Su repudio al ataque que se perpetró en la madrugada del lunes contra las instalaciones de la redacción del diario Tiempo Argentino cuando un grupo de personas, liderado por el empresario Martínez Rojas, ingresó en forma violenta y destrozó elementos indispensables para la edición y distribución del medio gráfico.

Señor presidente:

En el día de la fecha hemos tomado conocimiento del ataque que sufrió el diario Tiempo Argentino cuando una veintena de personas ingresaron a la redacción, durante la madrugada del lunes, destrozaron todo lo que tenían a la vista y sacaron por la fuerza a los trabajadores.

Siete horas después y ante la mirada cómplice de la policía, la patota abandonó el edificio. No se produjo ninguna detención, es más, la fuerza de seguridad custodió la salida de los violentos.

Según relató uno de los periodistas de Tiempo Argentino: “ninguno de los trabajadores de Tiempo se percató de que una puerta de calle estaba siendo forzada. Era la salida de emergencia de Radio América, que ocupa la planta baja del edificio de Aménabar 23 donde también se edita el diario semanal autogestivo. Una vez dentro del inmueble decidieron forzar una segunda puerta, justamente la que comunica los dos medios, y se lanzaron a la búsqueda de los trabajadores de Tiempo que se encontraban resguardando las herramientas de trabajo, como determinó el Ministerio de Trabajo en un acta firmada en su sede en el mes de Febrero”.

Después de ser expulsados a golpes, los trabajadores concurrieron a la Comisaría 31 para formalizar la denuncia y para exigir una respuesta inmediata tanto de la justicia como de las fuerzas de seguridad, tal como quedó reflejado en la declaración testimonial de ayer a las dos de la mañana.

A las tres de la mañana unas 100 personas, entre los que se encontraban periodistas de ese y de otros medios, representantes de organismos de Derechos Humanos y de organizaciones sociales, decidieron recuperar la redacción. Desde el interior del edificio, la patota atacó a los manifestantes y trabajadores con gas pimienta y hasta con el contenido de los matafuegos.

Recién cuando hubo heridos la policía decidió intervenir. Pero no arrestó a nadie y custodió la salida de la patota que atacó a los periodistas y destruyó la redacción de la radio.

Al frente de la patota se encontraba Juan Mariano Martinez Rojas, que el 22 de enero último anunció la compra de Tiempo y Radio América, aunque jamás pagó el salario a los trabajadores.

Desde hace dos meses los trabajadores vienen editando el diario de manera autogestiva a través de la cooperativa Por Más Tiempo.

Este hecho de violencia no sólo atentó en forma directa contra la libertad de prensa y en consecuencia el derecho a la información, también crea un clima de inusitada violencia que no está ajena a la actual situación política que se vive en el país.

Lo que sucedió esa madrugada fue directamente un descabellado ataque a uno de los pilares de la democracia, que es justamente el de la libertad de prensa y el derecho a la información.

Hace unos meses también presenté un repudio contra un ataque a un periodista de mi provincia, en aquel momento dije que nos encontrábamos frente a un hecho de suma gravedad y debía ser tomado como un leading case de lo que puede volver a suceder en el marco de una creciente crisis social. Lamentablemente ese pronóstico fue acertado y hoy estamos frente a esta situación que hiere la democracia.

Por lo expuesto, solicito a mis colegas diputados y diputadas que acompañen este proyecto de resolución, no solo para que se repudie estos hechos violentos sino para que también se invite a la Justicia a que investigue a los responsables.