 8 o 9 por ciento que paga el impuesto a las ganancias el equivalente a toda la partida presupuestaria de la asignación por hijo en un año. Esto da una pauta del esfuerzo fiscal. También quivale al aumento de jubilaciones que se hizo como consecuencia de la reparación histórica en un año y supera largamente todo el gasto de la Dirección Nacional de Vialidad. Estos datos son, simplemente, para que tengamos manera de parangonar el esfuerzo fiscal compartido entre la Nación y las provincias en 2016.

Hay muchos problemas actuales del impuesto a las ganancias. Yo no quiero aburrirlos, pero me voy a concentrar en dos o tres. Esencialmente, el primero es que hay un reclamo de buena parte de la sociedad, reclamo que nosotros atendemos. En cualquier comparación internacional, el mínimo no imponible de la Argentina es muy alto comparado con la región o con países de la OCDE, con los que comenzamos a querer compararnos.

Expresado como porcentaje del salario promedio, hoy en día en la Argentina solamente es alcanzado por el impuesto a las ganancias aquel individuo cuyos ingresos mensuales sean superiores al 120 por ciento del salario medio. Vean que en otros países del mundo estamos hablando que están alcanzados a partir del 30 y el 40 por ciento del salario medio, ya que a partir de ahí empiezan a tributar ganancias, por supuesto con alícuota baja.

Esto lo tuvimos en cuenta al elaborar el proyecto que presentamos. Yo sé que en los medios nos dicen que hemos sido mezquinos con el mínimo no imponible. Pero no podemos ignorar el punto de partida del mínimo no imponible y el esfuerzo que ya hicimos el año pasado. Sería muy fácil hacer demagogia y subirlo al infinito el mínimo no imponible. Como no podemos hacer eso, lo que sí hicimos fue incorporar dos tramos nuevos y dos escalas nuevas en el artículo 90, bajando del 9 al 5 por ciento la primera escala, incluyendo una alícuota transitoria para el primer año, que es del 2 por ciento, de manera tal de que todo aquel que pague ganancias por primera vez no va a pagar más que el 2 por ciento del excedente de su ingreso por encima del mínimo no imponible.

Esto lo podemos ver de distintas maneras, pero en todos los casos la Argentina aparece detrás de Colombia, pero por encima de prácticamente todos los países, Suecia nos supera, pero evidentemente acá hay una distorsión, mal que nos pese.

Respecto de la recaudación de Ganancias a personas físicas como porcentaje del PBI -esto incluye relación de dependencia y aquellos que no están en relación de dependencia- tenemos que en la Argentina cobramos 1,7 por ciento de un impuesto que es de los menos distorsivos que hay. Nosotros todavía dependemos mucho del IVA, del impuesto al cheque y de impuestos que son muy distorsivos. El impuesto a las ganancias, por lo menos en la literatura, está considerado como el más neutral. Nosotros somos comparativamente de los países que menos recaudamos de Impuesto a las Ganancias, tanto en la región como comparado con otros países del mundo.

Los problemas que podemos identificar, entre varios otros, son tres: el elevado mínimo no imponible en términos internacionales, una tabla muy corta y muy empinada -ya que con la tabla actual apenas uno empieza a pagar impuesto a las ganancias, rápidamente se alcanza la alícuota marginal máxima, aunque no la media- y el tercer problema son las deducciones por cargas de familia.

Pareciera ser que hay cierto anacronismo en el planteo de las cargas de familia. Responden a una configuración familiar prácticamente del siglo pasado, porque se premia al cónyuge inactivo pero no se toman en cuenta los avances del último tiempo. Por ejemplo, en el caso de una unión civil -que debiera tener el mismo derecho-, no se puede hacer la deducción por cónyuge.

Queremos que el Congreso comience a discutir estas cuestiones, porque además de tener un impacto muy distorsivo también implican exenciones importantes y pérdidas de recursos que podrían ser utilizados de mejor manera.

Nuestra propuesta establece el estiramiento de la tabla de alícuotas a lo largo de los próximos tres años. Proponemos una tabla para el 2017, otra para el 2018 y otra para el 2019.

Después hacemos los cálculos en valores constantes de hoy, tomando en cuenta las metas de inflación de los próximos tres años.

Por otra parte, eliminamos algunas deducciones que, como dije antes, parecen obsoletas y que en gran medida ya están reemplazadas por la red de seguridad social.

Hay que repensar el concepto del adulto a cargo, porque se ha alcanzado una cobertura previsional muy alta en los últimos años, algo que -hay que decir- es un logro del gobierno anterior.

Tampoco existía la asignación por hijo, algo que el gobierno anterior aprobó por decreto, infelizmente, porque había muchos proyectos de ley de la oposición que lo promovían y que el gobierno del ingeniero Macri extendió a más beneficiarios.

Esos elementos no existían en 1973 cuando se establecieron deducciones por hijo inactivo, por nieto, por bisnieto, por yerno o por nuera.

Nos olvidamos que eso existe hoy en la configuración del impuesto a las ganancias y creemos que es un momento para comenzar a discutir estas cuestiones.

Como ya dije, establecemos una alícuota baja nueva, del 5 por ciento, y una reducida para quienes pagan el impuesto por primera vez, del 2 por ciento.

Como consecuencia de nuestra propuesta, continuamos con el cuadro que les mostré al principio, que llega hasta el 2015.

Tomemos la línea verde, que fue la que analicé antes. Ahí, vemos que esa suba del 5 por ciento en 2007, al 20 por ciento en el 2015, por modificación del mínimo no imponible bajó 5 puntos este año, es decir, del 20 al 15 por ciento. Nuestra propuesta, esencialmente, lo lleva al nivel en el que se encontraba en el 2010 o 2011.

La filosofía de nuestro proyecto es, de a poco, ir devolviendo lo que el fisco se llevó, sobre todo desde el 2010 o 2011 en adelante, durante el último mandato presidencial.

¿Nos gustaría llegar a la etapa de antes de la tablita? Sí, por supuesto. ¿Están los recursos para hacerlo? No, todavía. ¿Está el compromiso de hacerlo, discutiéndolo entre todos y atendiendo la restricción presupuestaria? Este gobierno tiene ese compromiso.

En algunos casos la presión de ganancias cae casi dos tercios, del 20 por ciento al 7 por ciento.

¿Cómo está concentrada esa mejora? Está concentrada como uno quiere, en los tramos de ingresos que empiezan a pagar el impuesto a las ganancias. Para todos ellos, sobre todo para quienes ganan entre 25.000 y 60.000 pesos por mes -que comparado con el salario promedio mensual es un salario bueno-, la propuesta oficial le estaría recortando alrededor de un 30 por ciento su obligación tributaria, solamente en 2017.

¿Cómo quedaría la alícuota inicial? La alícuota, que anteriormente era del 9 por ciento y que era una de las más bajas del mundo, pasará a ser del 2 por ciento; por lo tanto, será la más baja del mundo con niveles similares a los de Suiza y México. En promedio la primera alícuota arranca en el 10 por ciento y hasta un poco más alto. Recuerden que en casi todos estos casos el mínimo no imponible es más bajo que en el caso de Argentina. No voy a hacer una argumentación excesiva respecto de la comparación internacional, pero creo que es importante que sepamos dónde estamos parados, porque como dije antes, si hay un impuesto equitativo que grava a los que más tienen, no es el IVA, no son los ingresos brutos, no es el impuesto al cheque, no son los impuestos internos, ni el impuesto que quieran mirar; seguramente es el impuesto a las ganancias. La discusión que tenemos que dar ahora es cómo aliviar la carga de este impuesto que es el más progresivo y que alcanza a los más afortunados en la escala de la formalidad.

Quiero mostrar la propuesta en forma gráfica, acercándome al fin de mi exposición. En la pantalla podemos ver un cuadro que muestra la presión de ganancias como porcentaje del salario neto en pesos constantes. Vemos la línea de 2015 que rápidamente se alcanzaba la tasa marginal. Nuestra propuesta es que en 2016, a través del mínimo no imponible, hacer lo que ya se dio efectivamente como ya lo mostré en otro cuadro. En 2017, 2018 y 2019 se irá incrementando esta baja, vale decir que la baja es muy fuerte y que la haremos a lo largo del tiempo, a pesar de que nos gustaría hacerla el año que viene. Pero no tenemos los recursos fiscales para entregar más de 100.000 millones de pesos entre la Nación y las provincias.

Si comparamos el resultado de todo el recorrido, pueden ver la diferencia: para un salario neto de 60 mil pesos que en 2015 pagó una alícuota del 25 por ciento, en 2019 con el mismo poder adquisitivo, pagará una alícuota del 10 por ciento. O sea que estamos reduciendo a menos de la mitad ese impuesto. Nos gustaría que fuera aún menos pero entendemos que es un sacrificio bastante importante.

También es interesante ver la situación horizontalmente a modo de comparación. En 2015 todo aquel que ganara un poco más de 30.000 pesos pagaba una alícuota superior al 10 por ciento. En 2019 solo va a pagar más del 10 por ciento quien tenga un salario neto superior a los 55.000 pesos. Esto indica que corrimos de 30.000 a 55.000 pesos el límite. En tanto que la alícuota efectiva del 20 por ciento que antes era alcanzada por salarios de 50.000 pesos con nuestra propuesta habrá que ganar el doble para tener una tasa efectiva del 20 por ciento.

Luego les vamos a enviar una copia de los cuadros que se ven en pantalla, porque no se llegan a ver. Quiero dar un ejemplo: con un salario equivalente a 40.000 pesos de hoy, en 2010 hubiera pagado por impuesto a las ganancias 1.458 pesos mensuales; en 2015, como consecuencia de que no se modificaron las escalas, con el mismo poder adquisitivo se fue a 4.700 pesos -o sea que se triplicó-, en 2016 devolvimos 1.100 pesos, bajando de 4.685 a 3.570 pesos el impuesto, solo por la modificación del mínimo no imponible que, como dije antes, afecta a toda la escala. Ese sueldo va a terminar pagando en 2019 un impuesto a las ganancias mensual de 1.800 pesos que es bastante parecido al punto de partida de 2010.

T.12

APV

PyH

Esencialmente, lo que decimos es que -para los tramos que hoy pagan impuesto a las ganancias- estamos volviendo a la situación de 2010 y para todos aquellos que paguen ganancia por primera -esta es una discusión que también está en los medios- los montos son realmente muy bajos. Por ejemplo, 20 pesos por mes para los que comiencen a pagar ganancias por primera vez como consecuencia de un mínimo no imponible más alto y una escala más baja de tramo de ganancias.

Otros números que podría darle, por ejemplo, en 2015, el 46 por ciento de quienes pagaron el impuesto a las ganancias estaban alcanzados por la alícuota marginal máxima. Con nuestra propuesta, en 2019 solamente el 5 por ciento de quienes pagan impuesto a las ganancias van a estar alcanzados por la alícuota máxima del 35 por ciento. Además, en 2019 el 93 por ciento de aquellos que estén alcanzados por el impuesto a las ganancias, solamente van a pagar menos del 10 por ciento. Vale decir, que el 93 por ciento de los que paguen van a pagar menos del 10 por ciento.

Creemos que dada la restricción fiscal, este es el mayor esfuerzo que podemos hacer y como ven en estos números es sin ninguna duda progresivo y sin distorsiones en el medio, más allá de los topes que en algún momento deberemos discutir.

No quiero ocupar todo el tiempo, pero antes de dejarlos en las buenas manos de Alberto y de Claudia para las cuestiones estrictamente técnicas, quiero hacer algunas reflexiones acerca de por qué el análisis de las deducciones es una discusión que debemos empezar a dar.

¿Qué dice el artículo 23 del impuesto a las ganancias? Señala que en concepto de cargas de familia, las personas de existencia visible tendrán derecho a deducir de sus ganancias netas, siempre que las personas que se indican sean residentes en el país, estén a cargo del contribuyente y no tengan en el año entradas netas superiores a pesos 42.318, cualquiera sea su origen y estén o no sujetas al impuesto. Como saben, 42.318 pesos es menos que el salario mínimo vital y móvil y es menos que la suma de los haberes mínimos jubilatorios en 2016.

Esencialmente, la deducción está prevista para los familiares a cargo que estén inactivos. Más allá de que esto es lo que dice la ley, nuestra presunción es que en la práctica -y esto lo estamos empezando a modificar ahora gracias al trabajo de Alberto Abad- se deducen una cantidad de ingresos que no debieran deducirse. Por ejemplo, el año pasado hubo 387 personas que tomaron la deducción de bisabuelo; 150 personas que tomaron la deducción de bisnieto; 523 que tomaron la de yerno o la de nuera. No tengo nada en contra de los familiares, lo que digo es que tenemos que empezar a discutir esta cuestión porque responde a un concepto anacrónico y tiene distorsiones muy importantes que quiero ejemplificar en el caso de los cónyuges.

Por ejemplo, si vemos las bases, encontramos que solo un 25 por ciento de los alcanzados por ganancias podría deducir al cónyuge y, sin embargo, un 29 por ciento lo hace.

Al respecto, me caben dos reflexiones: se está deduciendo cónyuges que no habría que deducir y, además, estamos hablando solamente del 25 por ciento de aquellos alcanzados por el impuesto a las ganancias con un elemento adicional que es que en general la frecuencia de deducciones por cónyuge es más alta cuanto más alto es el ingreso del trabajador en relación de dependencia.

Ahora les voy a mostrar un gráfico, pero en la práctica quiere decir que estamos favoreciendo -a través de la deducción por cónyuge- a los que ganan más y no a los que ganan menos.

Les voy a dar un ejemplo muy concreto de cómo opera esto por nivel de ingreso. Imaginemos el caso de Ana, que es soltera, que gana 21.000 pesos y tiene un ingreso disponible de bolsillo de 17.430 pesos; o el caso de Paula, que tiene un salario mayor, de 39.000 pesos y por lo tanto paga algo de impuestos a las ganancias y tiene un ingreso neto de bolsillo de 29.000 pesos.

Ahora, ambas se casan. ¿Cómo cambia el salario de bolsillo? A Ana, que tiene un ingreso inferior, no le alcanza la deducción para beneficiarse de esta situación nueva en su familia, que es que se acaba de casar. Paula, en cambio, como tiene un salario mayor, se beneficia con la deducción plena. Entonces, las dos se casaron, las dos tuvieron el mismo evento familiar, pero premiamos a la que gana más en detrimento de la que gana menos.

En otros países, esta deducción no está atada al nivel de ingresos, porque ustedes comprenderán que la deducción equivale a la tasa marginal máxima en términos de lo que se le devuelve de bolsillo. Yo y mi gobierno creemos que ésta es una discusión que hay que dar. Si no la podemos dar ahora démosla más adelante. No sé qué problemas tendremos cuando volvamos a nuestra casa, pero creo que hay que dar esta discusión.

Como les decía antes, la cantidad de cónyuges promedio declarados por contribuyentes vean que es mucho mayor en los tramos más altos del ingreso. Entonces, no solamente le devolvemos más a los que más tienen, sino que, además, son más entre los que más tienen los que reclaman la deducción comparativamente con los tramos más bajos del ingreso.

Ya hablamos de la unión civil convivencial. Hay más ejemplos que podríamos mostrar. Hay una cuestión de género, también, porque como consecuencia de la estructura de la deducción se perjudica al segundo ingreso del hogar que, mayoritariamente, cuando miramos la configuración familiar el 86 por ciento del primer salario es de varones, es decir que con este esquema de deducción por cónyuge estamos castigando la decisión de la cónyuge mujer de elegir o no participar del mercado laboral.

Acá tenemos un ejemplo muy concreto del soltero que se casa y al casarse pasa a tener 1.160 pesos por mes adicionales y cero pesos en el caso de la unión civil. Si su cónyuge es activo no pueden deducir ninguno de los dos. Esto también es importante porque en los medios sale que le están quitando la deducción. No es así. Hoy si hay dos cónyuges que componen un mismo grupo familiar no tienen deducción en tanto y en cuanto los dos sean activos. La deducción por cónyuge es solamente para el cónyuge inactivo del hogar al que le damos los 1.160 pesos. Vale decir que la decisión de ese segundo cónyuge cuando tiene que elegir o no ingresar al mercado laboral implica una desventaja respecto del primer cónyuge de alrededor de 2.300 pesos por mes. Esto equivale en promedio al 7,6 por ciento del salario bruto superior. Estamos castigando al que ingresa al mercado laboral en comparación con el que ya estaba. Esto es una manera de verlo dependiendo del nivel de ingreso.

