Su más enérgico repudio a los violentos ataques intimidatorios sufridos por la dirigente social de la Ciudad de Buenos Aires Julia Rosales y su familia, quienes en el curso de pocas horas sufrieron dos graves atentados, uno de ellos con indudable intención homicida.

En ese orden, la HCDN expresa su profunda preocupación por la persecución y creciente represión y judicialización de los luchadores sociales, exhorta a que las autoridades competentes adopten medidas urgentes para el inmediato esclarecimiento de los hechos y exige que se investigue a fondo y se castigue a los responsables de estos atentados, que se producen en un clima enrarecido por el reciente recrudecimiento de los ataques a dirigentes políticos y sociales opositores.

Señor presidente:

El día lunes 28 de agosto del corriente la dirigente social Julia Rosales sufrió un gravísimo atentado, con grave peligro para su vida. La coordinadora de la CCC de la Zona Norte, quien impulsa la campaña llamada "Ni un pibe menos por la droga", fue baleada cobardemente cuando llegaba a su domicilio y debió ser hospitalizada porque recibió tres heridas de bala.

El ataque lo realizó una persona, que se movilizaba en una motocicleta, cubierta con un casco; el sicario se estacionó junto al vehículo, apoyó un arma contra el vidrio y gatilló cinco veces.

Horas más tarde y en el mismo lugar que se produjo el grave atentado con intención homicida, el compañero de Julia, Mario Segovia -dirigente nacional del PCR- se encontró con su auto con todos los vidrios rayados, el techo abollado como si alguien hubiera saltado encima, y las escobillas del limpia-parabrisas suelto.

La propia Julia Rosales relato posteriormente: “He sufrido un ataque, premeditado, yo estaba por bajar del auto y cuando vi venir la moto por el espejito decidí dejarlo pasar, y cuando vi por el espejito que sacaba un arma de la riñonera dije ‘bueno, esto es para mi’, puso el arma contra el vidrio y disparó cinco veces, y gracias a que lo vi, hoy estoy viva, porque me apuntó directamente a la cabeza”.

Agrega: “Quiero decir que estoy bien, que estoy fuerte, que entiendo que este ataque es producto de todas las luchas que venimos llevando y que ciertos sectores no se pueden bancar, y que tiene que ver también con la gran marcha del 7 de agosto, y con la histórica marcha que hicimos con la CGT el 22 de agosto, donde el gobierno no ha podido hacernos salir de la calle, y se va a tener que adecuar a las necesidades que tenemos todos los desocupados que hemos venido dando estas grandes batallas”, aseguró Rosales.

Milagrosamente, Julia Rosales se encuentra estable y fuera de peligro. Sin embargo, la naturaleza de estos ataques es claramente preocupante, en especial en un contexto en el que desde el propio gobierno se ha propiciado una política de creciente represión de los movimientos sociales y sus referentes, acompañada de una judicialización de la protesta social, con intenciones intimidatorias por la vía de amenazar las libertades personales a través de causas penales.

No se puede soslayar que el modelo económico impulsado por el actual gobierno ha producido la exclusión de amplios sectores sociales, profundizando la expulsión de campesinos pobres y originarios de sus tierras y ampliando las cifras de pobreza y desempleo en nuestro país.

Así, en el marco de los planes de ajuste y pobreza en aumento, se produce un agravamiento de los conflictos sociales, que se ve acompañado por el sospechoso recrudecimiento de los ataques a dirigentes políticos y sociales opositores. No nos enfrentamos, entonces, con un hecho aislado. Es en ese sentido que reclamamos el inmediato esclarecimiento de los hechos y el castigo a los autores y responsables.

Por eso, señor presidente sometemos a consideración del cuerpo el presente proyecto.