Oportunidades laborales
07 de septiembre de 2017
SE ABRE UN CONCURSO PARA TAQUÍGRAFOS EN LA CÁMARA DE DIPUTADOS
Está orientado a la cobertura de cuatro cargos de auxiliares y los aspirantes deben tener entre 18 y 30 años de edad
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La dirección de taquígrafos de la Cámara de Diputados de la Nación llama a un concurso público de oposición y antecedentes para el día 15 de septiembre de 2017, a las 10, a fin de promover cuatro cargos de taquígrafos auxiliares (Categoría A-5).

Los aspirantes deberán ser argentinos o por opción o naturalizados con cuatro años de antigüedad en el ejercicio de la ciudadanía. Deben haber cumplido 18 años de edad al momento de celebrarse el concurso y tener un máximo de 30 años de edad.

Otro requisito es poseer título de nivel secundario. Y deben escribir en estenotipia (máquina de taquigrafía) más de ciento veinte palabras por minuto durante cinco minutos y traducirlas textualmente, autorizándose el software de traducción simultánea. También deben acreditar un nivel de dactilografía y redacción acorde al cargo concursado. Y reunir las condiciones y requisitos exigidos para ingresar como personal de planta permanente de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

Para informes e inscripción, los interesados pueden dirigirse a la Dirección de Taquígrafos, avenida Rivadavia 1864, 1° piso, of. 134, de 10 a 18, hasta el próximo 14 de septiembre inclusive. Los postulantes deberán presentar, para la inscripción, original y fotocopia del título secundario y del Documento Nacional de Identidad.

UN OFICIO CON HISTORIA
Los taquígrafos constituyen una pieza clave de la actividad legislativa. Registran todas las sesiones y aquellas reuniones de comisión que lo solicitan. Trabajan generalmente en parejas. Cumplen turnos de sólo cinco minutos, son reemplazados y salen a "traducir" lo que anotaron. Al cabo de unos 45 minutos, cuando ya se ha completado la rotación, reingresan al recinto. El texto final es controlado por los revisores.

Los cuerpos de taquígrafos de ambas cámaras del Congreso se crearon en 1878, aunque la primera versión taquigráfica de una sesión data de 1824. Gabriel Larralde, que integró la primera formación en Diputados, adaptó al español el código del inglés Isaac Pitman. Creó así el sistema que lleva su nombre y aún es el más usado en el país.

El objetivo es registrar el mayor número de palabras con la menor cantidad posible de trazos. Para eso se usan líneas rectas o curvas que representan sílabas. Todos los sistemas, además, funcionan por fuga de vocales. De esta manera, un taquígrafo puede captar 180 palabras por minuto, el doble que un experimentado dactilógrafo.

Aunque existen modernas máquinas mecánicas y electrónicas, en la Argentina el grueso de los especialistas sigue trabajando con lápiz y papel.

La velocidad y la fidelidad en la transcripción son los atributos más valorados. Y en ellos se apoyan los taquígrafos para explicar por qué su presencia no puede ser sustituida por un grabador: "Lleva mucho más tiempo desgrabar la cinta, puede haber problemas de sonido y, además, en el recinto pasan cosas que exceden lo verbal", explican.