Cierro con una reflexión en el mismo sentido respecto de la deducción por hijo. Como dije antes, está establecida la Asignación Universal por Hijo -mal llamada universal porque todavía no alcanza a todos los chicos-, están las asignaciones familiares y están también las deducciones del Impuesto a las Ganancias por hijo, que son mayores cuanto mayor es el ingreso de aquel que pide la deducción. Si esto lo mostramos gráficamente, en este caso a una persona que gana 26 mil pesos, como consecuencia de la deducción por hijo, se le devuelven 192 pesos, a la persona que gana 39 mil, como consecuencia de la deducción por hijo se le devuelven 580.

El hijo del que gana más vale dos veces y media más, que el hijo del que gana menos. No tengo ninguna duda de que esto hay que revisarlo. No sé si es el momento y por eso no lo hemos propuesto en este proyecto, pero dado que empezamos a mirar de manera meticulosa las distorsiones del impuesto a las ganancias, creo que debiéramos hacerlo.

Veamos lo que sucede con la deducción por hijo. La línea celeste del gráfico muestra el ítem asignaciones familiares. Allí, con el esquema actual -que este gobierno duplicó en este año- y en un grupo familiar con un ingreso la deducción es una, pero si los ingresos del grupo familiar son dos, el hijo vale menos. Esto es algo para considerar.

Además, a partir de cierto nivel de ingresos desaparece la asignación familiar y lo único que queda es la deducción por hijo para tramos más altos de ingreso.

No tiene ningún sentido este esquema de deducción por hijo tal cual está planteado, en la combinación de asignación familiar, asignación por hijo y deducción por hijo.

Quizás no tengamos tiempo para resolverlo ahora, pero no tengo ninguna duda de que es una asignatura pendiente que heredamos del anacronismo de la ley de 1973, no solamente para los hijos sino también para los cónyuges y otros familiares a cargo.

El costo fiscal de las deducciones por cónyuge es de 5.400 millones de pesos. Vale decir que estamos premiando al cónyuge inactivo y solamente al inactivo, por un monto anual de 5.400 millones de pesos, de los cuales la mitad va a las provincias.

Les agradezco la paciencia. Con esto he terminado de hacer la introducción, que fue un poco más larga de lo que había imaginado. Mi propósito era introducir el tema y marcar algunas de las distorsiones y de las inequidades que a lo largo del tiempo se fueron generando por este concepto de poner parche tras parche.

Mi objetivo era explicar brevemente cuál es la filosofía de nuestra propuesta de reducción gradual pero importante de la carga tributaria del impuesto a las ganancias, primero, a través del mínimo no imponible y después a través de la escala. Para este año son 50.000 millones de pesos, unos 30.000 millones de pesos para el año que viene y otros montos equivalentes en los años subsiguientes.

Es decir que a lo largo del tiempo es mucho lo que estamos devolviendo al bolsillo de los asalariados en relación de dependencia. Pero lo hacemos -como dije- a lo largo del tiempo y gradualmente, que es la única manera compatible, viable, política y socialmente posible de hacerlo, habida cuenta de la situación fiscal en que nos encontramos.

Ahora, Alberto Abad y Claudia Balestrini van a analizar más en detalle los números de la propuesta del Frente Renovador y van a estar disponibles para contestar sus preguntas. Muchas gracias. (Aplausos).

SR. PRESIDENTE LASPINA Antes de darle la palabra al titular de la AFIP, Alberto Abad, quiero agradecerle nuevamente al ministro Alfonso Prat Gay por haber venido a hacer su presentación. Sabemos que tiene otros compromisos, de manera que le damos las gracias y lo dejamos ir.

El señor ministro de Hacienda y Finanzas Públicas se retira de la reunión.
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el titular de la AFIP, Alberto Abad.

SR. ABAD Señor presidente: vamos a concentrarnos en la consulta que se había hecho en relación con una propuesta alternativa a la que presentara el gobierno.

Voy a ir rápido con las primeras filminas ya que el ministro ha sido más que detallado en su comentario.

En primer lugar, cabe recordar que el costo fiscal de las medidas ya implementadas, tomando en cuenta el SAC 2015 segunda cuota, el incremento del mínimo no imponible y lo que va a ser la segunda cuota del SAC 2016, implican un costo fiscal de 53.600 millones.

Las principales modificaciones ya las conocen. A título recordatorio, son la adecuación de las deducciones personales, incorporación de otras deducciones y la adecuación de la escala de alícuotas.

Lo que vemos ahora en la pantalla es un cuadro comparativo entre el sistema vigente, el proyecto oficial y el proyecto del Frente Renovador.

Como vemos, en las deducciones personales, el mínimo no imponible del sistema actual es de 42.318, el proyecto oficial lo eleva a 48.666 y el Frente Renovador lo lleva a 67.455.

En el ítem deducción por cónyuge, el proyecto oficial lo pone en cero y el del Frente Renovador lo pone en 63.406.

La deducción por hijo, en el sistema actual es de 19.889; el proyecto oficial, con el 15 por ciento, lo lleva a 22.872 y el Frente Renovador a 31.703.

La deducción especial de cuarta actual es de 203.126 pesos, en el proyecto oficial es de 233.597 pesos y en el del Frente Renovador es de 323.784 pesos. El ajuste anual de los montos, según el proyecto del Frente Renovador sería por la variación del salario mínimo vital y móvil.

Además hay nuevas deducciones. Los intereses hipotecarios quedan como estaban anteriormente en el orden de los 20.000 pesos en el proyecto oficial y en el del Frente Renovador los lleva a 67.455, que también contempla la creación de una deducción por alquiler de vivienda de67.455 pesos. El ajuste de acuerdo al proyecto del Frente Renovador se realiza a través de la variación del salario mínimo vital y móvil. Asimismo, el proyecto del Frente Renovador sugiere eximir del pago del impuesto a las jubilaciones inferiores a 60.000 pesos.

Con respecto a la escala de alícuotas, que ya fue explicada y a la que me referiré rápidamente, el primer tramo es de 10.000, la alícuota mínima era de 9 por ciento; el proyecto oficial lleva el primer tramo a 61 mil pesos con una alícuota del 5 por ciento que sería del 2 por ciento para los nuevos contribuyentes, mientras que el proyecto presentado por el Frente Renovador lo lleva a 50.000 pesos con una alícuota del 3 por ciento. El último tramo se eleva a 120.000, 426.000 y 720.000. Este es el marco de referencia.

Como obviamente las modificaciones en las deducciones y el aumento de mínimo no imponible genera un costo fiscal adicional, el Frente Renovador propone la creación de nuevos impuestos, a saber: en ganancias sobre el rendimiento de los plazos fijos, LEBAC y fondos comunes de inversión, que quedarían gravados por colocaciones mayores a 1.500.000 pesos; la restitución del impuesto a la distribución de dividendos, que quedaría gravada con el 10 por ciento; la restitución de los derechos de exportación al sector minero -las retenciones-, que tendría una alícuota de entre el 5 y 10 por ciento; un impuesto adicional del 15 por ciento sobre el rendimiento del dólar futuro, y un impuesto adicional a los juegos de azar de un 10 por ciento sobre el valor de los activos. Este sería el mapa de los nuevos impuestos que tienen por objeto neutralizar el mayor costo fiscal por el incremento del mínimo no imponible y las nuevas deducciones.

T.16

APV

PyH

Acá voy a ir un poco más despacio porque estamos haciendo un recálculo de los datos del Frente Renovador según nuestras bases de información.

El costo fiscal bruto de empleados y la exención de la segunda cuota del SAC que el Frente Renovador estima en 81.354 millones, para nosotros está en el orden de 100.759 millones. Esto implica ya una primera diferencia de 19.405 millones.

En este caso no tenemos cómo se constituyó el monto según el Frente Renovador. El nuestro está hecho -como siempre- sobre los datos correspondientes a las declaraciones juradas de la seguridad social que incluyen el SIPA y no SIPA, el neto -por supuesto- de los sujetos que no tributan -Tierra del Fuego y judiciales-, las deducciones las estimamos con el SIRADIG, que es el Sistema de Registro y Actualización de las Deducciones, e incluye un incremento salarial del 21,1 por ciento para el 2017.

En este caso puntual de considerarlo necesario la gente del Frente Renovador, nos sentaríamos para ver cómo llegaron ellos al cálculo y cómo nosotros llegamos a este número.

Después en el cálculo del nuevo impuesto para el dólar futuro, la estimación del Frente Renovador es de 11.000 millones. Nuestros cálculos lo hacen llegar a 5.680 millones. Acá va a estar la memoria de cálculo para que ustedes vean la diferencia. Nosotros lo calculamos aplicando el 15 por ciento sobre la base imponible del total de las operaciones que nos informaron ambos mercados donde se operaba en futuro, que es el ROFEX y el MATBA. La aplicación del nuevo impuesto es para las personas humanas que se aplica durante todo el ejercicio en cualquier momento y las personas jurídicas es solamente aplicable para empresas con cierre en el ejercicio posterior a la creación del nuevo impuesto.

Esto hace que las personas humanas paguen durante todo el año mientras que las personas jurídicas solamente paguen el último mes del año. Además, nuestro cálculo está sobreestimado, porque lo aplicamos sobre el total de las operaciones del 2016, o sea, no le detrajimos para el caso de las personas jurídicas el hecho de que solamente tenían que pagarlo a partir de noviembre. Esta mecánica de cálculo arroja que en vez de 11.000 millones, nuestro recálculo es de 5.680 millones.

Con respecto al segundo ítem, que es el impuesto sobre las máquinas que se utilizan para el juego, durante el 2016 AFIP -a través de la DGI- inició un proceso de fiscalización de todos los ingresos del juego. La primera tarea que realizamos fue un relevamiento en todos los bingos y salas de juegos de las máquinas existentes y nuestros cómputos nos da que hay 80.000 máquinas operativas. El valor unitario promedio que tomamos para el cálculo del impuesto fue sobre la base de los datos que nos da la Dirección General de Aduanas -que depende de AFIP- y arroja un valor unitario promedio por máquina de 7.000 dólares, más un 20 por ciento de aranceles de importación.

Esos datos hacen referencia a las importaciones que se efectuaron en 2015 y 2016. Fíjense que en 2015 se importaron 7.697 máquinas y en 2016, 10.279. Este cálculo se toma en cuenta sobre el valor neto de las amortizaciones; como en los últimos dos años se repusieron aproximadamente 18.000 máquinas, quiere decir que las 62.000 restantes tienen una antigüedad promedio significativa. Entonces, calculando un 50 por ciento de amortización y un valor del dólar promedio de 10 pesos, llegamos al monto de estimación de recaudación posible de 336.000.000.

Las ganancias generadas por plazos fijos es aplicable solamente a las personas humanas, porque las sociedades están gravadas. Según el sistema de información que recibimos periódicamente -se llama SITER- de todas las entidades financieras, son 42.000 millones de pesos. Además, considerando que del total de colocaciones que hay en el mercado, el 20 por ciento corresponde solamente a personas humanas, tomamos una tasa promedio del 22 por ciento y asumimos, a su vez, que iban a estar todas en la alícuota máxima, o sea que lo calculamos al 35 por ciento y eso da los 3.234 millones que hemos previsto. Acá también el cálculo está sobreestimado, porque el corte que teníamos era para colocaciones a plazo fijo de hasta un millón, porque en la primera propuesta se gravaba hasta ese monto, pero en la segunda se lo llevó a un millón y medio, lo que significa que el monto a ingresar es menor, a su vez, que el que nosotros pusimos aquí.

Después queda el tema de las ganancias de las operaciones con LEBAC. En este caso, también la reforma es aplicable a personas humanas. Nosotros tenemos, en base a los datos que nos pasó el Banco Central al 18 de enero, que del total de LEBAC que hay en el mercado, 22.939 millones de pesos corresponden a personas humanas, o sea que del total de LEBAC -que son 690.000 millones- solo el 3,33 por ciento sería imponible. Aclaro que los supuestos que tomamos son los del último corte de la tasa del 26,4 y también acá está sobreestimado, porque esto es aplicable para LEBAC de más de un millón y medio, pero los datos que teníamos no discriminan, o sea que puede ser que aquí, en este cálculo, estemos gravando alguien que haya comprado LEBAC por 400.000 o 500.000 pesos, e igual se le aplicó el impuesto. También utilizamos la hipótesis de máxima del 35 por ciento. Esto daría 9.200 millones, pero según nuestro recálculo son 2.120 millones.

En dividendos tenemos un número bastante parecido. Tomamos todas las retenciones efectuadas en 2015, que fueron 2.242 millones y le hicimos un incremento supuesto del 50 por ciento y ahí estamos comparando 4.000 millones de la propuesta del Frente Renovador contra 3.360 millones recalculados por nosotros.

Con referencia a las retenciones mineras, lo que hicimos fue tomar todas las cantidades registradas y la alícuota vigente en 2015 y las recalculamos a un valor de dólar del presupuesto de 2017. Esto arroja 1.800 recalculados versus 5.000, lo que implica que los nuevos impuestos que estaban estimados que podrían generar ingresos por 37.900 millones, de acuerdo con nuestros cálculos serían 16.530 millones, lo que daría un diferencial de 21.370 millones.

Si comparamos, incluyendo el costo fiscal bruto con su reforma más el SAC, la propuesta del Frente Renovador son 81.354 millones. También tenemos el recupero por consumo -se supone que parte de esto va a ir a consumo- y asumiendo una determinada informalidad de la economía, nos da que el costo fiscal neto baja de 81.354 millones a 65.083 después de descontarle ese recupero por IVA y Ganancias que puede generar.

El recalculo que hicimos nosotros, de acuerdo a nuestras bases y a procesar los datos de las declaraciones juradas, como siempre, era de 100.759 millones, en lugar de 81.000 millones -el recupero por consumo obviamente es mayor-, según el recalculo de la AFIP tendría un costo fiscal neto de 79.000 millones, mientras que según la propuesta del Frente Renovador sería de 65.000 millones.

Si a eso le aplicamos el recupero por nuevos impuestos, la propuesta del Frente Renovador asumía que este recupero iba a estar en el orden de los 37.900 millones, pero de acuerdo al recalculo nuestro -como lo demostramos en las planillas anteriores- serían 16.530 millones.

Dicho de otra manera, el costo final sería de 27.183, pero de acuerdo con nuestro recálculo serían 62.969 millones.

Para cerrar, si comparamos el proyecto del Frente Renovador recalculado contra el proyecto oficial, de esos 27.000 millones que estaban en el presupuesto -que ahora le hicimos unos ajustes porque se eliminaron las alícuotas superiores-, queda una diferencia de costo neto -según la propuesta del Frente- de 79.499 millones; neto de los ingresos de nuevos impuestos, 62.969 millones, mientras que el proyecto oficial -que no contempla la creación de ningún nuevo impuesto- tendría un costo de 32.880 millones.

Sintetizando: la variación entre los ingresos estimados por el proyecto del Frente Renovador por los nuevos impuestos y considerando el costo neto, frente al costo neto del proyecto oficial -que no prevé la creación de nuevos impuestos- tenemos un costo adicional de 30.089 millones, lo que implica un 92 por ciento.

Esos son los datos que tenemos nosotros, que son muy complejos. El cálculo de los nuevos impuestos es más fácil de determinar y están a disposición de todos ustedes.

Por supuesto que también quedamos a disposición de los equipos del Frente Renovador, para analizar cómo llegamos a estos números nosotros versus los que tienen ellos.

Básicamente esto es lo que tenía que comentar a fin de que contaran con insumos adicionales a la hora de tomar las decisiones finales respecto de cómo quedará redactado el proyecto.

Reitero que estamos a su disposición para hacer reuniones de trabajo porque para entrar en los detalles de todo esto hay que sentarse con la calculadora en la mano. Tenemos todo la disposición para quien quiera verlo.

SR. PRESIDENTE LASPINA Muchas gracias por sus palabras.

Tiene la palabra Claudia Balestrini, subsecretaria de Ingresos Públicos, quien hará algunas consideraciones técnicas sobre los impuestos que están en discusión en los proyectos presentados.

SRA. BALESTRINI Señor presidente: muchísimas gracias por estar todos reunidos hoy acá y tener la oportunidad de hablar. Trataré de ser breve y ceñirme un poco a los aspectos técnicos del proyecto en tratamiento, contenido en el expediente 8361-d-16, al cual ya se refirió el doctor Abad en cuanto al costo fiscal que tendría.

