En el comienzo de su exposición, el contraalmirante Luis López Mazzeo sostuvo que “hasta que no se compruebe error o incumplimiento de alguna directiva, tengo absoluta confianza en el profesionalismo y honestidad de la tripulación. No he encontrado análisis o evidencia que demuestren falencias ni negligencia en su proceder, tanto antes de la zarpada como durante la navegación, y tampoco en las reparaciones y mantenimientos”, añadió.
Sobre el proceso de búsqueda de “nuestros camaradas”, el comandante de Alistamiento y Adiestramiento de la Armada afirmó que “corrimos el límite de riesgo” al intentar recuperarlos. En ese sentido, consideró que “no concibo que alguien asuma el riesgo de tener un accidente privilegiando su carrera. La Armada y el país están en deuda con ellos”.
“Las capacidades profesionales, vocaciones y el compromiso inquebrantable se vieron degradados por la urgencia de adjudicar responsabilidades. Uno delega ejecución, no responsabilidad. Por ello, no puedo admitir que se formulen cargos sin fundamentos técnicos ni las suficientes evaluaciones”, subrayó López Mazzeo.
En tanto, a partir de las 15, fue el turno de la declaración del contralmirante Eduardo Luis Malchiodi, jefe de Mantenimiento y Arsenal de la Armada, quien hizo una descripción del estado de mantenimiento del submarino desde 2015.
Malchiodi explicó que “el último documento del mantenimiento del submarino registró 21 novedades que fueron resueltas, y 11 que quedaron pendientes” y puntualizó que “estas novedades no ponían en riesgo la navegabilidad de la nave”.