Solicito que consideren que todo lo que voy a decir a partir de este momento es en base a una postura de absoluto respeto. Pero no podemos dejar de señalar que algunos aspectos de técnica legislativa -es decir, que se escribe en los fundamentos- muchas veces no terminen siendo aplicables en la práctica. Esto requiere de tiempo, dedicación, responsabilidad, razonabilidad y criterio para ser aplicado con certeza.

Ya se mencionaron las modificaciones sobre deducciones personales y su incremento que se van a incluir en este proyecto. Creo que ya han podido revisar el proyecto. Pero no puedo dejar pasar por alto el impacto fiscal al que recién se acaba de referir el doctor Abad y cómo repercute en la recaudación provincial. El costo fiscal de 94.700 millones de pesos no incluye la exención sobre el aguinaldo, porque de incluirse este monto sería de más de 100.000 millones de pesos, tal como recién lo planteó el administrador federal.

También, como ya anticipó el ministro, la mitad de esta recaudación son ingresos provinciales. Quiero dejar esto en claro, ahora voy a decirlo rápidamente, cómo afecta a cada provincia esta recaudación. Desde ya informo a los señores legisladores que esta presentación que estoy haciendo quedará a disposición de la Presidencia de la comisión para que cada uno pueda tener acceso completo a ella.

En relación con la actualización de los valores deducibles se plantea una serie de actualizaciones, pero existe una cierta contradicción técnica, porque en las disposiciones generales del proyecto se indica que se estaría derogando la facultad del Poder Ejecutivo -de la que hizo uso nuestra gestión para incrementar el mínimo no imponible-, pero en otras partes del proyecto, por ejemplo en el artículo 23, se vuelve a mencionar la misma base de delegación del artículo 4° de la ley 26.731. Como no lo hace con claridad, por un lado se estaría derogando una facultad que hoy está vigente, y por otro lado se plantea otra facultad para el Poder Ejecutivo que no queda claro. Eso es peligros al momento de la implementación práctica.

Con respecto a la actualización para cierto tipo de renta, quiero que por favor tengamos presente, así como lo estamos teniendo en nuestro gobierno en el análisis de una reforma tributaria integral, que no se afecten los principios constitucionales, como el de la equidad tributaria.

En el proyecto se trata a una renta en forma distinta a otra, actualizando una y la otra no. Hoy nos vemos imposibilitados de hacer actualizaciones porque una ley lo prohíbe. Esta iniciativa plantea una diferenciación con los sujetos en relación de dependencia, con lo cual hay una clara discriminación con respecto a los sujetos empresa.

En cuanto a las medidas que discriminan al resto de los contribuyentes, no quiero dejar pasar por alto que se está utilizando una técnica legislativa muy similar a la del decreto 1.242/13, que muchos dolores de cabeza nos ha traído durante el último tiempo y que fue tildado de inequitativo y que por eso fue derogado a principios de este año.

Quiero detenerme un segundo en esta filmina que se refiere a la exención a los jubilados.

T.20

APV

PyH

Me parece muy loable que se plantee una medida de estas características. No debemos dejar pasar por alto que los jubilados, así como está planteada la renta de jubilaciones, están dentro de las ganancias de cuarta categoría, con lo cual se está dando una exención. Pero quiero señalar que hay que hacerlo con cuidado porque esta exención se establece para jubilados con jubilaciones brutas mensuales hasta 60.000 pesos, pero no dice que sea exclusivamente jubilado.

Después desde el punto reglamentario no se puede acotar, y qué puede suceder. Por dar un ejemplo práctico, un director de una sociedad anónima multinacional puede ser jubilado y puede tener una jubilación de 55.000 pesos. Ahora, ¿es justo, es equitativo que un jubilado de estas características que tiene otro tipo de ingreso también tenga una exención por esos 60.000 pesos? ¿Es justo que las provincias y el Estado nacional asuman un costo fiscal por eso?

Entonces, lo mismo se da para el caso de un jubilado que tenga un patrimonio por el cual tribute bienes personales. Yo recuerdo que en la oportunidad en la que estuvimos analizando el proyecto de devolución del impuesto al valor agregado, uno de los temas sobre el que tuvimos mucha tensión es justamente que el beneficio no recaiga en una persona que tiene otro tipo de ingresos y un patrimonio elevado.

Tal como está planteado en la técnica legislativa, hoy no está acotado y tampoco se podría hacer vía reglamentaria porque se estaría incurriendo en un exceso.

Siguiendo con medidas que discriminan contra el resto de los contribuyentes, quiero hacer mención al incremento que se plantea de las deducciones personales para zona patagónica, que comprende desde La Pampa, sur de la provincia de Buenos Aires hasta Tierra del Fuego. Es decir que la mitad del país va a tener un tratamiento discriminatorio favorable en relación con el resto del país. ¿Por qué no una provincia del norte del centro, del noreste o del noroeste?

Entonces, planteo por qué una persona que resida en una provincia del sur de nuestro país que sea autónoma por qué va a decir que tiene un 30 por ciento de incremento de deducciones personales un jubilado y el autónomo, que a lo mejor es un profesional que desarrolla su actividad...

Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE LASPINA Esperemos que la doctora culmine con su exposición y le damos la palabra a los diputados. Ya hay varios anotados.

SRA. BALESTRINI Lo que planteo es que tiene que haber un tratamiento equitativo. Para ello también conviene tener en cuenta ciertas excepciones, pero en el caso de un autónomo que vive en el sur va a ser discriminado en relación con un empleado en relación de dependencia.

Además, y esto es solamente de técnica legislativa, en el fundamento tratando de hacer referencia a la ley 23.272 se nombra la 23.722, que es una norma relativa a un convenio entre Argentina y Canadá para temas turísticos.

En relación con la exención al segundo SAC, hacen referencia a la ley 27.260, de sinceramiento fiscal. Es perfecta esa referencia. Se está hablando de contribuyentes cumplidores. Ahora bien, recordemos que en esa ley -que se sancionó hace seis meses- se planteó que un contribuyente que era considerado cumplidor y que no podía gozar de la exención de bienes personales, entonces podía tener la exención en el primer SAC. Pero acá no es excluyente; se está planteando que la exención en la segunda cuota del SAC la puede tener también un contribuyente que tiene la exención de bienes personales. Hay una diferencia clara. Pero hay otra diferencia -remito a lo que dije recién en un aspecto práctico-: muchas empresas grandes -también algunas medianas-, para retribuir a sus directores lo hacen a través de una distribución de utilidades, de un pago de honorarios -que está limitado por disposición legal en cuanto a la deducibilidad- o también lo pueden hacer a través de un sueldo.

Entonces, ¿es justo, equitativo y razonable que el Estado nacional y las provincias asuman un costo para eximir del aguinaldo a un director de estas compañías? No hay límites a esta exención y yo creo que eso debería reverse. Nosotros, por nuestro lado, sí teníamos pensado establecer un tope y tratarlo de manera de acotar el costo fiscal y ser equitativo para con quien realmente lo necesita.

En relación con las operaciones financieras, el administrador ya se ha manifestado con suma precisión. En algún momento se había considerado un ahorro fiscal o una recaudación fiscal más elevada, porque entiendo que habían tenido en cuenta también a las personas jurídicas. Cabe señalar que en este caso estamos hablando de personas físicas. Lo que sí es importante destacar es que es necesario que exista un control específico en este tipo de medidas, incluso para la demostración del origen del fondo. Digo esto porque este millón y medio no aplica cuando sea derivado de indemnizaciones o juicios previsionales. Entonces, lo que pedimos desde dicho punto de vista, es que si bien tenemos un administrador federal excelente, colaboremos en que la administración tributaria realmente no tenga tanto trabajo de control. Tratemos de acotar, de ser precisos al momento de redactar.

En cuanto a los fondos comunes de inversión, en esta filmina me voy a detener solamente un minuto simplemente para decir que no se está modificando el tratamiento del vehículo de inversión, cuando, en realidad, lo que más convendría es que el vehículo de inversión sea el que no esté afectado por el impuesto y sí el inversor. De la forma en la que está redactado el proyecto, si bien dicen específicamente que tanto para fondos comunes de inversión como para fideicomisos financieros la exención no va a aplicar para personas jurídicas, se olvidaron de hacer referencia al artículo 64 de la ley de Ganancias, que hoy está vigente -y va a seguir estando vigente el artículo 64 de Ganancias-, donde dice que la distribución de utilidades por parte de un vehículo como el fondo común de inversión o el fideicomiso financiero es no computable para el sujeto empresa.

En conclusión, como está redactado hoy, la persona física paga y el sujeto empresa no. Entonces, reitero que en los fundamentos es claro que se pretende otra cosa, pero por eso -y hay un poquito de solidaridad también- pido por favor que trabajemos en forma responsable y dedicada en el sentido de tomarnos el tiempo...

Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. KOSINER Que se limite a exponer.

SRA. BALESTRINI No quiero que lo malinterpreten. Por eso les dije desde un principio que lo digo con todo respeto.

Sujetos del exterior...

Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE LASPINA Pido silencio.

SRA. BALESTRINI Con respecto a los sujetos del exterior que realizan prestaciones en el país, vemos que es una medida muy buena. Es una medida que desde el punto de vista práctico hacía falta y bien instrumentada puede tener buenos resultados.

Ahora bien, la única observaciones que puedo hacer desde el punto de vista técnico -y pido por favor que lo tomen desde ese lado, ya que es una observación técnica-, es que cuando hablan de retención con carácter de pago único y definitivo, después no lo puede computar como crédito fiscal el responsable sustituto en este caso. Entonces, lo tratamos distinto o después vemos si lo que hace el responsable sustituto es pedir la devolución al sujeto prestador del servicio.

En cuanto a los derechos de exportación, se propone la derogación del decreto 349.

Nosotros decimos que, por una cuestión de técnica legislativa, si se dispone expresamente...

Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE LASPINA Les pido que guarden silencio y respeten a la oradora, señores diputados.

Ya pasamos a las preguntas.

SRA. CICILIANI Pido la palabra, señor presidente.

SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra la señora diputada Ciciliani.

SRA. CICILIANI Voy a plantear una cuestión de género.

A todos los varones se los escuchó con mucho respeto.

La señora Balestrini está planteando una cuestión técnica y las objeciones y los comentarios que escucho de los señores diputados, realmente son descalificantes.

Pido, por favor, que escuchemos con respeto y después hagamos los comentarios como corresponde. (Aplausos).

SR. PRESIDENTE LASPINA Continúa en el uso de la palabra la señora Balestrini.

SRA. BALESTRINI Señor presidente: en cuanto a los derechos de exportación, como decía, se plantea la derogación del decreto 349, que es el que establece los derechos y los deja en cero por ciento.

Si lo que hacemos es derogar ese decreto, directamente dejamos sin tratamiento a las mineras. Con lo cual no es que se restablece el derecho anterior.

Como está planteado hoy en el proyecto, la actividad minera queda sin derechos definitivamente.

En cuanto al impuesto al juego, creo que es un análisis que nos debíamos desde hace tiempo y es importante que se haya puesto en la mesa para ser discutido.

La observación técnica que tengo con relación a este tema puntual es que, como está redactado, es un impuesto a la ganancia presunta, pero establecido con un porcentaje sobre el valor de los activos.

Sin embargo, después hay un artículo que dice que ese impuesto extraordinario sobre la ganancia presunta, no puede ser computado como pago a cuenta del impuesto a las ganancias.

Lo que digo frente a esto es que, si estoy diciendo que es un impuesto a la ganancia presunta, que luego no se pueda computar como pago a cuenta de ganancias, puede tildarse de inconstitucional.

Hoy tenemos un impuesto vigente, que es el impuesto a la ganancia mínima presunta, que permite el cómputo contra el impuesto a las ganancias -por eso es ganancia presunta- y aún así, ha sido observado por la Corte Suprema y, en algún caso concreto como el que está señalado en la filmina, ha sido declarado inconstitucional.

En el caso de que se quiera prosperar con esta medida, tendría que reverse esa técnica. De lo contrario, podría ser tildado de inconstitucionalidad en cuanto sea sancionado.

Por último, en cuanto al monotributo no me voy a expedir demasiado. Simplemente digo que hay un artículo en disposiciones varias, sobre el final del proyecto, donde se hace referencia a eliminar las causales de exclusión de pleno derecho en monotributo. Y si bien parece muy loable la medida, porque hay muchos contribuyentes que pueden estar sufriendo esta situación, puede tornarse peligroso en el sentido de que por algo estaban las exclusiones. Si es un contribuyente que tendría que haber estado pagando el impuesto al valor agregado y ganancias y siguió pagando monotributo, se le estaría condonando esa situación.

Reitero, yo me limito a señalar cuestiones técnicas. No quiero con esto que nadie sienta ningún tipo de ofensa. Lo digo desde el respeto hacia todos los que están acá.

Cuando hablo de dedicación me incluyo a mí misma y a todos los que estamos analizando un proyecto de reforma tributaria. Todos en nuestros equipos nos sentimos responsables y tenemos que aplicar la razonabilidad, porque la razonabilidad de la ley es uno de los principios tributarios.

Les agradezco mucho y espero que nadie lo haya tomado a mal; simplemente son reflexiones técnicas. (Aplausos).

SR. PRESIDENTE LASPINA Hemos finalizado con las exposiciones, de manera que vamos a pasar a las preguntas de los señores legisladores.

Tiene la palabra el señor diputado Lavagna.

SR. LAVAGNA Señor presidente: vimos varias cosas sobre las que tenemos que discutir y creo que se puede profundizar mucho en ellas.

Primero voy a empezar por la técnica legislativa, que es lo más fácil ya que recién la señora Balestrini fue enumerando los distintos puntos.

Yo tuve algo que ver con el proyecto presentado por el Frente Renovador. Para mí los comentarios realizados no son ninguna ofensa, al contrario, me parece que es muy bueno que nos sentemos a discutir y mejorar las iniciativas que, en definitiva, es lo que hicimos con absolutamente todos los proyectos que entraron en este Congreso, sean del Poder Ejecutivo o de los distintos bloques de diputados. Por lo tanto, aplaudo la vocación de mejorar todo aquello que se pueda mejorar.

Nuestro objetivo final es muy claro: beneficiar a un millón de trabajadores y bajar el impacto que hoy tiene el impuesto a las ganancias sobre el salario. Dentro de esa premisa, si podemos mejorar el proyecto, bienvenido sea.

Quiero hacer algunas aclaraciones rápidas sobre lo que decía recién. La derogación de la facultad del Poder Ejecutivo, que básicamente es la actualización, ocurre porque incluimos un factor de exclusión automática. Por eso se eliminó. Si hay algún otro factor que hay que rever en la técnica, lo podemos corregir. Eliminamos esa atribución, porque agregamos la actualización en forma automática y ésta ya no dependerá de ningún gobierno de turno. Cualquier cosa que luego podamos corregir, bienvenido sea.

Con respecto a la discriminación, es cierto que no todos tienen la misma situación, pero es cierto que a lo largo del año hemos ido votando algunas iniciativas que ya pueden ser tildadas de discriminatorias, como por ejemplo la PPP, donde eliminamos la restricción de la indexación. Cuando vemos la obra pública, la redeterminación de precios es una indexación. Nuestro concepto es muy sencillo, si estamos dispuestos a hacerlo para esos conceptos, hagámoslo también para el salario que me parece que es el objeto que estamos considerando.

También hay algunas cuestiones mencionadas sobre la redacción del proyecto que son bienvenidas.

En relación con el monotributo nuestro objetivo es que vuelvan a ingresar aquellos que por la falta de actualización de las tablas se vieron forzados a pasarse. Si hay alguna situación que no se contempló, la veremos y será incluida. También debemos ser conscientes de que cuando votamos el blanqueo de capitales, determinamos que una persona que se acogiera a este régimen no quedaría excluida del monotributo. Esto debemos tenerlo en cuenta en términos de la equidad sobre cuándo un contribuyente puede volver.

Hay una serie de observaciones que se refieren a la técnica legislativa y que podemos luego ver. No sé si me olvidé de algo puntual.

Con respecto a la cita a una ley que hace el proyecto, posiblemente haya un error de tipeo. Claramente lo podemos cambiar porque no tiene nada que ver con Canadá.

Una pregunta política que creo que nos tenemos que hacer y debemos respondernos antes de seguir hablando porque -si no nos va a costar mucho buscar el financiamiento de algunas cuestiones- es si estamos dispuestos a avanzar sobre la renta financiera, sobre algunas cuestiones del juego y sobre rentas extraordinarias, como pudo haber sido el dólar futuro.

Creo que esa sería una primera pregunta, porque mucho de lo que nosotros queremos financiar es a través del gravamen a la renta financiera más allá de la discusión de números, de lo que ahora voy a hablar, a la renta deljuego y otros tributos que ya vimos. Esta sería la primera pregunta.

En segundo lugar, me gustaría ver los mismos cálculos que hizo la AFIP para el proyecto del Frente Renovador para el proyecto oficial. Para que se den una idea, estamos utilizando como base la encuesta anual de hogares urbanos. Así verán qué es lo que estamos utilizando y cómo sacamos la información para determinar los distintos impactos.

T.24

APV

PyH

Cuando utilizamos las bases nos daba bastante parecido con los costos del proyecto de ustedes, siempre y cuando tomáramos el año 2016 cerrado. ¿Esto qué significa? El 2016 y no haciendo la proyección de qué va a pasar en el año 2017.

Los costos que ustedes pusieron y los costos fiscales que nosotros poníamos estaban relacionados con 2017, suponiendo un incremento salarial -por paritarias, etcétera- entre el 20 y el 25 por ciento. Entonces, sería bueno ver el mismo análisis que ustedes hicieron para el proyecto oficial con esos mismos parámetros, porque si no estamos comparando los 32.000 millones del año 2016 que plantean ustedes con 80.000 o 100.000 para 2017 con aumento de paritarias. Son dos situaciones muy distintas que tendríamos que discutir para homogenizar.

Otro de los puntos que creo que sería bueno ver o que el Ejecutivo nos termine de contestar, se refiere a cuál es el costo -lo digo entre comillas, porque el ministro lo explicó muy bien- simplemente de mantener la situación del impuesto a las ganancias como está hoy, sin tener incrementos en cuánto se paga por aumentos de sueldos. Porque si es aumento de sueldo por el aumento de la inflación ahí no hay una ganancia nueva -como mostraba el ministro en algún gráfico-, sino que simplemente estamos aumentando la presión impositiva sobe el salario.

Entonces, para mí eso no es gasto; no es costo fiscal. Para mí es cuánto dejamos de aumentarles los impuestos a la gente. En consecuencia, sería bueno determinar ese impacto para no ponerlo como costo fiscal sino como no aumento de impuestos.

Les adelanto que los cálculos a mí me dan unos 30.000 millones de pesos, aproximadamente -27.000 millones para ser exacto-; con la base de ustedes que es más alta, posiblemente sea más, pero esa es otra de las preguntas que sería bueno que respondan.

¿Cuánta gente terminó pagando el impuesto a las ganancias en diciembre de 2015? Sería bueno comparar ese dato con cuántos terminarán pagando en diciembre de 2016, cuántos van a pagar en diciembre de 2017 -si es que no hacemos ningún cambio y suponiendo un aumento de sueldo del 20 por ciento-, cuántos pagarían con el proyecto oficial y cuántos con el proyecto del Frente Renovador.

¿Por qué les digo esto? Porque según las estimaciones que tenemos, el proyecto del Poder Ejecutivo incrementa la cantidad de contribuyentes, con un supuesto de entre un 20 y 25 por ciento de aumento salarial, en unos 500.000 trabajadores nuevos que hoy no están pagando impuesto a las ganancias y que van a empezar a hacerlo. Creo que son parámetros que estaría bueno tenerlos bien en consideración.

Pido perdón al resto de los diputados porque quizá me extiendo un poco en el tiempo pero creo que es bueno para tener en claro sobre qué estamos discutiendo. Además, aras de una transparencia absoluta, debo aclarar que al señor Abad -a quien le tengo un aprecio muy grande- le envié todos los documentos de trabajo que tenía para que los pueda analizar antes de esta reunión.

Sobre el tema del dólar futuro -que es el más fácil-, a nosotros el cálculo nos da 11.000 millones. No me acuerdo el número que ponían ustedes, pero el hecho es que están suponiendo que las personas jurídicas solo pagan los meses que les quedan. Sin embargo, nosotros estamos grabando todo el período fiscal. Por eso estamos agarrando los 77.000 millones de pesos que le costó al Estado en concepto de renta el dólar futuro, que es a su vez lo que se desprende del fallo de Bonadío, que claramente habla -si no me equivoco- de un perjuicio de 77.000 millones de pesos. Estamos tomando esa base para calcular el 15 por ciento sobre ese monto, que nos está dando los 11.000 millones de pesos.

Los derechos de exportación a las mineras nos dan 5.000 millones porque tomamos en cuenta las exportaciones. Podemos revisarlo a ver si tenemos alguna diferencia de base, pero estamos viendo exportaciones multiplicadas por el 5 por ciento con el precio que nos da, pero lo podemos revisar sin ningún problema.

Me pone contento que a nuestro proyecto le sobre plata, porque en sus cálculos han tenido en cuenta lo que se va a recaudar adicionalmente por aumento de consumo, con lo cual podríamos modificar un poco para arriba el mínimo no imponible.

En cuanto al impuesto a los juegos, nosotros tomamos como base 92.000 máquinas, que es la información que tenemos. Para ser exactos, la última información disponible de Loterías, Quinielas y Casinos Estatales de Argentina es de 2012 y habla de 70.000 máquinas, que es un dato que me parece que guarda relación con el que ustedes sostienen. Pero la información extraoficial que tenemos es que ya estamos cerca de las 92.000 máquinas y no que se hayan mantenido en las 70.000 máquinas. Además, para nosotros el costo de una máquina se ubica entre los 22.000 y 25.000 dólares. Entonces, para que no haya dudas por temas de Aduana y valores, proponemos hacer lo mismo que hace la AFIP con los autos, que haga una tabla para luego tomar ese valor como el de mercado. No sé si en Mercado Libre venderán máquinas pero uno se puede meter y rápidamente se pueden encontrar. De todos modos, reitero que nuestro cálculo por máquina es entre 22.000 y 25.000 dólares. De ahí viene el adicional que nos está dando.

En el tema de los servicios del extranjero, veo que les ha gustado, con lo cual es cuestión de corregir quizás alguna técnica legislativa. Lo mismo ocurre en algunas modificaciones que tienen que ver con deducciones de Ganancias, que no se han nombrado, que son quizás artilugios o grises legales que han quedado. Hoy no permitimos que una empresa haga un ajuste, que la AFIP haga un ajuste, que la empresa lo previsione y lo descuente de Ganancias, pero lo apela en la Justica y después está años y se licua. Lo que decimos es que eso directamente se pueda deducir, más allá de la previsión que claramente se puede hacer en el balance, pero que pueda ser deducible del Impuesto a las Ganancias en el momento en que se hace efectivo el pago, justamente para evitar esa licuación. De esto no tenemos muchos datos, porque no son datos públicos, pero según nuestras estimaciones puede significar unos 2.000 millones aproximadamente, pero reitero que son valores estimados; confío más en los valores que ustedes puedan tener.

Sobre el tema renta financiera, creo que es el más complicado. En el tema dividendos no estamos muy alejados en las estimaciones. Cabe aclarar que simplemente nosotros lo que estamos haciendo es sobre dividendos de empresas grandes; a las pymes las dejamos afuera, porque justamente queremos promover su desarrollo, que me parece que necesitan un impulso, e incluimos las empresas grandes, sean cotizantes o no, porque si no lo hacemos hay una diferencia.

Además, habiendo analizado la normativa internacional vimos que muchos países tienen una alícuota adicional que puede ir entre el 17 por ciento al 10 por ciento. Hay países que tienen el 30 por ciento de alícuotas adicionales sobre distribución de dividendos y eso puede ser utilizado.

Sobre el tema LEBAC y plazos fijos, para este último ítem en el presupuesto 2017 figuran 22.723 millones de exenciones por intereses y obligaciones negociables, etcétera. Esas obligaciones negociables tienen una participación muy baja, con lo cual uno puede estimar que por lo menos 20.000 son de intereses de plazo fijo. Nosotros estamos tomando una porción. Uno de los motivos por los cuales creo que tenemos una diferencia en el cálculo es que nosotros estamos haciendo que si una misma persona física tiene tres plazos fijos de 500.000 pesos, está gravado. De la discriminación que hace el Banco Central ese dato no se puede obtener, con lo cual cuando ustedes utilizan la información que brinda el Banco Central están subestimando muchas operaciones de 500.000 pesos que haga que esa persona empiece a tributar. Ahí tenemos una diferencia. Nosotros estamos poniendo que del total de plazo fijo, el 13 por ciento corresponde a personas que están en condiciones de tributar por este impuesto.

En cuanto a las Lebacs, no tenemos la información con la que cuenta la AFIP. En este sentido, y justamente para tener una misma base, les voy a dejar un listado de preguntas como por ejemplo cantidad de gente que está dentro del SIPA, salarios promedio y cómo es por categoría, para que podamos unificar. Yo pongo a disposición la base con la que hemos hecho los cálculos.

Dentro de esa serie de preguntas hay una referida a las Lebacs y a cómo están las distintas categorías, que es algo que ustedes seguramente tienen.

Es cierto que puede ser que solo el 3 por ciento esté dentro de personas físicas, pero también es cierto que gran parte de los fondos comunes de inversión -el 48 por ciento-, están compuestos por Lebacs. Con lo cual, lo que nosotros hacemos es no solo la persona física sino los fondos comunes de inversión, siempre y cuando la cuotaparte esté por arriba del límite del 1.500.000 que estamos estableciendo. No estamos gravando a un pequeño ahorrista que puso sus pesos en un fondo común de inversión, sino justamente a los grandes tenedores.

La estimación para el año que viene de lo que se va a pagar en concepto de intereses por Lebacs es de 230.000 o 250.000 millones de pesos. De eso solo estamos tomando un estimado del 10 por ciento -y creo que me estoy quedando corto- donde uno podría a salir a buscar una renta y hacer que empiecen a ser intereses que sean computables dentro de la base imponible.

Por ahí creo que vienen las diferencias. Desde ya, como hemos hecho en todos los proyectos, estamos a disposición para trabajarlos.

Como decía al principio, tenemos que ir a la definición política. ¿Estamos o no dispuestos a avanzar sobre lo que es la renta financiera y el juego? ¿Estamos dispuestos a ir cambiando la técnica legislativa sobre la minería, que es un derecho que no se debió haber eliminado? Teniendo esas definiciones, podemos discutir el resto.

Hago una aclaración adicional que tiene que ver con algunos de los gráficos que ha mostrado el ministro. Cuando él comparaba los distintos años, no estaba poniendo el efecto inflacionario. Cuando comparaba cómo iba bajando la escala, la curva, no estaba tomando en consideración la parte inflacionaria. Con lo cual, cuando a ese mismo ejercicio se le agrega la inflación, claramente la tabla no queda de esa manera. Lo que se va viendo entonces es que, año a año, va a terminar pagando más gente el impuesto a las ganancias. Eso es lo que nosotros queremos cortar.

SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el señor diputado Pitrola.

SR. PITROLA Señor presidente: creo que vamos a alterar un poquito el debate, porque nos ha resultado notable que el titular de la AFIP venga a hablar solo de dos proyectos: el oficial y el de uno de los bloques políticos.

Acá hay treinta proyectos y hay treinta y siete bloques. Es notable el juego de "tomala vos", "dámela a mí"; vamos comparando qué opina el Frente Renovador, qué opinamos nosotros; vamos comparando el cálculo que hicimos, ahí se hacen algunas correcciones de técnica legislativa, etcétera.

Ya conozco cómo sigue la película. El jueves que viene se hace el plenario, traen cocinado el proyecto y mientras hablan los diputados se está firmando el dictamen.

Nosotros no vamos a aceptar esto ni venimos a hacer ninguna pregunta; simplemente venimos a fijar nuestra posición sobre un tema sensible y vital para el movimiento argentino, para el Frente de Izquierda y para el Partido Obrero que se referencia en la clase trabajadora.

Venimos a defender un proyecto que fue elaborado cuidadosamente desde el 2013. Lo presentamos en la previa, como parte de la campaña electoral, con Jorge Altamira cuando vinimos a disputar en el 2013 y entramos por primera vez en algunos lugares parlamentarios con los sucesos conocidos de la izquierda.

Para nosotros es programático y estratégico. Es un punto de partida de un cambio tributario en el país y de un sistema absolutamente regresivo por todo lo que se conoce.

De manera que lo que vamos a defender no es meramente un punto de vista, sino que vamos a defender hasta el final de este debate el punto y el programa por el cual hemos sido votados.

En nuestro concepto estamos discutiendo bajo presión, yo diría más crudamente, sin que nadie se ofenda como decía la funcionaria, bajo extorsión. Porque primero hemos discutido el presupuesto, que ya fue votado. Se votaron todas las leyes de ajuste durante el año y ahora, el 29 de noviembre, un día antes de la última sesión, sin tiempo y sin abarcar el año 2016 se produce la gran defraudación de promesas presidenciales.

Digo eso porque todos los candidatos a presidente -incluido el nuestro, aunque nosotros luchamos todo el tiempo para que esto se discuta con el objetivo de desafectar al salario del impuesto a las ganancias ya en el curso del año 2016- prometieron el tratamiento del impuesto a las ganancias. Sin embargo, el año 2016 ya está en el bolsillo y ahora, mediante el reordenamiento por decreto que se hizo del mínimo no imponible, paga más gente que antes. Fue una gran defraudación de tipo electoral a la ciudadanía y a los trabajadores.

Por otra parte venimos a discutir al filo de las sesiones ordinarias y se va a tratar el proyecto en sesiones extraordinarias, como parte de un acuerdo entre dos fuerzas políticas. Aquí no ha sido convocado el movimiento obrero a discutir. Me resulta insólito e increíble que no se haya convocado en una preparatoria y en una previa a las organizaciones formales del movimiento obrero. Las diferencias que tengo con el triunvirato de la CGT son enormes, pero debería estar presente señalando qué piensa de este proyecto. Hay sindicatos que han parado varias veces la actividad financiera del país por el problema del impuesto a las ganancias. Sin embargo, el movimiento obrero es un convidado de piedra en este debate. El Frente de Izquierda no va a dejar que esto suceda, hasta el final, hasta que se vote la iniciativa, va a poner de relieve lo que se está discutiendo y cómo se afecta a los trabajadores con este tema tan sensible. El método que se está utilizando es inusitado.

El presupuesto ha sido votado con apoyo de varios bloques como del Frente Renovador y del bloque Justicialista. Esta iniciativa establece que el impuesto a las ganancias va a aumentar en 2017 el 27,9 por ciento. Por eso digo que debatimos bajo presión, porque ahora viene el problema del financiamiento y se estudia cuánto rendirá cada impuesto. Hay que equilibrar las cuentas de una política económica ya resuelta y de un presupuesto ya votado. Cómo mínimo, aunque dejaran el 2016 en la bolsa, había que traer en simultáneo el debate del presupuesto y el impuesto a las ganancias para la cuarta categoría. Ese era el compromiso que incluso se tomó en los meses previos.

Pero como primero se discutió el presupuesto y ahora consideramos el impuesto a las ganancias, tratamos de estudiar un proyecto que sea neutro. Todo lo que se está proponiendo tiene un efecto prácticamente neutro. No estamos dispuestos a aceptar esto sin un debate a fondo. Es un debate que hemos llevado al movimiento obrero.

Una vez que viene al Parlamento el proyecto, no podemos cambiar el mínimo no imponible. Para eso siempre hubo un ministro que decidió cambiar el mínimo no imponible. Una vez que traemos el tema al Parlamento, discutamos el problema de la cuarta categoría, que nació con Perón con un objetivo que no es el que tiene ahora. Esto lo venimos diciendo bajo el gobierno kirchnerista en forma sistemática. El movimiento obrero ha hecho paros generales. Es un tema muy debatido. Este impuesto fue instaurado durante el gobierno peronista porque había directivos de empresas que disimulaban las ganancias empresarias con altos sueldos de los directores. Entonces, como las empresas declaran el impuesto a las ganancias por balance y declaración jurada, incluían altos sueldos directivos y disimulaban las ganancias. La empresa así no tenía ganancias. La cuarta categoría grava esa maniobra. Por lo tanto, vamos a sostener la continuidad del impuesto a las ganancias y de una cuarta categoría para ejecutivos, para cargos gerenciales, para jueces, para funcionarios y para legisladores, pero no para trabajadores de convenio.

T.28

APV

PyH

Este es el punto, se ha distorsionado el carácter y el espíritu de la cuarta categoría del impuesto a las ganancias. Y una vez que lo traemos al Parlamento no nos ponemos a mover el mínimo no imponible, alguna deducción, el problema de la tablita de Machinea que hace 17 años que no se toca. Y siga el baile de acá para adelante, legitimada ahora la confiscación por vía del Parlamento porque la distorsión se produjo de manera fáctica, en los hechos, pero ahora va a tener sanción parlamentaria una ley que consagra la distorsión de confiscar el salario de los trabajadores con impuesto a las ganancias.

Partimos de lo que dice todo el mundo, pero después no cumplen, no actúan en consecuencia: el salario no es ganancia.

Por lo tanto, nuestro proyecto -que vengo a defender- plantea la eliminación, la anulación, la abolición del impuesto a las ganancias en el salario de convenio, en la jubilación, en el monotributo y en las profesiones liberales, que lo hemos articulado especialmente porque el profesional liberal, más allá de que esta fase de la sociedad capitalista ha dejado reducido el ejercicio de la profesión liberal de antaño, el profesional liberal está alcanzado brutalmente por el impuesto a las ganancias.

Entonces, nosotros exceptuamos a todos ellos y al profesional liberal le damos el mínimo no imponible que le damos a los ejecutivos, a los jueces, a los funcionarios y a los legisladores, que nosotros hemos fijado en tres canastas familiares, que según los cálculos de la Universidad de Rosario que toma la Federación Sindical Aceitera, hoy sería de 69.000 pesos. Se puede discutir. Eso actualizable como mínimo no imponible por el índice de costo de vida, el RIPTE y una fórmula a discutir, no hay problema, pero tiene que ser actualizable, tiene que estar legislado. Si vamos a discutir, no movamos simplemente el mínimo no imponible.

Desde este lugar, también actualizamos la tablita. Hemos hecho una cosa simple y tonta que es tomar la tablita de 1999 y aplicarle el costo de vida. Naturalmente, hay una etapa que no tomamos el INDEC porque no nos podemos autoengañar de esa manera, hemos tomado los índices de provincias que mantuvieron el índice de costo de vida y nos da 18 veces. Entonces, la multiplicamos 18 veces, porque acá hay una manipulación: se está explotando la enorme inflación que ha tenido la Argentina en estos 17 años de la tablita y se está toqueteándola de una manera que siguen pagando centenares de miles de asalariados el impuesto a las ganancias.

Repito: el impuesto a las ganancias lo puede pagar un juez, lo puede pagar un ejecutivo pero no lo tiene por qué pagar un trabajador mecánico, un chofer camionero, un docente de doble cargo que se mata laburando de manera insalubre.

Venimos con un debate de fondo y el proyecto nuestro tiene apoyo formal de algunos sindicatos, como por ejemplo, el del neumático. Me enteré que el cuerpo de delegados de Aluar, que ahora está en conflicto por despedidos, ha apoyado expresamente el proyecto del Partido Obrero que hoy apoyan los cuatro diputados del Frente de Izquierda y, por ejemplo, la Asociación Bancaria -que está en otro andarivel ideológico y político- también apoya nuestro concepto; conocen el proyecto, lo hemos hablado y apoyan el concepto de que el salario de convenio no tribute más ganancia, porque si no estamos siempre en la misma.

Esta discusión entre Cambiemos y el Frente Renovador va a terminar en un punto intermedio que si toman el nivel de la inflación prevista por los especialistas para el año que viene, que lo publicó el Cronista Comercial la semana pasada, de 30,4 por ciento en el promedio de lo que pronostican los especialistas, van a ver que con 25.000 o 26.000 pesos de bolsillo para un soltero el año que viene va a estar pagando ganancias un montón de gente, si no es que la cosa se descalabra más, de lo que ya tiene pinta. Digo esto porque el plan económico viene fracasando en todos los rubros y se va a seguir descalabrando de manera preocupante. Ya el índice inflacionario de octubre ha sido enorme, la inflación por emisión monetaria por el déficit cuasifiscal del Banco Central es enorme y se están ocultando los factores de crisis. Acá estamos discutiendo como en el Titanic. El problema es que siempre pagan el plato roto los laburantes.

Desde el punto de vista del financiamiento, nos van a decir que somos irresponsables.

¡No es así! ¡Abramos el debate! Primero legislemos para los trabajadores y abramos el debate para financiarlo. Hay muchísima tela para cortar. Se toma el tema de la renta minera, es políticamente brutal que le hayan rebajado las retenciones a las mineras, pero está el problema de la renta petrolera y la renta minera en conjunto. Aquí se entrega. Hay países que gravan el 50 por ciento de la renta minera y de las rentas petrolera e hidrocarburífera. Son países que, incluso, admiten la explotación privada de las reservas de hidrocarburos.

Tenemos el problema del gasto tributario. En el presupuesto son 314.000 millones, de los cuales el 80 o 90 por ciento son exenciones a grupos empresariales. En el tema del dólar futuro el Frente Renovador ha puesto el ojito, nosotros ponemos el ojo entero. Tienen que devolver toda la plata del dólar futuro, porque han robado a los argentinos por un contrato del gobierno anterior y porque este gobierno pagó el robo del gobierno anterior.

Están convocando a la Justicia a una expresidenta por una estafa a los argentinos y, paralelamente, asumimos como un costo de los contribuyentes la estafa que se ventila en la Justicia. Nos parece que tienen que devolver el ciento por ciento.

Nos parece que no tiene que desaparecer el impuesto a los bienes personales. A partir de un millón de dólares hay que gravar progresivamente las fortunas, además de las rentas. Discutamos un sistema impositivo progresivo. Acá se paga el IVA, se paga todo lo que se critica permanentemente y se sigue convalidando, pero creo que con este debate seguimos convalidando otro impuesto absolutamente regresivo, que le mete la mano en el bolsillo a los trabajadores.

Yo creo que si hubiera asambleas de trabajadores no pasaría ninguno de los dos proyectos que se han tomado como proyectos oficiales.

El problema del juego debería ser nacionalizado para terminar con el desastre de semejante proliferación del juego privado, con el lavado de dinero y, de paso, para tener los recursos que necesitamos para devolverle Ganancias a los trabajadores. No les quepa ninguna duda.

Por último, quiero decir de la información que tenemos es que en Perú se grava a partir de los 6.100 dólares, en Chile de los 11.500 dólares, en Uruguay de los 14.000 dólares y en la Argentina de unos 2.500 dólares, depende del cambio y qué tomemos. Comparan con Chile, comparan con Perú, comparan con Uruguay cuando conviene a las corporaciones, cuando conviene a los grupos económicos, pero cuando le conviene a los laburantes no nos comparamos con el resto de la región.

Nosotros no venimos a hacer ninguna pregunta. Creemos que están satisfechas las preguntas. Nos parece que quieren seguir confiscando el salario a través del Impuesto a las Ganancias, bien bautizado por el movimiento obrero argentino como impuesto al salario. Venimos a defender el proyecto que hemos presentado.

SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el señor diputado Kosiner.

SR. KOSINER Señor presidente: en primer lugar, nosotros vamos a tratar de salir de la dinámica de un tratamiento bilateral entre dos proyectos: el del Ejecutivo y el de otro bloque, que lo respetamos.

Desde ya anticipamos que nuestro bloque no se ve atado a aprobar ni el proyecto del Ejecutivo tal cual está ni el proyecto de otro bloque, así que vamos a profundizar el debate en función de la propuesta que nuestro bloque también ha hecho a partir de dos proyectos, uno que tiene que ver con la modificación del Impuesto a las Ganancias y también un fondo compensador para establecer un sistema de financiamiento de estas decisiones.

Las preguntas son muy puntuales. Estaba leyendo -y que tiene que ver con los problemas también puntuales, más allá del análisis general tributario que le preocupa a la gente- el fundamento del proyecto del Poder Ejecutivo. El presidente hizo permanentemente hincapié en mejorar el poder adquisitivo y en preservar el salario y la primera pregunta sería que si el gobierno tiene planteado o estimado el aumento salarial para el año que viene del 21 por ciento ¿por qué solamente aumenta el mínimo no imponible en un 15 por ciento? Es una pregunta muy obvia, porque tiene que ver con lo que plantea en los fundamentos el Poder Ejecutivo.

En este análisis, la pregunta es por qué. Y la otra cuestión es cuántos argentinos más van a pagar impuesto a las ganancias el año que viene, teniendo en cuenta que el aumento del mínimo no imponible es del 15 por ciento y el aumento del salario que estima el gobierno es del 21 por ciento, que seguramente será un poco más, porque nadie puede decir hoy de cuánto va a ser el aumento porque es un libre juego de los convenios de trabajo.

La segunda pregunta tiene que ver con la baja de la edad de los menores. ¿Por qué no se puede deducir ganancias sobre los mayores de 18 años cuando el Código Civil establece la obligación alimentaria hasta los 21 y hasta los 25 si está estudiando?

¿Por qué se fija arbitrariamente en 18 años, cuando justamente es de más fundamentos para que sea deducible un hijo si el titular está sosteniendo una obligación alimentaria? Está obligado por la ley, no es voluntario. En el nuevo Código la obligación es hasta los 21 años y en el caso de estar estudiando, hasta los 25 años. Entonces ¿por qué se tomó la edad de 18 años y no se respetaron los criterios del Código Civil?

La tercera pregunta es sobre cuatro aspectos fundamentales.

Nuestro bloque sostiene la necesidad de que, así como a aquél que ha tomado un crédito hipotecario, se le permite deducir de ganancias el valor de los intereses, también tenga el mismo derecho aquél que no ha podido acceder a una vivienda y está obligado a alquilar.

¿Qué posición tienen ustedes en cuanto a la posibilidad de que se le permita deducir de ganancias a aquél que está alquilando una vivienda única, tomando criterios similares a los que se aplican para quienes accedieron a un crédito hipotecario?

En cuanto a la Justicia también quiero saber su posición. Cuando no tratamos el tema del impuesto a las ganancias todo el mundo dice que los jueces tienen que pagar. Pero llega el momento de discutir el impuesto a las ganancias y nadie habla de esto. Nosotros creemos que los jueces deben pagar ganancias.

Tenemos un proyecto presentado en ese sentido y creemos que la acordada de la Corte es inaplicable, porque la Corte, con la acordada 20, ha tomado facultades legislativas.

Las leyes que aplica este Congreso son para todos iguales. Una acordada de la Corte nunca puede vulnerar una ley de este Congreso. Los jueces deben pagar ganancias, como pagan todos los ciudadanos argentinos.

Nosotros estamos dispuestos a incorporar en este proyecto la inaplicabilidad de la acordada de la Corte. Queremos saber la opinión del gobierno y si nos acompañaría en un proyecto que incorpore esta declaración hasta de nulidad. Porque este Congreso tiene antecedentes de declarar la nulidad de leyes, entonces no veo por qué no podría hacerlo en el caso de una acordada.

En definitiva ¿cuál es puntualmente la posición del gobierno respecto a que los jueces paguen ganancias?

Por otro lado queremos saber el valor estimado de ello. ¿Cuánto sería lo que recuperarían? Porque hablamos del costo fiscal de que se deduzca al cónyuge, el costo fiscal por los hijos, pero no se habla del costo fiscal de los jueces. ¿Cuánto sería lo que recuperaría el Estado si los jueces pagaran ganancias?

Por último, quería saber su posición respecto al juego y a la renta financiera.

Después podemos avanzar en el tema de la redacción, ponernos de acuerdo en algunos estilos de redacción, pero puntualmente: ¿cuál es la posición del gobierno para avanzar sobre el gravamen de ganancias respecto al juego y a la renta financiera? Estos sectores en los últimos años han ganado mucho dinero en la República Argentina, indudablemente más que la capacidad que han tenido de recuperación los salarios.

Estas serían puntualmente las preguntas y lamento que no esté el ministro Prat-Gay, quien nos tiene acostumbrados a algunas definiciones. A mí me ha quedado muy marcada la que él planteó sobre por qué premiar al cónyuge inactivo. Es como si hoy, con la caída del empleo que hay, que podamos permitir deducir a un cónyuge que no trabaja sea un premio. Yo creo que este análisis no podría hacerse -claro que estamos hablando generalmente de las amas de casa- como si hoy existiera la libertad de decidir si se queda o no se queda en su casa; hay gente que lo puede decidir, pero hay quienes directamente se quedan porque no consiguen trabajo o porque lo han perdido, como varios de los miles de puestos de trabajo que se han perdido desde el 1º de enero hasta ahora.

Entonces lamento que no esté el ministro aquí, porque creo que no ha sido muy feliz su definición sobre premiar al cónyuge inactivo. Creo que poder deducir al cónyuge que no tiene trabajo es casi una obligación; una herramienta que el Estado debe dar a aquel matrimonio donde uno de sus miembros está haciendo el esfuerzo de sostener el hogar. No es ningún premio poder deducir al cónyuge inactivo.

SR. PRESIDENTE LASPINA Le daré la palabra a los funcionarios y después seguimos con las preguntas de los señores diputados.

SR. ABAD Voy a hacer algunos comentarios sobre el tema que expuse sobre el costo...

- Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE LASPINA ¿Ustedes se tienen que retirar? Entonces, pidiendo disculpas al doctor Abad, los señores diputados harán las preguntas y después los funcionarios las responderán.

Tiene la palabra el diputado Kicillof.

SR. KICILLOF Señor presidente: la verdad es que estamos con algunas reuniones superpuestas y quiero ser breve con respecto a la posición del bloque del Frente para la Victoria.

En primer lugar, repasábamos recién las publicidades electorales de otros partidos y de otros candidatos, en particular la de quien ganó las elecciones presidenciales, el presidente Macri, que en una publicidad de septiembre prometió que ningún trabajador iba a pagar el impuesto a las ganancias. Es decir que estamos en una discusión complicada porque el partido de gobierno hoy está planteando un escenario fiscal donde, teóricamente, está en contra de su propio proyecto pero lo hace por una cuestión de prudencia fiscal y de no hacer nuevos recortes y, sobre todo, en defensa de las provincias argentinas que tendrían una merma en sus ingresos.

Con respecto a esa situación, que es la primera, la verdad que llama mucho la atención. El gobierno está incumpliendo abierta y flagrantemente -y pocos días después de haber votado una ley de debate presidencial- lo que prometió en campaña a todos los trabajadores. Yo creo que eso es parte de la presión que hay sobre este Parlamento y la pérdida de credibilidad enorme que provoca el hecho de que el partido de gobierno presenta una posición y un proyecto -ahora a convertir en ley- que es contrario a lo que prometió durante toda la campaña. O sea que a mí me parece que hay una primera trampa.

Nosotros siendo gobierno hemos defendido este impuesto. Hemos defendido que era un impuesto progresivo pero, efectivamente, teníamos una situación económica completamente distinta, que generaba unas condiciones bajo las cuales uno podía pedir un esfuerzo a diferentes sectores. En el caso de los trabajadores, nuestra idea era que pagaran un impuesto los altos ingresos -así que nosotros estamos articulando un proyecto en el cual le queremos cambiar la denominación-, es decir, aquellos trabajadores que estén aproximadamente en el 10 por ciento que más gana dentro de la escala.

¿Cómo vemos esta cuestión? La verdad es que el programa económico que ha puesto en marcha el gobierno actual ha tenido diferentes elementos. Un primer elemento ha sido un ataque furibundo contra el poder adquisitivo de los salarios, de todas las escalas de trabajadores, particularmente de las más bajas, pero también de las más altas.

Es decir, hoy, más allá de la cuestión del impuesto a las ganancias, todos los trabajadores han tenido una pérdida en su poder de compra por culpa de la política del gobierno, la devaluación, el tarifazo y la inflación. Es una lástima que se haya ido el ministro, porque habían dicho muchísimas veces que la inflación era un problema fácil de resolver y que una devaluación no se iba a ir a precio. Hoy tenemos un 45 por ciento de inflación y no hay ninguna paritaria que se haya aproximado a esa cifra. Es decir, cobrar el impuesto a las ganancias o hacer reducciones en la escala menores que la inflación, tiene como agravante que además se deterioró muy fuertemente el salario, sin mencionar la cantidad de desempleados que produjo este programa económico.

Con respecto a la discusión del año pasado o del anterior, teníamos una economía que generaba un crecimiento del bienestar, del poder adquisitivo de los salarios, con altibajos pequeños en algunos años pero que siempre se protegía al salario. Ahora se dejó de protegerlo.

Este gobierno durante la campaña, para que lo votaran, prometió que iba a sacar el impuesto a las ganancias, y ahora tenemos esta incómoda situación.

El año pasado, al finalizar el mandato de Cristina Fernández de Kirchner, 1.100.000 personas pagaban impuesto a las ganancias; hoy estamos en esta discusión y quisiera saber concretamente cuántos van a pagar este año. A mí la cuenta me da aproximadamente 2.000.000, otros dicen 1.800.000. Es decir, con la promesa de que nadie iba a pagar el impuesto a las ganancias, duplicaron la cantidad.

Si esto sigue así, incluso con algún esquema de paritaria del 25 por ciento y con esta mejora del mínimo no imponible del 15 por ciento que propone el gobierno, el año próximo tendremos una cantidad adicional.

Todo esto quita credibilidad y sustento a esta discusión desde el punto de vista de un Poder Ejecutivo que ha tomado estas medidas pero que además ahora nos pide a todos prudencia fiscal, la que ni por asomo tuvieron en los primeros días de gobierno sacando las retenciones a las grandes exportadoras de soja, para quienes acababan de hacer la devaluación.

Mi cálculo es que los grandes productores sojeros habían ganado 150 mil millones de pesos por la devaluación, haciendo simplemente las exportaciones por el nuevo tipo de cambio. Es decir, esa cifra se la transfirieron de una camionada a los sectores más concentrados de la Argentina; ni siquiera fue para los productores -mucho menos para los pequeños- sino para las exportadoras.

Ahora estamos viendo los números finos, si 20.000, 17.000, de dónde sacamos y qué olla rascamos. No puede ser así, esto no tiene gollete.

Se debe gobernar para la mayoría y para los trabajadores, que son quienes también han votado al gobierno, que les dijo que iba a sacar el impuesto y sin embargo ahora el doble lo paga.

Ahora pueden cambiar un poquito la escala porque no les alcanzan los recursos y allí comienza la extorsión a los gobernadores para que apoyen este proyecto y los convierten en socios del ajuste y del deterioro de la situación de los asalariados.

Entonces, ya se hizo esta transferencia; sobre eso, se sacaron las retenciones; después les sacaron el impuesto a los bienes personales -también digo esto para el bloque del Frente Renovador- y apoyaron que se sacara el impuesto a la renta financiera, por lo menos en una parte de los dividendos. Sin embargo, para conseguir recursos, ahora restituiríamos un impuesto que les sacamos hace un tiempo con apoyo de muchos bloques legislativos.

Entonces, la discusión en estos términos es imposible: ser amarretes con los trabajadores y generosos con los sectores más concentrados del empresariado, con los bancos extranjeros y con el sector financiero; con todos ellos generosidad a full, que ya está hecho, y ahora debemos empezar a ser prudentes. La prudencia empieza cuando es el turno de los sectores populares.

Entonces, nosotros no vamos a sostener ese planteo. De hecho, el impuesto a la renta financiera lo puso nuestro gobierno en 2013 -después podemos ampliarlo para depositantes- y lo sacó la mayoría de esta Cámara. Pongámonos de acuerdo: vamos a sustituir con un impuesto que acabamos de sacar y el de bienes personales; estos dos impuestos hay que ponerlos de nuevo. Además, podemos discutir la ampliación del impuesto a los sectores de las finanzas.

Nosotros estamos terminando un proyecto, que primero lo vamos a hablar con toda la oposición porque creemos que el problema es el plan económico.

Cuando ustedes dicen que si pedimos mayores beneficios para los sectores populares y para los trabajadores estamos generando un perjuicio al gobierno, se equivocan. El problema que hoy tienen con la recaudación -aquí está el responsable de la AFIP-, que crezca al 25 o 27 por ciento y que los precios lo hagan al 45 por ciento, es producto del programa económico. Han limado de tal forma al mercado interno que no hay actividad, producción ni ganancia. Y digo esto último debido a que la sociedad también tiene problemas con el impuesto a las ganancias porque realmente no hay ganancias. Lo único que teníamos en un vendaval internacional era nuestro mercado interno, requisito e imperativo moral para favorecer a los sectores populares y a los trabajadores argentinos. Eso lo liquidaron y ahora resulta que no recaudan y piden más ajuste. Todo ello implica que cuando se haga el ajuste habrá menos recaudación y más déficit fiscal.

Este es el mal eterno de los programas neoliberales como el de este gobierno que busca terminar con el déficit fiscal y sin embargo lo aumentan perdonando el impuesto a los ricos y deteriorando las condiciones de vida de la mayoría del pueblo argentino. Ese modo de actuar lleva a que no haya actividad, pymes ni comercio, lo que se empieza a notar.

Entiendo que cuanto más mejore la situación de los trabajadores en relación con el impuesto a las ganancias, hacemos un favor al gobierno, que no sabe cómo actuar.

El presidente le preguntaba a un periodista: "¿Cómo hacemos para mejorar el consumo?" No cobre el impuesto a las ganancias a quien ya le bajaron el salario.

Como tenemos un compromiso con la oposición, antes de presentar un proyecto propio hablaremos para ver si podemos llegar a un consenso. Espero que algunos bloques de la oposición no vuelvan a votar una propuesta intermedia especulando con el oficialismo porque de ese modo no hacen un favor ni a la gente ni al propio gobierno. Ocurre que el gobierno no da con la tecla porque no entra en su teoría económica, sus convicciones y su marco de alianza favorecer a las grandes mayorías. Pero esa es la receta económica que devolverá el crecimiento a la par de la inclusión social y el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores de la Argentina.

Hagámoslo con el impuesto a las ganancias. No sean avaros, no sean amarretes ni agarrados; todo lo generoso que fueron con los que más tienen, reprodúzcanlo con los trabajadores. De ese modo tendrán una mejora veinte veces superior que la que plantean, y además va a mejorar la performance de la Argentina el año que viene.

El país va a crecer si empezamos a distribuir. Por ello, volvamos a distribuir tal como lo hacíamos antes y volveremos a crecer. (Aplausos.)

SR. PITROLA Pido la palabra.

SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el señor diputado Pitrola, a quien pido que sea breve.

SR. PITROLA Señor presidente: está presente el secretario de Prensa y Comunicación de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, quien a la vez es el secretario Gremial del Sindicato del Seguro, Jorge Sola. Él viene a pedir hacer uso de la palabra en nombre de la confederación formal que hoy tiene clase obrera argentina. Solicito que se le permita hablar porque no perdemos nada si escuchamos durante diez minutos lo que opina el movimiento obrero sobre el tema que se está discutiendo.

SR. PRESIDENTE LASPINA Continuaremos con las presentaciones de los funcionarios y después resolvemos si lo podemos escuchar.

Hace unos minutos recibí un llamado de la cúpula de la CGT, a la que habíamos invitado a esta reunión y no había confirmado su presencia. A la vez pido disculpas a otros bloques que también pidieron traer oradores a esta reunión y les dijimos que no para aprovechar al máximo el tiempo. Sin embargo, reconociendo la representatividad de la Confederación General del Trabajo, les daremos algunos minutos para exponer, más allá, insisto, que no respondieron a tiempo, ya que hace varios días extendí la invitación al diputado Héctor Daer. Esto lo digo públicamente porque acabo de hablar por teléfono con él. Reitero que ante la falta de confirmación, entendí que no vendrían. En la breve comunicación telefónica que mantuve con él -quizás fue un error mío- no interpreté que la CGT iba a presentarse. De cualquier manera, reitero que les vamos a dar un tiempo para que puedan hacer su presentación, lamentando que no lo hayan confirmado con más tiempo para poder hacerlo de manera más organizada.

Por otro lado, es una pena que se haya retirado el Frente para la Victoria porque quiero recordar que el gobierno que extendió el peso del impuesto a las ganancias en porcentaje del PBI durante los últimos diez años fue el de Cristina Fernández de Kirchner, particularmente durante su segunda gestión. O sea que es bastante raro, sorpresivo y contradictorio escuchar de boca de ellos argumentos exactamente contrarios a los que esgrimían hace un tiempo, que además se aplica al caso de la renta financiera. El gasto tributario de 20 mil millones de pesos que hoy tiene el presupuesto es parecido al que tenían los presupuestos en la época del Frente para la Victoria y tampoco ahí gravaron la renta financiera.

Dicho esto, invito a proseguir con la discusión técnica que hasta el momento ha sido muy rica, tanto por parte del Frente Renovador como de los funcionarios del Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas y de la AFIP.

Tiene la palabra el señor Alberto Abad.

SR. ABAD En relación con los comentarios que había hecho Marco Lavagna sobre el dólar futuro, nosotros no tomamos como base el planteo del juez. Lo que hicimos fue reconstruir la base a través de todas las retenciones que efectivamente habíamos realizado.

Con respecto al juego en sus distintos aspectos, repito que durante este año y con motivo de una fiscalización profunda que vamos a hacer durante todo el año que viene, hicimos un relevamiento específico y puntual de cada uno de los bingos y salas de juego. De modo que no sé cómo cuadra con el dato que da esa institución que recién se mencionó.

En cuanto a las LEBAC, son las personas físicas informadas por el Banco Central. Les recuerdo que no discriminamos, o sea que cualquiera fuera el monto de las LEBAC que hubieran estado compradas, le aplicamos el impuesto aunque estén debajo del tope del millón y medio.

Con respecto a las retenciones, son datos reales. Como se trata de datos muy puntuales y específicos, a partir de mañana por la mañana estamos a disposición para hacer el análisis finito de los datos.

SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra la señora Balestrini.

SRA. BALESTRINI Por mi parte quiero responder algunas de las consultas y hacer algunos agregados con respecto a lo que decía el señor administrador. Recuerdo algunas preguntas que tienen que ver con el monotributo y la exclusión de pleno derecho.

Nosotros pensamos que lo que se puede estar afectando en este caso es el principio de certeza, entonces hay que plasmar algunos temas desde un punto de vista, otra vez volviendo a la parte técnica, en que no afecte el principio de certeza.

Como mensaje general -sin perjuicio de que voy a referirme luego a algún otro tema puntual-, tal como establece la ley 27.260 en cuanto a una posible reforma tributaria integral, por lo menos desde nuestro punto de vista creo que estamos contemplando los principios tributarios pero teniendo en cuenta no solo los de certeza, equidad y razonabilidad sino también finalizando una etapa de un diagnóstico integral del sistema tributario.

Entonces, cuando consultan si el gobierno o la gestión van a acompañar una reforma sobre la renta financiera e impuesto al juego, realmente estamos analizando una reforma integral y por eso se pide un poco de tiempo para poder brindarles las primeras conclusiones.

Además, se habla mucho de gravar la renta financiera y la verdad es que todos deberíamos saber -me incluyo- hasta dónde llega esa gravabilidad, porque hoy una gran porción de la renta financiera está gravada por parte de los sujetos empresa.

Entonces, vayamos ahora a analizar la persona física. Como recién decía el diputado Kicillof, no podemos volver atrás con una reforma que se dio hace seis meses con relación al impuesto sobre los dividendos. Esa es una parte de una renta que puede denominarse financiera porque los dividendos están en la segunda categoría del impuesto a las ganancias. Pero este análisis es mucho más amplio.

Desde el punto de vista de la perspectiva del mercado de capitales -también nos hemos manifestado elevando un proyecto-, estamos viendo que un vehículo de inversión no sea castigado impositivamente pero que el inversor sí pague en todos los casos. Estamos tratando de llegar a un sistema tributario coherente, sin perder lo que es necesario, es decir, la recaudación, pero no debemos perder como eje los principios tributarios y constitucionales.

Recuerdo lo que dijo el diputado Pitrola -a quien nombré también en mi exposición- cuando hablaba de los salarios de los directores, y por eso hacía hincapié en que como está redactado hoy el proyecto se dando una exención en el aguinaldo también en esos casos. Con lo cual, hay que tratar de acotar todo lo que sea régimen de exenciones, todo tiene que ir tendiendo a una generalización. Esa es la posición que uno ve, como gestión, como gobierno, de un sistema tributario eficiente y sano.

Por eso hablo de la no exención, de no empezar con los topes, si se está exento hasta un determinado tope o no. Rescato lo que decía recién el diputado, tiene mucha razón en que hoy por hoy, quienes se pueden llegar a beneficiar como está redactado el proyecto, son realmente los directores de grandes empresas. Tanto para aquellos a los que se refiere la jubilación de los 60.000 pesos, como lo que es la exención para el medio aguinaldo.

Contestando la consulta que nos hacía acerca del por qué la edad de los menores -en realidad está expuesto en los fundamentos, pero vale la pena recordarlo- se hace referencia a lo que es la ley de asignaciones familiares, que sigue la misma edad para el tema de menores. No es que estaba en línea con el Código Civil, pero sí con la ley de asignaciones familiares de la Asignación Universal por Hijo.

En relación al poder adquisitivo, que se cuestionó tal vez que en los fundamentos de nuestro proyecto hablábamos de mejorar el poder adquisitivo, reafirmo que es así, porque desde el año 1999 que las tablas no se actualizaban.

Otra de las consultas era que el mínimo no imponible se aumentaba en un 15 por ciento contra un incremento salarial de 21,1 por ciento; pero no se tiene en cuenta todo el enorme esfuerzo fiscal que se hace con la modificación de las tablas. Yo escuchaba atentamente y con todo el respeto del mundo a cada uno de los presentes, pero recordemos que estas tablas no se modificaban desde el año 1999. Y que el mínimo no imponible que encontramos en diciembre fue de 15.000 pesos. Entonces, ya en febrero se incrementó a 42.318, originó 50.000 millones de pesos de recaudación.

Yo lo único que pido en esta exposición, y no es para aburrirlos, es que por favor -creo que todo esto es trabajo en grupo por parte de ustedes, realmente el debate de ideas es maravilloso- pensemos de dónde partimos para saber hasta dónde queremos llegar.

En el proyecto que estuvimos viendo, por ejemplo estuvimos haciendo el costo fiscal por tramos y se estarían gastando 25.000 millones de pesos en los últimos tres tramos. En realidad, esos últimos tres tramos corresponden a ingresos promedio a partir de 70.000 pesos.

Entonces, ¿es justo que estemos hablando hoy de un costo fiscal de 25.000 millones de pesos para salarios promedio a partir de 70.000? Desde un punto de vista -aquí doy una opinión personal- yo diría que miremos un poquito más qué es lo que hicimos con el proyecto oficial, a quienes están en las escalas más bajas, hagamos el esfuerzo fiscal ahí. Porque hoy de un 45 por ciento de trabajadores que entran en la escala media o la escala marginal del 35 por ciento, con nuestro proyecto solamente quedaría un 8 por ciento. No lo digo despectivamente, al contrario, nos falta más todavía, pero de a poco. Ese es el sentido en el cual queremos avanzar.

Sí reafirmo que realmente estamos comprometidos con una reforma tributaria integral, y tenemos que llamar a cada cosa por su nombre. La renta financiera ya está gravada y están pagando las personas jurídicas y algunas personas físicas. Entonces, estamos de acuerdo con una reforma de este tipo, pero tiene que ser a través de un análisis integral, porque los parches nos han traído como consecuencia un sistema tributario inequitativo. Lo que menos queremos son parches o impuestos de emergencia, sino impuestos que vayan de acuerdo a la capacidad contributiva, que es lo que realmente respetaría nuestra Constitución Nacional.

SR. KOSINER ¿Y sobre el tema de los jueces?

SR. PRESIDENTE LASPINA Sobre el tema de los jueces nuestro bloque tiene presentado un proyecto del diputado Pablo Tonelli que podríamos poner a consideración. En realidad, están todos los temas abiertos en la medida que tengamos un discusión equilibrada.

Si la idea es ver por dónde buscamos recursos adicionales, estamos dispuestos a hacerlo. Para eso vino el titular de la AFIP a darnos los números reales o por lo menos cuáles son nuestras estimaciones respecto a la real capacidad de recaudación y las distintas posibilidades que tenemos.

Sabemos que tanto en el tema judicial como con el dólar futuro es difícil no judicializar un aumento de un día para el otro en los actuales salarios y jubilaciones. El proyecto del diputado Tonelli lo establece para futuros nombramientos de jueces, con lo cual, el impacto fiscal es relativamente bajo porque sabemos que -sin entrar en el debate- es muy difícil ganar la batalla judicial respecto al resto de los salarios actuales de la Justicia.

En cuanto al impuesto a los dividendos hay algo que no entiendo. El diputado Kicillof se refería a la renta financiera cuando estamos hablando seguramente de las acciones de una sociedad productiva, una industria, una pyme; en este caso excluyendo a las pymes. Por lo tanto, no veo por qué hablamos de renta financiera cuando un accionista de una compañía real, que invierte y pone plata, cobra un dividendo precisamente por su actividad comercial, y que ya pagó la empresa. Es más, se contradice con otro criterio: además de la doble imposición ni siquiera es un fideicomiso financiero.

En rigor, el proyecto del Frente Renovador deja muy claro que el impuesto que crea a la renta financiera es para fideicomisos financieros o para fideicomisos cuyos activos subyacentes no sean inversiones productivas. Por lo tanto, hay que tener cuidado.

Observo que aquí hay un uso a veces malintencionado, no es el caso del Frente Renovador, pero sí al hablar claramente de renta financiera, imaginar a un banquero fumando un habano cuando en realidad hablamos del impuesto a una pyme -como el caso de los dividendos- o a una actividad comercial o en algún caso el impuesto a un ahorrista, al plazo fijo.

Tenemos que decirlo, nosotros filosóficamente estamos de acuerdo con gravar la renta financiera. Quizás me tomo unos minutos para responder la pregunta del diputado Marco Lavagna respecto a qué estamos dispuestos a subir.

Como recién decía Claudia Balestrini, no queremos generar un parche por el que después sean peores las consecuencias que el impacto recaudatorio. Por ejemplo, en el caso del impuesto a los plazos fijos hay dos problemas a considerar por los cuales muchas veces no se ha avanzado.

En primer lugar, en una economía que tiene una inflación en descenso pero todavía elevada, debemos tener cuidado de no gravar una renta nominal sino una renta real, porque de lo contrario sería una doble imposición al ahorro en los bancos -por más que esto sea mayor a un millón y medio de pesos- porque ese monto financia el mismo crédito hipotecario para la vivienda única que financia el de 100.000 pesos.

En segundo término, debemos tener cuidado de que no eleve la tasa de interés de los créditos; ese es otro de los factores.

Por lo tanto, debemos mirar y analizar la renta financiera con un diseño inteligente, que no genere para la economía que los costos de cobrar ese impuesto sean mayores a la propia recaudación.

SR. ZILIOTTO Tenemos que avanzar sobre todo el sector.

SR. PRESIDENTE LASPINA También hay muchos otros impuestos.

Respecto del dólar futuro, es un impuesto de una vez, no es para siempre. Aquí las reformas que estamos haciendo son para siempre. Los 11 mil millones, asumiendo que están -que creo que no están-, son solo para este año o para cuando sea que se imputen, pero después no. Además del problema judicial que genera la retroactividad. Con lo cual, tenemos que ser muy prudentes a la hora de crear nuevos impuestos.

Tiene la palabra el diputado Lavagna.

SR. LAVAGNA Seré breve porque sé que otros diputados están anotados para hacer uso de la palabra.

Nosotros traemos el tema de la renta financiera porque es el mismo Ejecutivo quien lo trae a discusión. Cuando trae el proyecto de la reforma de la ley del mercado de capitales, hace un avance sobre lo que es la renta financiera en algunos impuestos, en contra de lo que nosotros consideramos renta financiera. Hay un artículo específicamente en el que hace una exención impositiva a temas de renta financiera, que si no me equivoco es el 193 bis; es un proyecto largo y puedo equivocarme en el número.

La discusión respecto a por qué lo ponemos aquí es porque con varios proyectos viene un avance sobre excepciones que el mismo Poder Ejecutivo está colocando. Ante eso es que nosotros cortamos con lo que creemos.

El señor presidente decía muy bien que nosotros creemos en la necesidad de un mercado de capitales muy potente que hay que promover.

Ahora bien, una cosa es un mercado de capitales tendiente a procesos productivos -y estamos dispuestos a dar exenciones en ese sentido- y otra es un mercado de capitales de compraventa de títulos donde se llega a una renta financiera pero no en beneficio de una mejor actividad económica. Creo que ahí está la diferencia. Reitero que parte de la discusión tiene que ver con las iniciativas que ha presentado el Ejecutivo.

SR. PRESIDENTE LASPINA Una de cal y una de arena. El proyecto de mercado de capitales también incluye un endurecimiento de las condiciones para que las personas físicas logren la exención impositiva en la compraventa de acciones. En este caso la cotización de mercado se eleva del 10 por ciento del capital de la compañía al 60 por ciento, precisamente para darles más incentivos a las empresas para que su capital flote en el mercado. O sea que eso va en la dirección contraria.

Por otro lado, también acerca del mercado de capitales está el asunto relativo a la transparencia de los vehículos, punto en el que creo que filosóficamente todos estamos de acuerdo y más aún en el caso de los fondos cerrados donde se trata de inversiones productivas. No lo vemos mal y buscamos un equilibrio justo en cuanto a qué gravar, insisto, tratando de lograr que los costos de esa renta financiera no sean más perniciosos o negativos para la economía que lo que se recaude.

La verdad -si me equivoco pido al señor diputado Lavagna que me corrija- no he visto que estemos discutiendo gravar con el impuesto a las ganancias la compraventa de acciones o cambiar su tratamiento en los proyectos en consideración. No es que lo esté proponiendo sino que digo que tenemos un mercado de capitales pequeño con antecedentes y deberíamos discutir los distintos casos.

Al respecto quiero comentarles que Estados Unidos tiene una legislación muy inteligente y grava solo en la medida en que las utilidades no se reinviertan. Pero nosotros no lo estamos discutiendo de esa forma. Entonces cuando se habla de "timba financiera", entendiéndola como la compraventa de acciones y ganancias extraordinarias -tema que hoy ni siquiera está en consideración-, ella es la que mantiene vivo al inversor en el mercado de capitales y la que lo lleva a apostar por el crecimiento de la economía comprando acciones de empresas argentinas.

Esos asuntos tenemos que ponerlos a consideración con cuidado porque no podemos ir a los bandazos. Creo que ese el desafío del debate que tendremos en la próximas horas porque no creo que llegue a ser dentro de muchos días.

Tiene la palabra el señor diputado Torroba.

SR. TORROBA Señor presidente: quisiera formular dos preguntas sencillas.

En primer término, quisiera saber si en esta intencionalidad de reforma integral del sistema impositivo se prevé revisar el régimen de impuesto a las ganancias del sector minero. Menciono este tema que viene de larga data ya que se lo ha beneficiado con una quita del 5 por ciento en las retenciones, lo que desde mi punto de vista es aceptable siempre y cuando se revise el impuesto a las ganancias. Digo esto porque el impuesto a las ganancias es coparticipable entre la Nación y las provincias.

Por eso, en síntesis, pregunto si está en consideración la revisión del impuesto a las ganancias del sector minero.

La segunda pregunta es si a partir de las conversaciones o negociaciones con los gobernadores, saben si ellos están dispuestos a ceder más en el tratamiento de este proyecto. Menciono este punto porque muchas veces los gobernadores dicen una cosa y los diputados o los senadores otra.

SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra la señora Balestrini.

SRA. BALESTRINI Con respecto a los regímenes preferenciales, no solamente está el del sector minero. Dentro de esta etapa de diagnóstico de la situación actual no solamente vemos impuesto por impuesto sino también revisamos absolutamente todos los regímenes preferenciales vigentes; no solamente el minero.



SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el señor diputado Alfonsín.

SR. ALFONSIN Señor presidente: aclaro que en 2012 presenté un proyecto de modificación del sistema tributario directo, junto con otros que presentaron diferentes bloques.

A propósito de algunas cosas que se dijeron acá, me parece que durante los últimos años se dieron dos circunstancias que no muchas veces se registran en la historia: importante crecimiento económico y mayoría del oficialismo en las cámaras. Sin embargo, se dejó pasar la oportunidad de discutir la justicia y, en todo caso, la funcionalidad que tenía el sistema tributario desde el punto de vista de las necesidades de la inversión y el crecimiento en la Argentina.

El sistema tributario en la Argentina, lo han dicho los representantes de todos los partidos políticos, es muy injusto. Durante los últimos años se hizo hincapié, especialmente por parte el ex oficialismo, en la necesidad de discutir a fondo la distribución del ingreso y no se hizo nada por modificar el sistema tributario, a pesar de que es un capítulo central a la hora de hablar de distribución del ingreso. Sinceramente es difícil explicar el motivo de esta omisión. Desconozco si no hubo sinceridad en el discurso, no hubo coraje o no supieron. En realidad es difícil explicarlo.

Pero eso no significa que nosotros dejemos de discutirlo. Ciertamente han cambiado mucho las circunstancias y el contexto económico en el que yo presenté el proyecto.

Doy esta explicación porque han aparecido en algunos medios ciertas consideraciones respecto de ese proyecto, que nunca sacaron del cajón. El contexto económico de 2012 era muy distinto al que existe hoy; si fuera el mismo, presentaría el mismo proyecto, aunque Cambiemos discrepara; por supuesto que lo conversaría. No solo el contexto económico nacional se modificó sino también el internacional, lo que genera situaciones bastante complejas para la economía.

Por otro lado, se produjeron cambios en el sistema tributario argentino -no quiero mencionarlos porque todos los conocen- que obligan a revisar ese proyecto que presenté en 2012, porque la recaudación en la Argentina y en cualquier país del mundo tiene que ver con un sistema tributario; si se modifica un impuesto se afecta todo el sistema y con ello se puede afectar la recaudación. De manera que también desde ese punto de vista se han producido cambios con posterioridad al proyecto presentado por quien habla.

Las cuestiones vinculadas con la distribución de recursos entre Nación y provincias también han registrado cambios y eso nos obliga a repensar.

La situación económica compleja ha hecho que se necesiten más recursos para las políticas sociales y debemos tener mucho cuidado en no desfinanciar el Estado.

Es bastante fácil decir cosas para congraciarnos, que nos coloquen en empatía con el conjunto de la sociedad, pero la responsabilidad de un político no es quedar bien con la sociedad sino decir las cosas como son, aunque no quede demasiado bien con ella. Sería bueno que todos lo recordáramos, oficialismo y oposición.

Dichas estas cosas, señor presidente, quiero hacer una pregunta. En primer lugar, sobre algo que usted dijo recién con respecto a que constituye doble imposición gravar dividendos y ganancias a las empresas.

Naturalmente no soy tributarista pero quiero hacer una pregunta. Deseo que me digan en cuántos países del mundo desarrollado y civilizado no existe esa doble imposición. Que yo sepa, en todos los países, en la región y en los países más desarrollados, paga la empresa y paga después el que retira los dividendos.

En segundo lugar, creo que hay que gravar más al juego. Me parece que hay consenso en este sentido, ojalá lo hubieran hecho antes también. Si fuera por mí, el juego pasaría al Estado, y si hubiera disposición mayoritaria de la sociedad, directamente no habría juego. Si la inflación es un impuesto a los pobres, el juego es un impuesto a los pobres, ¡Dios mío!

En el proyecto que presenté gravaba la compra y venta de acciones, esa es una inversión financiera, ¿cómo no vamos a gravar la compra y venta de acciones? Reconozco que hay una dificultad en relación con los plazos fijos, porque quien invierte o coloca dinero en un plazo fijo a 25 por ciento, con la inflación que hay, ¿tiene renta realmente?

Quería preguntarle al titular de la AFIP -a quien le agradezco mucho que esté presente, al igual que a la doctora Balestrini, y también les agradezco por la paciencia- si se podrían hacer algunas cosas -y en todo caso qué impacto fiscal tendrían- que me parece que mejorarían el proyecto.

La deducción que conocemos como mínimo no imponible según el proyecto sería de 48.600 pesos; si lo lleváramos a 50.000 pesos, ¿tendría un impacto grande? Después vemos qué resultado tiene incluir al cónyuge, haciendo todas las matizaciones que sean necesarias para que no se registren situaciones de injusticia, si es posible hacerlo.

Creo que teniendo en cuenta el hecho de que es difícil conseguir empleo, sobre todo los jóvenes -según dicen las estadísticas, son los que están particularmente más afectados-, me parece que deberíamos también contemplar una deducción.

En la ley anterior ya se contemplaba una deducción de 25.000 pesos, por ejemplo; el cónyuge de 50.000, y luego la deducción especial. Sumadas todas estas deducciones estarían en alrededor de 405.000 pesos, si no estoy equivocado. Pero si lo dividimos por 12, mejoraría mucho el mínimo no imponible mensual, de 27.400 pesos que prevé el proyecto actual, pasaría a 33.750 pesos. No sé si quedó claro lo que dije porque no soy un especialista en estos temas y quizá utilizo un lenguaje que no es el más técnico.

Si, por ejemplo, se pudiera agregar seguro de vida, que está incluido, pero el valor que tiene es de 996 pesos, o sepelio, del mismo valor, establecidos ambos hace diez o quince años, y tal vez intereses hipotecarios. No sé si este tipo de agregados, además de gravar otros impuestos, podrían tener un impacto fiscal que transformara la propuesta en irresponsable.

SR. PRESIDENTE LASPINA No sé si alguien quiere hacer alguna consideración respecto a los costos fiscales de las deducciones o son los que se han presentado.

SR. ABAD Son los que se han presentado.

SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el diputado Marcucci.

SR. MARCUCCI Buenas tardes. Por supuesto, quiero agradecer a los funcionarios por su presencia y sabemos lo profesionales que son en su trabajo, particularmente el doctor Abad.

Quería formularle dos preguntas breves, una con respecto a la alícuota y su confiscatoriedad. ¿Cuál es el concepto que ustedes tienen? Tomo como referencia la jurisprudencia del fallo "Candy S.A.". Simplemente hago esta mención porque es parte de un debate que se puede dar. Normalmente se hablaba del 33 por ciento, y de alguna manera fue relativizado por la Corte.

Teniendo en cuenta estas modificaciones que se hacen respecto de las escalas, los aumentos de las paritarias, el mínimo no imponible y las deducciones especiales que se eliminan, mi segunda pregunta es si tienen estimado cuál es el número de quienes en la misma condición -tomando como referencia 2016, no el año 2015- empezarían a pagar.

SR. PRESIDENTE LASPINA Vamos a trasladar la pregunta del diputado Marcucci para que se realice la estimación en función de la paritaria.

Hablando de paritarias, están con nosotros los compañeros de la CGT, a quienes a través de uno de los secretarios generales, que además es colega -me refiero al diputado Héctor Daer- les habíamos hecho extensiva la invitación. Tuvimos un problema de comunicación, por lo menos hasta hoy a la mañana, e interpretamos mal.

En primer lugar, antes de dar la palabra a los representantes de la CGT, agradecemos la presencia del doctor Abad y de la contadora Claudia Balestrini por estar aquí. Han sido muy claros y nos dejan el escenario más clarificado para seguir este debate a fondo y para ser más precisos respecto de la discusión que tenemos por delante.

Se retiran de la sala el señor administrador federal de ingresos públicos, contador Alberto Abad, y la señora subsecretaria de Ingresos Públicos, contadora Claudia Balestrini.
SR. PRESIDENTE LASPINA Continuamos ahora con los compañeros de la CGT, a quienes invito a sumarse a la mesa para que puedan darnos su opinión respecto a lo que se está discutiendo en la Comisión de Presupuesto y Hacienda.

Los invitados de la CGT se incorporan a la mesa de la comisión.
SR. PRESIDENTE LASPINA Está con nosotros Jorge Sola, secretario de prensa de la Confederación General del Trabajo, quien nos presentará al resto de los compañeros que vinieron a expresar su opinión respecto al tema en debate en esta comisión.

SR. SOLA Muchas gracias por permitirnos expresarnos. Gracias, al diputado y compañero Pitrola por su intervención para que podamos expresarnos y aclarar algún malentendido en nuestra invitación.

Hoy me acompañan integrantes del Consejo Directivo de esta CGT unificada, los compañeros Flores, Imbrogno y Romero.

Claramente para nosotros es harto importante expresar nuestra posición. Hemos notado con preocupación que se han hecho consultas a diferentes actores políticos y sociales que, en definitiva, no son los que aportan este impuesto. Precisamente quienes alguna vez fuimos llamados por algún gobierno "la aristocracia obrera" -y digo esto con ironía-, no hemos sido convocados a expresar qué pensamos. Este no es un dato menor porque también tiene que ver con una cuestión absolutamente política.

SR. PRESIDENTE LASPINA El señor diputado Sánchez le solicita una interrupción, ¿se la concede?

SR. SOLA No se la concedo. Perdón, voy a terminar de hablar y después se la daré.

SR. SÁNCHEZ No es cierto.

SR. SOLA Dígalo después.

SR. SÁNCHEZ No es cierto...

SR. SOLA ¿Me permite hablar?

SR. SÁNCHEZ Con todo respeto, no es cierto...

En la última reunión de Labor Parlamentaria se invitó a todos los sectores...

SR. SOLA Si no le concedí la interrupción, usted que conoce la mecánica, tiene que saber que no puede intervenir.

SR. SÁNCHEZ Si aceptó la invitación...

SR. SOLA Diputado Sánchez: ¿quiere tener protagonismo? Allá están las cámaras, vaya y expréselo. Yo estoy hablando.

SR. PRESIDENTE LASPINA Mantengamos el orden. La verdad es que por cortesía se concede la interrupción.

Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE LASPINA A lo mejor hubo un malentendido y quizás se refería al proyecto elaborado por el Poder Ejecutivo. Pero este Congreso y el Poder Ejecutivo conversan permanentemente con los trabajadores.

Quiero aclarar que cuando acordamos realizar esta reunión de comisión me comuniqué con el diputado Héctor Daer para transmitirle la invitación y tengo la ventaja de que lo tengo en el chat.

SR. SOLA Entonces voy a ponerlo en contexto. No hemos sido...

SR. PRESIDENTE LASPINA Pero hecha esa aclaración, no discutamos las formas sino vayamos al fondo de la cuestión.

SR. SOLA Sí, porque no es un dato menor que los trabajadores y los representantes de los trabajadores no participen en la elaboración de un proyecto de ley relativo a impuestos que salen de sus propios salarios; me refiero específicamente al caso de la cuarta categoría.

Los distintos partidos en las campañas presidenciales se comprometieron a no atar el salario al impuesto a las ganancias. El propio gobierno se encargó de prometer que toda aquella ley o decreto que pudiera afectar algún derecho de los trabajadores iba a ser previamente consultado con el movimiento obrero.

De nuestra parte, hicimos un gran esfuerzo para que el sector político tuviera unificada la voz del movimiento obrero. Esto se logró aún con la renuncia de grandes líderes sindicales. Por ello merece el respeto no solamente de este sector político sino también de la oposición y el oficialismo.

Como vimos que algunos proyectos afectan los salarios de los trabajadores y ni siquiera fuimos consultados, insistimos en que se desatiende el compromiso asumido.

Definitivamente volvemos a llevar adelante nuestra bandera: el salario no es ganancia. Exigimos que se elimine la cuarta categoría. Esa es nuestra propuesta.

SR. PRESIDENTE LASPINA ¿Qué pasó en los últimos doce años que no movieron la escala?

SR. SOLA Estoy hablando con quien llevó adelante no menos...

SR. PRESIDENTE LASPINA Este gobierno duplicó el mínimo no imponible.

SR. PITROLA Me parece que ahí...

SR. PRESIDENTE LASPINA No nos entendemos.

SR. PITROLA Reclamo que dejen hablar a la CGT.

Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE LASPINA Por supuesto puede hablar. Si le hemos concedido expresarse ahora, fuera de todo programa.

Señor diputado Pitrola: quiero aclararle que los señores están sentados a esta mesa porque me lo pidió Héctor Daer, no usted. Me lo pidió la CGT.

SR. PRESIDENTE LASPINA No se ponga en defensor. Usted debería defender a los trabajadores informales que no llegan a fin de mes...

SR. PITROLARespétenlo aunque no les guste lo que diga.

SR. PRESIDENTE LASPINA Tenemos 35 por ciento de trabajadores informales que no pagan impuesto a las ganancias. Debería preocuparse por eso, diputado Pitrola.

SR. SOLA Compañero Pitrola, le agradezco. Y acepto la interpelación porque quien les habla, durante los últimos cinco paros estuvo en la calle solicitando, entre muchas otras cosas, exactamente lo mismo que estamos reclamando acá. Exactamente lo mismo. Secretario de Acción Social de la CGT que lideraba Hugo Moyano, todo el movimiento obrero.

Entiendo que quienes van a decir si se convierte o no en ley esta iniciativa no somos los dirigentes sindicales. Evidentemente, en esto fuimos convidados de piedra. Los diputados decidirán levantando la mano la aprobación de este proyecto o de tantos otros, pero insistimos en que no nos satisface ninguno que contemple que el salario sea afectado por el impuesto a las ganancias.

El tema de las escalas podemos discutirlo con el Poder Ejecutivo, el que puede corregirlas mediante un decreto ya que no necesariamente se necesita una ley para ello. Corregir este punto claramente significa volver sobre un parche que hace mucho tiempo venimos reclamando que no tiene que aplicarse.

Les pido que tengan en cuenta lo siguiente: cuando hablan de salario se refieren al tiempo que el trabajador debe dedicar para obtenerlo. Efectivamente, desde hace muchísimo tiempo ha desaparecido una de las grandes conquistas del movimiento obrero lograda por el general Perón, el sueldo anual complementario, y no una vez sino más de dos veces en algunos salarios.

Indudablemente la perversidad con la que fue armado y llevado adelante este esquema, no solo por este gobierno que lo mantiene sino por el anterior, atenta contra el poder adquisitivo del salario. Con una inflación que supera el 43 por ciento, con paritarias que apenas rozan el 35 por ciento, hemos perdido entre 7 y 8 puntos y tenemos que mendigar un bono para que luego vaya a parar a impuestos. Se consulta a los gobernadores para ver si están de acuerdo, y no se consulta a los trabajadores, que son los que verdaderamente aportan para este tributo.

Vuelvo al punto central, que escuché por parte de algún diputado: efectivamente hay que prestarle atención a la distribución de la riqueza de este país. En la Argentina el 70 por ciento del producto bruto interno se lo llevan los propietarios de la tierra y los propietarios del capital; los trabajadores formales se llevan solo el 30 por ciento. El famoso fifty-fifty que algún secretario de comercio llevaba adelante no existió nunca y menos existe ahora cuando se fue muy rápido para devolverle al sector agropecuario lo que se le había sacado como tributo, pero resulta que son muy lentos a la hora de reconocer lo que se les debe a los trabajadores.

Recuerden que este presidente dijo que el salario no es ganancia. Recuerden en cada una de sus propuestas cómo se dirigía a los trabajadores. Entonces, antes de avanzar en un proyecto de este tipo, piensen con claridad por qué fueron votados. Los trabajadores exigimos que desaparezca la cuarta categoría. Esto es muy simple. En todo caso, hay que recuperar el espíritu original de la ley, que fue creada hace cuarenta años por la inteligencia de los legisladores. Efectivamente en esa consideración nosotros desaparecemos.

Si tanto se preocupan algunos por saber de dónde salen los recursos, este país es potencialmente rico pero para eso hay que tocar los intereses que corresponde y hay que ir en búsqueda de quienes tienen el 70 por ciento del producto bruto interno y no de los que menos tienen.

En un momento en el que efectivamente el empleo está siendo destrozado, no se genera trabajo desde hace 4 o 5 años, el crecimiento demográfico de la población está exigiendo más empleo y abundan los "ni ni" -insisto-, lo peor que se puede hacer es generar mayor presión sobre el salario porque los trabajadores seguimos aportando para la seguridad social, la jubilación y la atención de la salud.

Por último, volvemos a recalcar que no vamos a estar de acuerdo con ningún proyecto que contemple a los trabajadores convencionados como afectados por el impuesto a las ganancias.

Les agradezco enormemente el tiempo y la vehemencia con la que he sido tratado. Espero que esta posición sea tenida en cuenta a la hora del debate. Muchas gracias. (Aplausos.)

SR. PRESIDENTE LASPINA Muchas gracias a usted. Le pido perdón por la vehemencia con la que lo tratamos, hemos sido un poco descorteses, yo en particular. Esto tiene que ver con la gran cantidad de horas que llevamos aquí.

Solo quiero decir, antes de ceder la palabra al diputado Sánchez, que habíamos invitado a la CGT. Seguramente el diputado va a aclararlo ya que estuvo presente en la reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria cuando se acordó eso.

Como gobierno estamos dando los pasos en la dirección correcta con el mínimo no imponible, dejando a muchos trabajadores fuera del alcance del impuesto y ahora corrigiendo las escalas.

Cuando los trabajadores vean los números del gobierno, verán la reducción que van a tener, sobre todo los tramos medios. Hoy lo decía el ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Prat-Gay: en los tramos medios que van entre 25.000 hasta 65.000 pesos de salario bruto, hay una caída nominal del 20 por ciento en el pago del impuesto a las ganancias; en algunos casos prácticamente lo estamos eliminando con la suba del mínimo no imponible pero también con la reducción de las escales.

O sea, estamos yendo en esa dirección, lo estamos haciendo de manera gradual, sujetos a todas las restricciones fiscales que tenemos. Creemos que hemos sido lo más agresivos posible en avanzar en esa dirección, dentro de todas las restricciones que tenemos y con la necesidad de poner a la economía en marcha como paso previo a ir corrigiendo estas cosas.

Te escuchaba a vos y te pido disculpas, hace cinco años o más que ustedes vienen peleando en la calle por estas modificaciones. Nosotros hemos hecho mucho ahora; no podemos hacer en un año todo lo que no se hizo en doce, o en los últimos cinco. Estamos planteando un horizonte de tres años para ir moviendo las escalas.

En materia del mínimo no imponible nosotros pensamos -son los números que tenemos, los mostraba el ministro- que el nuestro, en la comparación internacional y con Latinoamérica, está entre los niveles más altos. Lo que pensamos que no puede ocurrir es que quien pase el mínimo no imponible termine pagando una escala del 20 o 25 por ciento. Por eso creamos una escala del 5 por ciento o del 2 por ciento para aquellos que por alguna razón pagan por primera vez el impuesto, y vamos a ir avanzando en esa dirección.

Aumentamos por 6 el tope máximo de la escala hasta el 5 por ciento; antes era hasta 10.000 pesos y ya pasaba a la próxima escala arriba del 9 por ciento, ahora es hasta 60.000 pesos. Y digo que estamos en esa dirección; no podemos ir tan rápido como quisiéramos, o como quisiera la CGT, porque tenemos que buscar un equilibrio entre los argentinos.

Yo miraba hoy los salarios de convenio y hay muchos compañeros -te diría en la mayoría de los gremios- que no están alcanzados hoy por el impuesto a las ganancias. Lo escuchaba a Pitrola que decía que hay que eliminar del impuesto a quienes están bajo convenio. Pero, por ejemplo, de los trabajadores del calzado, el 95 por ciento no paga. Camioneros sí paga, pero el 56 por ciento no paga impuesto a las ganancias. Enseñanza privada, no paga el 90 por ciento.

SRA. CICILIANI ¿Bancarios?

SR. PRESIDENTE LASPINA Bancarios sí paga.

SR. SOLA Perdón, pero es una lectura absolutamente sectorizada de ese punto, porque estas evitando la discusión filosófica. Vuelvo a insistir con esto: la rapidez que tuvieron a escasos días de asumir de tomar una determinación que significó recaudar muchísimo menos, como es sacar las retenciones al campo, esa rapidez la exigimos para nosotros. Entendemos que las arcas...

SR. PRESIDENTE LASPINA La tuvimos también con la suba del mínimo no imponible.

SR. SOLA Yo he hablado con el ministro de Hacienda, y sé de su proyecto y sé lo de los tres años y que el salario no es ganancia pero dentro de tres años. Está bien, nosotros lo entendemos pero mientras tanto tenemos a los trabajadores que siguen aportando. Por eso digo, me parece que el dato correcto es que ustedes saben a dónde tienen que ir a buscar el dinero que no van a aportar los trabajadores por el impuesto a las ganancias, todos lo sabemos.

SR. PRESIDENTE LASPINA Con la misma celeridad que bajamos las retenciones se ha permitido poner en marcha al campo argentino, y creo que explica en parte la reducción del desempleo que operó en el tercer trimestre. Esos 140.000 puestos de trabajo que se crearon, según el nuevo INDEC -que antes daba malas noticias, ahora da buenas, dio una por lo menos buena, la primera que da- yo creo que ha tenido que ver con ese despegue del interior. Porque nosotros creíamos que las retenciones era un pésimo impuesto a las exportaciones en una economía que necesita exportar, salir al mundo.

Aquí veo al compañero De Mendiguren, y hemos sacado el 5 por ciento de impuesto a las exportaciones industriales. Éramos uno de los pocos países del mundo que les cobraba impuesto a los industriales por exportar. Eso también póngalo en la cuenta, la Unión Industrial.

Estamos dando. Y con el mínimo no imponible fuimos muy rápidos y nos costó 55.000 millones de pesos, que estamos felices de haberlos puesto, pero la verdad es que 55.000 ahí, más la extensión de la AUH, más la devolución del IVA a los jubilados, más otra serie de medidas que hemos tomado en el campo de lo social, hacen que uno tenga que buscar un balance.

Nosotros reconocemos como gobierno que hay legítimos reclamos de los trabajadores y de muchos grupos sociales y necesariamente tenemos la obligación de buscar ese equilibrio, y a veces nos quedamos cortos. Los miembros de la oposición también tienen la obligación de ser más generosos, porque para eso lo son, para demandarnos a nosotros más generosidad fiscal y nosotros en el Parlamento buscar ese equilibrio.

Tiene la palabra el señor diputado Sánchez.

SR. SÁNCHEZ Señor presidente: quiero aclarar lo que pasó para que todos nos quedemos tranquilos.

Solicité la palabra cuando estábamos discutiendo los diputados con los funcionarios del Poder Ejecutivo. La presencia de los compañeros de la CGT, que querían participar de esta reunión, es coincidente con la decisión política del conjunto de esta Cámara; lo sabrá el diputado Pitrola que estuvo presente en la reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria, donde se dijo: "invitemos -como siempre se hace- a todos los actores que tengan interés en dar su opinión, pero hay dos centrales que no pueden faltar: el gobierno y la CGT."

Eso se dijo en la última reunión del conjunto de los bloques parlamentarios de esta Cámara. Fue una reunión formal y nadie va a poder negarlo, ni el diputado Recalde, ni la diputada Camaño, ni el diputado Pitrola, ni la diputada Ciciliani ni yo que estuvimos presentes. Todos estábamos de acuerdo y muy interesados en que participaran el gobierno y la CGT.

Es más, cuando pedí la interrupción fue para solicitar al presidente que, como estaba anotado, no me diera la palabra porque me interesaba escuchar a la CGT.

Lamento que ni siquiera lo dejen a uno ser amable. Gracias, presidente.

SR. PRESIDENTE LASPINA Muchas gracias, diputado.

SR. SOLA Termino de aclarar esto y nos retiramos para que sigan debatiendo.

Usted entenderá que cuando un proyecto entra en este estado de tratamiento, poco se puede hacer al estar todos los caminos yendo para un mismo lugar y menos podemos hacer los dirigentes gremiales, que no somos diputados ni tampoco contamos con los legisladores que ansiaríamos tener. Entonces, cuando un proyecto de ley llega a este estado de situación, en poco podemos intervenir más que en decir nuestra postura.

Insisto, el compromiso debe ser de todas las fuerzas políticas de tratar con nosotros nuestra visión, más allá de que lleven adelante sus propias propuestas. Alguna vez lo dije en un programa de televisión: quienes hablamos con los trabajadores somos nosotros. Ustedes también pueden hacerlo pero quienes sabemos claramente dónde están las necesidades somos nosotros.

Entonces, en ese respeto mutuo que usted intenta llevar adelante, le pido por favor que cada vez que piense en un derecho de un trabajador no deje de lado a esta CGT que, insisto, después de muchísimo tiempo desanduvo un camino para unificarse y que ustedes tengan la posibilidad de discutir con una CGT unificada. Antes eran cinco centrales, ahora son dos; no interesa mucho, porque la línea de acción sigue siendo la misma. Muchas gracias. (Aplausos)

SR. PRESIDENTE LASPINA Gracias a ustedes.

Quiero aclarar que quienes estamos aquí hemos sido votados por trabajadores, empresarios y por todas las clases sociales.

De esta forma, damos por finalizada la reunión informativa de hoy y agradecemos a la CGT que finalmente estuvo presente.

- Es la hora 20 y 8.